El suceso que no se olvida y que ha marcado la fe de los creyentes en la Madre Santa
Tras salir disparado del parabrisas de un automóvil, Vicente LenÃn Donoso cayó 150 metros abajo del rÃo Alambi (cerca de Tandayapa) y en ese momento solo sintió fuerzas para invocar a la Virgen de La Dolorosa.
A pesar de las varias fracturas que sufrió en la cadera, la lesión en su cabeza y un desgarro en el brazo izquierdo, tuvo el coraje para seguir vivo y esperar un dÃa para que miembros de la Cruz Roja lo encontraran y lo socorrieran. âLa Madre Santa me ayudó. Solo pensé en ella y aguanté el dolorâ, dice cuando recuerda la tragedia ocurrida en 1966.
Su fe por La Dolorosa se fortalece no solo por este hecho ni por otros milagros que, según afirma, la âVirgencitaâ le ha cumplido a lo largo de sus 71 años de vida; sino también por la devoción familiar que le viene de herencia.
Su padre, Pedro Donoso Lasso (âÃatoâ, como le decÃan sus amigos) sentÃa una fe ciega por la Madre Santa y cómo no iba a ser asÃ, cuando él fue uno de los 35 estudiantes que presenció el prodigio ocurrido hace un centenar de años...
La noche del viernes 20 de abril de 1906, en donde se ubicaba el colegio San Gabriel de Quito (Benalcázar y Sucre), 100 estudiantes del plantel estaban de vacaciones por la Semana de Pascua y, otros 35 alumnos internos, cenaban en el comedor. Eran alrededor de las 20:00.
A la derecha de la mesa, pendÃa de la pared un cuadro con una cromolitografÃa de la Virgen de los Dolores. Muy cerca de la imagen estaban comiendo los alumnos Jaime Chaves, Carlos Herrmann y Donoso.
Herrmann observó que âse movÃan los párpadosââ del cuadro. En un primer momento, el pequeño creyó que lo visto era producto de su imaginación, pero Chaves, quien también estaba mirando la imagen, dijo âve a la Virgenââ. Ambos alumnos se quedaron atónitos observando que la imagen abrÃa y cerraba los ojos como una persona viva.
Sobrecogidos los menores ante tan inesperado como extraño fenómeno y viendo que la imagen continuaba moviendo sus ojos, Chaves invitó a su compañero a rezar un Padre Nuestro y un Ave MarÃa.
Luego, comenzó a correrse la voz entre el resto de alumnos. Uno de ellos le comunicó el hecho a Andrés Roesch, prefecto del colegio, y a Luis Alberdi, inspector.
Este último le dijo a Roesch: âPero Padre, si esto es un prodigioâ. El prefecto se acercó al cuadro y luego volvió a su puesto âentonces sentà un frÃo que me helaba el cuerpo, viendo -sin poder dudar- que efectivamente la imagen cerraba y abrÃa los ojos. Cuando esto sucedÃa, todos los niños que presenciaban el hecho clamaban a una sola voz âahora abre, ahora cierraâ, comentaba al rendir su testimonio sobre el suceso milagroso que se repitió varias veces y duró alrededor de 15 minutos.
Aunque la SantÃsima Virgen seguÃa cerrando y abriendo sus ojos, todos los presentes se dirigieron a la capilla a rezar el rosario.
Después de que los alumnos salieron del comedor se esparció la noticia en todo el establecimiento educativo.
El 21 de abril empezó a correr en Quito el rumor del extraño suceso, la suprema autoridad eclesiástica de entonces, Monseñor Ulpiano López Quiñonez, Vicario Capitular, ordenó âque se cubra dicha imagen y nada se publique por la prensa ni en el pulpito, relativo a ese acontecimiento, mientras no se decida sobre su valor y autenticidadâ.
Con gran descontento de los colegiales y de la gente, el cuadro fue escondido y nadie pudo verlo.
El proceso canónico
El 27 de abril, el vicario capitular decretó que se indagara a los testigos del mencionado hecho.
Dos dÃas después se presentó en el Colegio San Gabriel el Vicario junto a Alejandro López, secretario de la Curia; y VÃctor Gómez Jurado, notario mayor.
Este grupo convocó a los 35 niños, a los dos jesuitas y a tres empleados y les pidieron que escriban lo que vivieron ese dÃa, pero sin comentarlo con nadie.
