Moscú. 16. 10. 90. El presidente soviético Mijail Gorbachov,
ganador del Premio Nobel de la Paz 1990,introdujo drásticos y
amplios cambios políticos en la Unión Soviética, promovió la
reforma en Europa oriental y ayudó a poner fin a la Guerra
Fría.
Pero, mientras el mundo entero ensalza sus realizaciones, su
país se halla al borde del colapso económico y del caos
político.
Después de más de cinco años de perestroika y de nuevas
libertades que ni siquiera pudieron ser soñadas durante siete
décadas de férrea dictadura, su popularidad se ha visto
debilitada por escasez de alimentos, conflictos étnicos y la
lucha por impulsar la economía del vasto país a la era
moderna.
La batalla en torno a la introducción de la economía de
mercado sacó a relucir arraigadas divisiones entre reformistas
y conservadores y dejó a Gorbachov, de 59 años de edad,
ubicado precaria e incómodamente en el
medio.
Internacionalmente, Gorbachov alteró las relaciones entre las
superpotencias, celebrando ocho reuniones cumbre con
presidentes estadounidenses. Ha promovido el desarme, retirado
las tropas soviéticas de Afganistán y se ha sumado a la
condena de las Naciones Unidas contra el ex aliado Irak, por
la invasión de Kuwait el 2 de agosto.
Ha forjado vínculos diplomáticos con una serie de estados
ideológicamente en las antípodas como Corea del Sur y Arabia
Saudita.
Más cerca de su país, allanó el camino a la reunificación
alemana al abstenerse de frenar una revolución pacífica en
Europa oriental en la que regímenes comunistas ortodoxos
fueron desmantelados sucesivamente con lo que se produjo la
virtual desaparición del otrora amenazante Pacto de
Varsovia.
Gorbachov también presidió la abolición del antes sacrosanto
postulado del monopolio del poder ejercido por el Partido
Comunista durante 72 años en la Unión Soviética.
Sus reformas en materia de política interna incluyen la
creación de un sistema de partidos múltiples y la modificación
de la constitución para dar poder real a los parlamentos de
las 15 repúblicas y al central soviético.
Luego de cuatro años como líder del Partido Comunista, puesto
que asumió el 11 de marzo de 1985, Gorbachov se convirtió en
presidente de su país en mayo de 1989, logrando con ello una
sólida base legal y un mandato popular indirecto en favor de
sus poderes.
Afianzó su autoridad en 1990 al ser designado presidente
ejecutivo, desplazando al mismo tiempo hacia la periferia al
partido en un intento por obstaculizar cualquier resistencia
organizada a sus reformas.
Habiendo llegado al poder a la edad de 54 años, el líder del
Kremlin más joven desde José Stalin, Gorbachov impresionó
rápidamente a sus compatriotas y al mundo exterior con su
estilo de conducción vigoroso pero informal.
El resultado fue un fermento sin parangón en la vida soviética
desde los tiempos de Nikita Kruschev, quien denunció a Stalin
en 1956 y que, como Gorbachov, alentó un deshielo cultural que
condujo a la publicación de libros de crítica al régimen y a
una mayor franqueza informativa por parte de la
prensa.
Impecable carrera Mijail Sergeyevich Gorbachov nació en el
seno de una familia campesina el 2 de marzo de 1931, en una
aldea del norte del Cáucaso cerca de Stavropol. Recibió un
título en derecho en la Universidad de Moscú antes de retornar
al trabajo en Stravropol, una importante región agrícola.
Fue llamado a Moscú en 1978 para hacerse cargo precisamente de
la agricultura y en 1979 se convirtió en miembro suplente del
Politburó.
Occidentales que han llegado a conocer a Gorbachov lo
describen como un hombre sumamente inteligente que inspira
simpatía y que evidencia una desenvoltura raras veces vista en
anteriores líderes soviéticos. Su esposa Raisa también tiene
un aplomo pocas veces observado en primeras damas del
Kremlin. Su lista de pasatiempos incluye la lectura, el
teatro, música, cine y caminar por el bosque.
Su hija Irina, médica de Moscú, está casada con un cirujano y
tiene dos hijas. (REUTER)
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