BOGOTÃ.- El acuerdo militar que permitirÃa a Estados Unidos usar tres bases colombianas para sus operaciones antidroga en la región ha desatado una crisis diplomática entre Colombia y sus vecinos y mostrado los obstáculos a los que se enfrenta la diplomacia de Barack Obama.
El presidente venezolano,
Hugo Chávez, aseguró el jueves en la noche que el ejército estadounidense tiene "planes para invadir" su paÃs desde el este de Colombia, donde hay "una fuerza militar yanqui".
"Tienen planes para invadirnos y están ocupando nuestro flanco izquierdo, desde el norte, allá en la Guajira (colombiana), en el Caribe de Cartagena, hasta el sur, allá abajo, en el (rÃo) Orinoco", expresó Chávez en un acto militar transmitido por la televisión pública venezolana.
A las pocas horas, en la mañana del viernes, Miguel Carvajal, ministro ecuatoriano de la Seguridad, aseguraba que no se podÃa descartar "una escalada de orden militar" entre Colombia y Ecuador.
El anuncio del gobierno colombiano, el 15 de julio, de que permitirÃa el uso controlado de tres de sus bases por Estados Unidos en el marco de la lucha antidrogas --en especial para compensar el cierre desde el 17 de la base de Manta (Ecuador)-- ha despertado heridas antiguas, creadas por las bien conocidas invasiones estadounidenses en América, empezando por la de BahÃa de Cochinos en 1961.
Pero tras el cierre de Manta, para Estados Unidos (primer consumidor de la cocaÃna colombiana) mantener la lucha antidrogas es esencial. También lo es --como recalca un reciente informe del Instituto de estudios geoestratégicos de la Universidad Nueva Granada-- mantener
"una presencia militar efectiva en América Latina".
"Colombia ha irrumpido como el nuevo pivote de la geopolÃtica" continental del Estados Unidos de Obama, considera Juan Carlos Eastman, su director.
Y asà surgió para la administración de Obama un dilema complejo.
Por una parte, el convenio "es consecuente con el principio de corresponsabilidad en el tema de la producción y consumo de sustancias psicotrópicas que Colombia adujo ante la ONU, y que fue respaldado por el concierto de las naciones latinoamericanas", explica el general colombiano Henry Medina, ex director de la Escuela Superior de Guerra.
Es más, para el analista venezolano Adolfo Taylhardat, Chávez difÃcilmente puede enojarse, cuando él mismo ofreció a Rusia
"la posibilidad de que naves de la marina de guerra, incluso aviones, maniobraran en Venezuela".
Por otro lado, sin embargo, la instalación de las bases
"renueva las relaciones antagónicas del paÃs del norte con los gobiernos de izquierda, que Obama buscaba superar", asegura Carlos Espinosa, coordinador de Relaciones Internacionales de la Universidad San Francisco de Quito.
"No estoy seguro de que la decisión de (instalarlas) fuera tomada al más alto nivel", opina Peter Hakim, director del instituto de estudios Diálogo Interamericano, basado en Washington.
Según Hakim, el acuerdo concentrarÃa toda la presencia militar estadounidense en un solo paÃs, Colombia, que está aislado en la región.
"Es desgraciado que ningún otro paÃs se haya propuesto, pero la pregunta es: Estados Unidos realmente necesitaba una base en la región? Para inteligencia, hay otras maneras de obtenerla", argumenta.
En cuanto a las posiciones de Chávez y su par ecuatoriano Rafael Correa, Peter Hakim recalca que Ecuador tiene argumentos para preocuparse, tras el ataque colombiano en su territorio a un campamento de la guerrilla marxista FARC el 1 de marzo de 2008.
Ecuador rompió relaciones diplomáticas con Colombia a raÃz de esa incursión.
Chávez, que tiene como objetivo eliminar la presencia estadounidense en el continente, también busca a la interna "alimentar los miedos de la gente", añade Hakim.
"Pero esta atmósfera de circo no es buena para America Latina", advierte.
"No hay que olvidar que a veces las cosas se pueden escapar de las manos", concluye, citando el ejemplo del golpe en Honduras. (AFP)