Entre las declaraciones estaban las de Miguel Chaves (cocinero), Manuel Nieto, (zapatero), VÃctor Medina, de 13 años (sastre y panadero). Todos ellos coincidieron en que la noche del 20 de abril de 1906 la imagen de la Virgen de los Dolores abrió y cerró los ojos por un espacio de un cuarto de hora.
Algunos entrevistados fueron más explÃcitos y añadieron algunas explicaciones y circunstancias que confirmaron la evidencia del hecho. El 2 de mayo de 1906 se acercaron los testigos ante las autoridades correspondientes y ratificaron con la solemnidad del juramento sus referidas declaraciones escritas.
El 30 de mayo los volvieron a reunir para que repitan de palabra lo que habÃan puesto en el escrito y lo confirmen o lo modifiquen.
Informe de los peritos
Los peritos, José MarÃa Troya, profesor de FÃsica de la Universidad Central, Carlos Caldas, profesor de QuÃmica del mismo centro, José Lasso, fotógrafo; y Antonio Salguero, pintor, concluyeron que el hecho no pudo darse por el efecto de la luz o por las condiciones en las que estaba ubicado el cuadro. Esto, ya que el movimiento de los párpados de la imagen no pudo producirse por circunstancias de ubicación, pues se repitió varias veces, como lo prueba el que hayan podido observarlo a la vez los concurrentes. La imagen fue calificada por este grupo como perfecta.
La comisión de médicos
También un grupo de médicos analizó a cada uno de los testigos y concluyó que el citado hecho no fue efecto de una ilusión sensorial.
El fallo
Después de todas estas indagaciones y procesos, la autoridad eclesiástica emitió su dictamen el 31 de mayo de 1906, que en su parte esencial decÃa:
â 1. El hecho, verificado en el colegio de los jesuitas, está comprobado como materialmente cierto. 2. Por las circunstancias en que acaeció, no puede explicarse por causas naturales. 3. Por los antecedentes y las consecuencias, no puede atribuirse a influjo diabólico.
En consecuencia, puede creérselo con fe puramente humana y, por lo mismo, puede prestarse a la imagen que lo ha ocasionado, el culto permitido por la Iglesia y acudir a ella con especial confianzaâ.
Es ese culto el que nunca se ha alejado de la familia de Guadalupe Chaves (64 años), hija del vidente Jaime Chaves. Ella se apasionó tanto con el relato que aprendió de memoria cada palabra y eso le sirvió de inspiración para escribir su libro BiografÃa del primer vidente del milagro de La Dolorosa, Jaime Cháves RamÃrez, publicado este año.
Y es que el legado de fe de La Dolorosa es algo que no se puede explicar: âUna vez comentaste que (...) la mirada de la Virgen incitaba a la conversión del más pecador de los mortalesâ, dice un párrafo que Guadalupe le dedicó a su padre antes de que este falleciera.
El texto histórico está basado en el libro Dolorosa del Colegio, del Padre Julián Bravo, y en el proceso canónico. (GCA-GFS)
Los "rincones" donde la Madre habita
La imagen original no está en el lugar donde ocurrió el milagro
Hay tres cromolitografÃas de La Dolorosa: la una, la del milagro, se guarda en la capilla privada del colegio San Gabriel; la segunda se encuentra en el colegio San Felipe de Riobamba, y la tercera estuvo en el noviciado de los Jesuitas, en Cotocollao, hasta que fue llevada a España por el padre Cañete, antiguo profesor âgabrielinoâ.
Los devotos pueden visitar el cuadro del prodigio durante las horas de clase de los estudiantes. Además, en la misma capilla se guarda con gran recelo un marco de oro y piedras preciosas que fue entregado por los fieles para decorar la imagen. La donación fue en el cincuentenario del milagro (1956).
El 20 de cada mes, el retrato original es trasladado a la iglesia del colegio, donde todos los alumnos reciben misa y adoran a la Madre Santa.
Asimismo, en todas las aulas hay una copia del cuadro para que los estudiantes se encuentren en su presencia y, si lo desean, recen.
En la sala de profesores hay otra imagen enmarcada con una imitación de la corona que la Virgen recibió el 22 de abril de 1956, de parte del cardenal Carlos MarÃa de la Torre, en el Gobierno de José MarÃa Velasco Ibarra.
A más de estos cuadros, hay otros que están en lugares a donde los fieles acuden por su fe. Por ejemplo, en las calles Benalcázar y Sucre (Quito), donde, entre 1868 y 1958, funcionó el colegio San Gabriel, en cuyo comedor ocurrió el prodigio.
En este sitio, posteriormente funcionó el colegio Gonzaga y, en la actualidad, se ubica la capilla conocida como la del Milagro de La Dolorosa. AllÃ, para no perder la huella del hecho, reposa una imagen de devoción.
Aunque este templo está cerrado al público porque el edificio se encuentra en mantenimiento, los fieles pueden visitarlo con autorización y en compañÃa de guÃas turÃsticos. Próximamente, se prevé convertirlo en un centro cultural.
La noche del milagro, la imagen de La Dolorosa fue trasladada a la iglesia del colegio San Gabriel, ubicada -en ese entonces- arriba del comedor, en este espacio también funciona una capilla en donde hay otro cuadro.
Finalmente, en la iglesia de La CompañÃa, hay dos cuadros (uno en el altar y otro en la sacristÃa) que congregan a decenas de devotos diariamente. (GCA-VPN)
Cuatro devotos que aman a La Dolorosa
Cada año, los alumnos de 1.º curso se consagran a la Virgen
Hay una forma para conocer a un auténtico devoto de La Dolorosa y a un buen âgabrielinoâ. Basta con decir âmuéstrame tu billeteraâ y si se encuentra una imagen de la Virgen, es un creyente âde cepaâ.
Es el caso de Gabriel Cevallos (12 años), Andrés Latorre (12), Xavier Juncosa (17) y Mario AlvarracÃn (17), cuatro alumnos del colegio San Gabriel, de primer y sexto cursos, respectivamente.
Cuando se les pregunta si tienen alguna estampa de la Virgen, sin pensarlo dos veces, sacan su cartera, la revisan y la muestran âsacando pechoâ. âNo salimos de casa sin ellaâ, comentan.
Cada uno siente la devoción a su manera. Gabriel, por ejemplo, se ha familiarizado con la Madre Santa desde los 7 años. Iba a misa para pedirle su bendición y protección de todos los peligros. Y la Virgen le ha cumplido.
Ãl cuenta que una mañana se dirigÃa al colegio por la av. América, cuando dos personas lo acorralaron para robarle. Un maestro que andaba por allÃ, lo salvó. âSé que La Dolorosa me protegió a través de mi âprofeâ, asegura.
Para Xavier, cumplir las promesas es la mejor manera de mantener la gran amistad con la Madre. Desde el momento en que se consagró a la Virgen, en 1.º curso, le ofreció tener buenas calificaciones y asà lo ha hecho. Tiene otras dos promesas: âVoy a graduarme en este gran colegio y seguir creyendo en ella hasta la muerte y le pido que me bendiga cuando me vaya a los Estados Unidos de intercambioâ.
Mario también tiene una firme convicción. Asegura que le dará mucha tristeza salir del plantel; sin embargo, seguirá siendo el mismo creyente de siempre ya que la Virgen âserá la que me va a proteger e iluminar el camino cuando me vaya de intercambio a Bélgicaâ.
Nunca falta el que encomienda favores. Andrés le pidió que le ayudara en las pruebas de ingreso al plantel, ya que fue el único sitio en el cual rindió exámenes, y le fue superbien. También le ha pedido que le âacoliteâ en Matemáticas. A Andrés no le molesta que en su casa le llamen cura cuando reza. Tiene tanto fervor que no les hace caso, porque esa devoción la comparte su familia. Su hermano Juan Carlos (14 años) también es un âgabrielinoâ, y su padre fue estudiante en el colegio y en la actualidad es maestro de dicha institución. (GCA)
LA DOLOROSA EN LA EDUCACIÃN
Los jesuitas trabajan en el área desde 1586
Por Julio Zary
Existe una relación directa entre la educación de calidad para todos y la erradicación de la pobreza, esa es una de las premisas del Proyecto Educativo Común de la CompañÃa de Jesús en América Latina (PEC).
Este plan, que fue presentado en el simposio "Levantémonos por la educación, la educación es un bien público", realizado el 23 y 24 de marzo pasados, se alimenta de las experiencias educativas ejecutadas por la CompañÃa de Jesús y es una de las prioridades dentro de la celebración del centenario de La Dolorosa conocida también como la "Reina de la Educación Católica".
Los jesuitas, que vienen trabajando en el Ecuador desde 1586, impulsan una formación integral, de exigente formación humana, cientÃfica y religiosa, comprometida con la fe y la justicia. Esta educación se imparte en seis establecimientos del paÃs: San Gabriel y San Luis Gonzaga (Quito), Unidad Educativa "Cristo Rey" (Portoviejo), Rafael Borja (Cuenca), colegio Javier (Guayaquil), San Felipe (Riobamba).
Además, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador es parte de esta formación.
Fe y AlegrÃa, Irfeyal y el Centro del Muchacho Trabajador son otros centros que cuentan con la formación jesuita.
LA CELEBRACIÃN
Una misa solemne está prevista para hoy. La ceremonia, en donde se leerá el mensaje de felicitación del papa Benedicto XVI, se realizará a las 11:00, en el templo de La Dolorosa del colegio San Gabriel (av. Mariana de Jesús y América).
La sesión solemne del Centenario se llevará a cabo en la Iglesia de La CompañÃa de Jesús, a las 16:00. El cuadro de la Dolorosa recibirá varias condecoraciones y, a las 19:30 se llevará a cabo la misa conmemorativa.
Los festejos continúan pues, del 21 al 29 de abril, se desarrollará la novena a La Dolorosa, con rosario de la aurora. Los encuentros serán en la parroquia de La Dolorosa, la iglesia de La CompañÃa, la Parroquia San Ignacio de Loyola (Solanda) y parroquias urbanas y rurales de la Arquidiócesis de Quito.
La Caminata Nacional de la Educación se realizará el 22 de abril, a partir de las 09:00, desde la plaza del Hermano Miguel hasta San Francisco.
La Procesión de La Dolorosa será el 30 de abril, a las 10:00, desde la iglesia de La CompañÃa.
Ese dÃa, habrá una misa campal en San Francisco a las 11:00.
Celebraciones a lo largo de la historia
Tras el reconocimiento del prodigio por parte de la Iglesia Católica, hubo un estallido incontenible de fe y devoción. Se organizó una procesión en honor a La Dolorosa, desde donde en ese entonces se ubicaba el colegio San Gabriel, hasta la Iglesia de La CompañÃa. La imagen recorrió ocho cuadras del centro de Quito y el gentÃo era inmenso.
En 1931, cuando se cumplÃan 25 años del hecho milagroso, se desbordó el entusiasmo. Se labró un marco precioso para el cuadro. En la capital, se celebraron fiestas y la imagen recorrió todo el Ecuador. En ese mismo año, se celebra el Primer Congreso Mariano Nacional, en el que participan personajes nacionales como Julio Tobar Donoso, Manuel Sotomayor y Remigio Crespo Toral. En 1956 se conmemora el cincuentenario del milagro. El 22 de abril, por decreto de PÃo XII, se concede la coronación canónica de La Dolorosa del Colegio.
En 1981, al celebrarse los 75 años, se realizó en la iglesia de La CompañÃa el Rosario de la Aurora, al cual asistió el ex presidente Jaime RoÃdos Aguilera. La fiesta final de la novena fue en la Plaza de San Francisco.
Tomado del Libro El Milagro de La Dolorosa
Velasco Ibarra y la Coronación
Por Pedro Velasco
El Año Jubilar por el 50 aniversario del Milagro de la Virgen La Dolorosa del Colegio San Gabriel, debÃa culminar coincidiendo con el 20 de abril de 1956. Por esa fecha, estaba próximo a terminar su tercer mandato presidencial el doctor José MarÃa Velasco Ibarra, bachiller del colegio San Gabriel, en 1911, y condiscÃpulo de algunos de los videntes que presenciaron el prodigio en 1906.
El Presidente Velasco Ibarra participó activamente en varios de los actos jubilares, entre ellos el de la Coronación del Cuadro de la Dolorosa, el 22 de abril de ese año. Luego de los eventos, la CompañÃa de Jesús y el Comité Pro-Cincuentenario rindieron un homenaje de agradecimiento al ex mandatario en el Salón del Milagro.
El entonces Jefe de Estado manifestó sentirse anonadado por el honor de ser parte de la celebración y por los recuerdos de su niñez y juventud: â...Es el sentimiento y la emoción religiosa la que de una manera profunda y fundamental es capaz de mantener la tensión de las personas hacia las cosas altas y, por concomitancia, hacia las cosas secundarias de la tierra; y es capaz de mantener la tensión de un pueblo, la unificación espiritual de un pueblo...â
Tras salir disparado del parabrisas de un automóvil, Vicente LenÃn Donoso cayó 150 metros abajo del rÃo Alambi (cerca de Tandayapa) y en ese momento solo sintió fuerzas para invocar a la Virgen de La Dolorosa.
A pesar de las varias fracturas que sufrió en la cadera, la lesión en su cabeza y un desgarro en el brazo izquierdo, tuvo el coraje para seguir vivo y esperar un dÃa para que miembros de la Cruz Roja lo encontraran y lo socorrieran. âLa Madre Santa me ayudó. Solo pensé en ella y aguanté el dolorâ, dice cuando recuerda la tragedia ocurrida en 1966.
Su fe por La Dolorosa se fortalece no solo por este hecho ni por otros milagros que, según afirma, la âVirgencitaâ le ha cumplido a lo largo de sus 71 años de vida; sino también por la devoción familiar que le viene de herencia.
Su padre, Pedro Donoso Lasso (âÃatoâ, como le decÃan sus amigos) sentÃa una fe ciega por la Madre Santa y cómo no iba a ser asÃ, cuando él fue uno de los 35 estudiantes que presenció el prodigio ocurrido hace un centenar de años...
La noche del viernes 20 de abril de 1906, en donde se ubicaba el colegio San Gabriel de Quito (Benalcázar y Sucre), 100 estudiantes del plantel estaban de vacaciones por la Semana de Pascua y, otros 35 alumnos internos, cenaban en el comedor. Eran alrededor de las 20:00.
A la derecha de la mesa, pendÃa de la pared un cuadro con una cromolitografÃa de la Virgen de los Dolores. Muy cerca de la imagen estaban comiendo los alumnos Jaime Chaves, Carlos Herrmann y Donoso.
Herrmann observó que âse movÃan los párpadosââ del cuadro. En un primer momento, el pequeño creyó que lo visto era producto de su imaginación, pero Chaves, quien también estaba mirando la imagen, dijo âve a la Virgenââ. Ambos alumnos se quedaron atónitos observando que la imagen abrÃa y cerraba los ojos como una persona viva.
Sobrecogidos los menores ante tan inesperado como extraño fenómeno y viendo que la imagen continuaba moviendo sus ojos, Chaves invitó a su compañero a rezar un Padre Nuestro y un Ave MarÃa.
Luego, comenzó a correrse la voz entre el resto de alumnos. Uno de ellos le comunicó el hecho a Andrés Roesch, prefecto del colegio, y a Luis Alberdi, inspector.
Este último le dijo a Roesch: âPero Padre, si esto es un prodigioâ. El prefecto se acercó al cuadro y luego volvió a su puesto âentonces sentà un frÃo que me helaba el cuerpo, viendo -sin poder dudar- que efectivamente la imagen cerraba y abrÃa los ojos. Cuando esto sucedÃa, todos los niños que presenciaban el hecho clamaban a una sola voz âahora abre, ahora cierraâ, comentaba al rendir su testimonio sobre el suceso milagroso que se repitió varias veces y duró alrededor de 15 minutos.
Aunque la SantÃsima Virgen seguÃa cerrando y abriendo sus ojos, todos los presentes se dirigieron a la capilla a rezar el rosario.
Después de que los alumnos salieron del comedor se esparció la noticia en todo el establecimiento educativo.
El 21 de abril empezó a correr en Quito el rumor del extraño suceso, la suprema autoridad eclesiástica de entonces, Monseñor Ulpiano López Quiñonez, Vicario Capitular, ordenó âque se cubra dicha imagen y nada se publique por la prensa ni en el pulpito, relativo a ese acontecimiento, mientras no se decida sobre su valor y autenticidadâ.
Con gran descontento de los colegiales y de la gente, el cuadro fue escondido y nadie pudo verlo.
El proceso canónico
El 27 de abril, el vicario capitular decretó que se indagara a los testigos del mencionado hecho.
Dos dÃas después se presentó en el Colegio San Gabriel el Vicario junto a Alejandro López, secretario de la Curia; y VÃctor Gómez Jurado, notario mayor.
Este grupo convocó a los 35 niños, a los dos jesuitas y a tres empleados y les pidieron que escriban lo que vivieron ese dÃa, pero sin comentarlo con nadie.
Entre las declaraciones estaban las de Miguel Chaves (cocinero), Manuel Nieto, (zapatero), VÃctor Medina, de 13 años (sastre y panadero). Todos ellos coincidieron en que la noche del 20 de abril de 1906 la imagen de la Virgen de los Dolores abrió y cerró los ojos por un espacio de un cuarto de hora.
Algunos entrevistados fueron más explÃcitos y añadieron algunas explicaciones y circunstancias que confirmaron la evidencia del hecho. El 2 de mayo de 1906 se acercaron los testigos ante las autoridades correspondientes y ratificaron con la solemnidad del juramento sus referidas declaraciones escritas.
El 30 de mayo los volvieron a reunir para que repitan de palabra lo que habÃan puesto en el escrito y lo confirmen o lo modifiquen.
Informe de los peritos
Los peritos, José MarÃa Troya, profesor de FÃsica de la Universidad Central, Carlos Caldas, profesor de QuÃmica del mismo centro, José Lasso, fotógrafo; y Antonio Salguero, pintor, concluyeron que el hecho no pudo darse por el efecto de la luz o por las condiciones en las que estaba ubicado el cuadro. Esto, ya que el movimiento de los párpados de la imagen no pudo producirse por circunstancias de ubicación, pues se repitió varias veces, como lo prueba el que hayan podido observarlo a la vez los concurrentes. La imagen fue calificada por este grupo como perfecta.
La comisión de médicos
También un grupo de médicos analizó a cada uno de los testigos y concluyó que el citado hecho no fue efecto de una ilusión sensorial.
El fallo
Después de todas estas indagaciones y procesos, la autoridad eclesiástica emitió su dictamen el 31 de mayo de 1906, que en su parte esencial decÃa:
â 1. El hecho, verificado en el colegio de los jesuitas, está comprobado como materialmente cierto. 2. Por las circunstancias en que acaeció, no puede explicarse por causas naturales. 3. Por los antecedentes y las consecuencias, no puede atribuirse a influjo diabólico.
En consecuencia, puede creérselo con fe puramente humana y, por lo mismo, puede prestarse a la imagen que lo ha ocasionado, el culto permitido por la Iglesia y acudir a ella con especial confianzaâ.
Es ese culto el que nunca se ha alejado de la familia de Guadalupe Chaves (64 años), hija del vidente Jaime Chaves. Ella se apasionó tanto con el relato que aprendió de memoria cada palabra y eso le sirvió de inspiración para escribir su libro BiografÃa del primer vidente del milagro de La Dolorosa, Jaime Cháves RamÃrez, publicado este año.
Y es que el legado de fe de La Dolorosa es algo que no se puede explicar: âUna vez comentaste que (...) la mirada de la Virgen incitaba a la conversión del más pecador de los mortalesâ, dice un párrafo que Guadalupe le dedicó a su padre antes de que este falleciera.
El texto histórico está basado en el libro Dolorosa del Colegio, del Padre Julián Bravo, y en el proceso canónico. (GCA-GFS)
Los "rincones" donde la Madre habita
La imagen original no está en el lugar donde ocurrió el milagro
Hay tres cromolitografÃas de La Dolorosa: la una, la del milagro, se guarda en la capilla privada del colegio San Gabriel; la segunda se encuentra en el colegio San Felipe de Riobamba, y la tercera estuvo en el noviciado de los Jesuitas, en Cotocollao, hasta que fue llevada a España por el padre Cañete, antiguo profesor âgabrielinoâ.
Los devotos pueden visitar el cuadro del prodigio durante las horas de clase de los estudiantes. Además, en la misma capilla se guarda con gran recelo un marco de oro y piedras preciosas que fue entregado por los fieles para decorar la imagen. La donación fue en el cincuentenario del milagro (1956).
El 20 de cada mes, el retrato original es trasladado a la iglesia del colegio, donde todos los alumnos reciben misa y adoran a la Madre Santa.
Asimismo, en todas las aulas hay una copia del cuadro para que los estudiantes se encuentren en su presencia y, si lo desean, recen.
En la sala de profesores hay otra imagen enmarcada con una imitación de la corona que la Virgen recibió el 22 de abril de 1956, de parte del cardenal Carlos MarÃa de la Torre, en el Gobierno de José MarÃa Velasco Ibarra.
A más de estos cuadros, hay otros que están en lugares a donde los fieles acuden por su fe. Por ejemplo, en las calles Benalcázar y Sucre (Quito), donde, entre 1868 y 1958, funcionó el colegio San Gabriel, en cuyo comedor ocurrió el prodigio.
En este sitio, posteriormente funcionó el colegio Gonzaga y, en la actualidad, se ubica la capilla conocida como la del Milagro de La Dolorosa. AllÃ, para no perder la huella del hecho, reposa una imagen de devoción.
Aunque este templo está cerrado al público porque el edificio se encuentra en mantenimiento, los fieles pueden visitarlo con autorización y en compañÃa de guÃas turÃsticos. Próximamente, se prevé convertirlo en un centro cultural.
La noche del milagro, la imagen de La Dolorosa fue trasladada a la iglesia del colegio San Gabriel, ubicada -en ese entonces- arriba del comedor, en este espacio también funciona una capilla en donde hay otro cuadro.
Finalmente, en la iglesia de La CompañÃa, hay dos cuadros (uno en el altar y otro en la sacristÃa) que congregan a decenas de devotos diariamente. (GCA-VPN)
Cuatro devotos que aman a La Dolorosa
Cada año, los alumnos de 1.º curso se consagran a la Virgen
Hay una forma para conocer a un auténtico devoto de La Dolorosa y a un buen âgabrielinoâ. Basta con decir âmuéstrame tu billeteraâ y si se encuentra una imagen de la Virgen, es un creyente âde cepaâ.
Es el caso de Gabriel Cevallos (12 años), Andrés Latorre (12), Xavier Juncosa (17) y Mario AlvarracÃn (17), cuatro alumnos del colegio San Gabriel, de primer y sexto cursos, respectivamente.
Cuando se les pregunta si tienen alguna estampa de la Virgen, sin pensarlo dos veces, sacan su cartera, la revisan y la muestran âsacando pechoâ. âNo salimos de casa sin ellaâ, comentan.
Cada uno siente la devoción a su manera. Gabriel, por ejemplo, se ha familiarizado con la Madre Santa desde los 7 años. Iba a misa para pedirle su bendición y protección de todos los peligros. Y la Virgen le ha cumplido.
Ãl cuenta que una mañana se dirigÃa al colegio por la av. América, cuando dos personas lo acorralaron para robarle. Un maestro que andaba por allÃ, lo salvó. âSé que La Dolorosa me protegió a través de mi âprofeâ, asegura.
Para Xavier, cumplir las promesas es la mejor manera de mantener la gran amistad con la Madre. Desde el momento en que se consagró a la Virgen, en 1.º curso, le ofreció tener buenas calificaciones y asà lo ha hecho. Tiene otras dos promesas: âVoy a graduarme en este gran colegio y seguir creyendo en ella hasta la muerte y le pido que me bendiga cuando me vaya a los Estados Unidos de intercambioâ.
Mario también tiene una firme convicción. Asegura que le dará mucha tristeza salir del plantel; sin embargo, seguirá siendo el mismo creyente de siempre ya que la Virgen âserá la que me va a proteger e iluminar el camino cuando me vaya de intercambio a Bélgicaâ.
Nunca falta el que encomienda favores. Andrés le pidió que le ayudara en las pruebas de ingreso al plantel, ya que fue el único sitio en el cual rindió exámenes, y le fue superbien. También le ha pedido que le âacoliteâ en Matemáticas. A Andrés no le molesta que en su casa le llamen cura cuando reza. Tiene tanto fervor que no les hace caso, porque esa devoción la comparte su familia. Su hermano Juan Carlos (14 años) también es un âgabrielinoâ, y su padre fue estudiante en el colegio y en la actualidad es maestro de dicha institución. (GCA)
LA DOLOROSA EN LA EDUCACIÃN
Los jesuitas trabajan en el área desde 1586
Por Julio Zary
Existe una relación directa entre la educación de calidad para todos y la erradicación de la pobreza, esa es una de las premisas del Proyecto Educativo Común de la CompañÃa de Jesús en América Latina (PEC).
Este plan, que fue presentado en el simposio "Levantémonos por la educación, la educación es un bien público", realizado el 23 y 24 de marzo pasados, se alimenta de las experiencias educativas ejecutadas por la CompañÃa de Jesús y es una de las prioridades dentro de la celebración del centenario de La Dolorosa conocida también como la "Reina de la Educación Católica".
Los jesuitas, que vienen trabajando en el Ecuador desde 1586, impulsan una formación integral, de exigente formación humana, cientÃfica y religiosa, comprometida con la fe y la justicia. Esta educación se imparte en seis establecimientos del paÃs: San Gabriel y San Luis Gonzaga (Quito), Unidad Educativa "Cristo Rey" (Portoviejo), Rafael Borja (Cuenca), colegio Javier (Guayaquil), San Felipe (Riobamba).
Además, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador es parte de esta formación.
Fe y AlegrÃa, Irfeyal y el Centro del Muchacho Trabajador son otros centros que cuentan con la formación jesuita.
LA CELEBRACIÃN
Una misa solemne está prevista para hoy. La ceremonia, en donde se leerá el mensaje de felicitación del papa Benedicto XVI, se realizará a las 11:00, en el templo de La Dolorosa del colegio San Gabriel (av. Mariana de Jesús y América).
La sesión solemne del Centenario se llevará a cabo en la Iglesia de La CompañÃa de Jesús, a las 16:00. El cuadro de la Dolorosa recibirá varias condecoraciones y, a las 19:30 se llevará a cabo la misa conmemorativa.
Los festejos continúan pues, del 21 al 29 de abril, se desarrollará la novena a La Dolorosa, con rosario de la aurora. Los encuentros serán en la parroquia de La Dolorosa, la iglesia de La CompañÃa, la Parroquia San Ignacio de Loyola (Solanda) y parroquias urbanas y rurales de la Arquidiócesis de Quito.
La Caminata Nacional de la Educación se realizará el 22 de abril, a partir de las 09:00, desde la plaza del Hermano Miguel hasta San Francisco.
La Procesión de La Dolorosa será el 30 de abril, a las 10:00, desde la iglesia de La CompañÃa.
Ese dÃa, habrá una misa campal en San Francisco a las 11:00.
Celebraciones a lo largo de la historia
Tras el reconocimiento del prodigio por parte de la Iglesia Católica, hubo un estallido incontenible de fe y devoción. Se organizó una procesión en honor a La Dolorosa, desde donde en ese entonces se ubicaba el colegio San Gabriel, hasta la Iglesia de La CompañÃa. La imagen recorrió ocho cuadras del centro de Quito y el gentÃo era inmenso.
En 1931, cuando se cumplÃan 25 años del hecho milagroso, se desbordó el entusiasmo. Se labró un marco precioso para el cuadro. En la capital, se celebraron fiestas y la imagen recorrió todo el Ecuador. En ese mismo año, se celebra el Primer Congreso Mariano Nacional, en el que participan personajes nacionales como Julio Tobar Donoso, Manuel Sotomayor y Remigio Crespo Toral. En 1956 se conmemora el cincuentenario del milagro. El 22 de abril, por decreto de PÃo XII, se concede la coronación canónica de La Dolorosa del Colegio.
En 1981, al celebrarse los 75 años, se realizó en la iglesia de La CompañÃa el Rosario de la Aurora, al cual asistió el ex presidente Jaime RoÃdos Aguilera. La fiesta final de la novena fue en la Plaza de San Francisco.
Tomado del Libro El Milagro de La Dolorosa
Velasco Ibarra y la Coronación
Por Pedro Velasco
El Año Jubilar por el 50 aniversario del Milagro de la Virgen La Dolorosa del Colegio San Gabriel, debÃa culminar coincidiendo con el 20 de abril de 1956. Por esa fecha, estaba próximo a terminar su tercer mandato presidencial el doctor José MarÃa Velasco Ibarra, bachiller del colegio San Gabriel, en 1911, y condiscÃpulo de algunos de los videntes que presenciaron el prodigio en 1906.
El Presidente Velasco Ibarra participó activamente en varios de los actos jubilares, entre ellos el de la Coronación del Cuadro de la Dolorosa, el 22 de abril de ese año. Luego de los eventos, la CompañÃa de Jesús y el Comité Pro-Cincuentenario rindieron un homenaje de agradecimiento al ex mandatario en el Salón del Milagro.
El entonces Jefe de Estado manifestó sentirse anonadado por el honor de ser parte de la celebración y por los recuerdos de su niñez y juventud: â...Es el sentimiento y la emoción religiosa la que de una manera profunda y fundamental es capaz de mantener la tensión de las personas hacia las cosas altas y, por concomitancia, hacia las cosas secundarias de la tierra; y es capaz de mantener la tensión de un pueblo, la unificación espiritual de un pueblo...â
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