LA LUCHA POLITICA POR LA ALCALDIA DE GUAYAQUIL. Por Alcides
Montilla

GUAYAQUIL. 03.04.92.La lucha política por captar la Alcaldía
de Guayaquil se ha mantenido desde hace 40 años, siempre entre
diversos partidos de tendencia populista o afines. Es el
trampolín para alcanzar la Presidencia de la República o para
dominar el espacio electoral de la ciudad y ocasionalmente del
país.
Por eso, los que han aspirado al "sillón de Olmedo" han sido
siempre las mejores figuras de los partidos.
Sin embargo, ningún alcalde de Guayaquil ha ocupado la
Presidencia de la República, pese a que aspiraron a tal
dignidad los extintos Carlos Guevara Moreno, Assad Bucaram,
Pedro Menéndez y, entre los que aún viven, Francisco Huerta,
Raúl Baca y Abdalá Bucaram.
Como ese mecanismo no ha funcionado en toda la historia, la
situación ha variado. Ahora es el ex presidente León Febres
Cordero quien quiere ser alcalde de Guayaquil. Por tal motivo,
ha empezado una campaña electoral repitiendo una frase: "León
vuelve. Por tí Guayaquil".
Febres Cordero repasa a cada rato este eslogan para pedir el
voto de los desesperados guayaquileños, azotados por la crisis
municipal que afecta los servicios básicos de la ciudad.

¿Por qué Febres Cordero?

Los guayaquileños están confundidos en este momento. No tienen
en quién confiar. En ese mar de dudas e incertidumbres, asoma
la figura del ex presidente como la del salvador de todos sus
males.
Pero, ¿podrá él salvar Guayaquil solo con ese eslogan? ¿Podrá
su temperamento conflictivo vencer una ciudad conflictiva?
Los más incrédulos y acérrimos antifebrescorderistas, frente a
los enormes montículos de basura, la falta de agua potable, el
aparecimiento de epidemias y las pugnas internas en el concejo
cantonal, creen que él es el Mesías. Muchos votarán por él
"porque es un hombre probado y de palabra".
Sus fervientes admiradores piensan que desde el primer día que
se siente en el "sillón de Olmedo" terminarán sus problemas,
aunque para ello se olviden que el ex mandatario no ha
presentado planes y peor ha ofrecido nada a la colectividad.
Incluso el propio legislador de la Izquierda Democrática Jorge
Zavala, dijo estar tentado a votar por el ex mandatario. "No
me disgusta que el ingeniero sea el alcalde de Guayaquil.
Estoy en la duda entre votar por él o anular mi voto. Es un
buen administrador de empresas y podría administrar el
Municipio de Guayaquil".
En cambio el ex alcalde Jorge Norero, otrora aliado de LFC, se
manifestó contrario a señalar a LFC como el salvador de
Guayaquil. "Quien pretende ser ángel termina siendo bestia. No
quiero pensar que la salvación sea Febres Cordero. La
salvación somos todos los que vivimos en Guayaquil".

La aventura

Pero, ¿es verdad que León se ha lanzado a una nueva aventura
política para "rescatar a Guayaquil de la inmundicia y la
falta de obras en que la han dejado la familia Bucaram y el
gobierno de Borja?" ¿O su presencia se debe a otros factores
que no necesariamente están cercanos al interés por servir a
la ciudad?
A juicio de los analistas políticos Alfredo Pinoargote y
Gaitán Villavicencio, el ex mandatario se ha candidatizado
para apoyar la candidatura de Jaime Nebot.
"Ni se siente llamado por la ciudadanía ni creo que piense
hacer gran cosa, sino que lo que está haciendo es ayudar a su
delfín Nebot dándole votos. Con esto prácticamente cierra las
llaves de su fracaso", dice Villavicencio.
Pero ¿lo que pasó en el PSC le da la razón a Villavicencio? A
raíz de la candidatura presidencial de Nebot se insistió en
que LFC sea el aspirante a la Alcaldía a fin de conseguir los
votos necesarios para ganar a Sixto Durán Ballén, su más
enconado rival.
LFC, afectado por una enfermedad que lo obliga a chequeos
médicos periódicos en EEUU, se negó varias veces a aceptar
esa candidatura. En su oportunidad dijo: "Yo he llegado a lo
más alto que puede llegar un ciudadano. He sido presidente de
la República. No he pensado ni pienso volver a ser candidato a
nada". ¿Un hombre de palabra puede cambiar una decisión?
Según conoció HOY, la propia esposa le ha pedido en reiteradas
ocasiones que abandone la política. Por eso el ex mandatario
hasta ha construido una mansión en EEUU para pasar sus días.
Pero LFC se vió obligado a aceptar la candidatura cuando
fracasó la alianza PSC-FRA, para formalizar el binomio con
Fabián Alarcón.

¿Por qué LFC no halla contendor alguno?

La presencia de LFC en la arena política ha hecho "huir" a
varios partidos llamados "fuertes" en Guayaquil, como el PRE,
que no ha lanzado candidato a la Alcaldía. Los roldosistas,
que arrastran una gestión cuestionada de la ex alcaldesa Elsa
Bucaram, han preferido engañar con subterfugios a sus propios
electores para no competir con LFC.
Los demás partidos, sin apoyo electoral, han lanzado
candidatos para hacer presencia en la lid y nada más.
El que le sigue en las encuestas es el diputado socialista
Raúl Patiño que, aunque pierda, resultará ganador porque
recibirá los votos de su propio partido, de los partidos
opositores a LFC, es decir un buen margen, lo que lo
catapultará para futuras elecciones.
Para Alfredo Pinoargote esto significa que están contados los
días del bucaramismo en Guayas, dada las malas
administraciones seccionales y por la falta de un buen
candidato a alcalde que le haga contienda a LFC.
Villavicencio no cree que no haya rival para LFC. Lo que pasa
es que Patiño no logra levantar todas las adhesiones para
competir y ganar la Alcaldía, por cuanto subsiste en los
partidos ese egoismo que ha permitido la victoria en otras
oportunidades de la propia derecha.
En cambio Norero dijo que quien sea que vaya a la Alcaldía,
ojalá que lleve a personas honestas y capaces y no a
figurones, incapaces y corruptos.

¿Por qué las figuras de la oligarquía asumen directamente la
representación social en la Alcaldía de Guayaquil?

En la última década, los sectores oligarquicos de Guayaquil
habían hecho uso de militantes ligados al tráfico de tierras,
invasores o guardaespaldas como el caso del fallecido Carlos
Castro o el dirigente de Las Malvinas Jaime Toral para
sostener sus listas de candidatos y captar las dignidades.
Ahora la cosa ha cambiado. En las listas no se ven esos
personajes. ¿Por qué razón? A juicio del analista Alfredo
Pinoargote, la marginación se debe a que, por primera vez en
la historia política del país, el grupo de Febres Cordero
tiene dos candidatos finalistas en la primera vuelta: Durán
Ballén y Nebot.
"Es tan grande la gloria, que han resuelto poner en la lista
de concejales solo a socios del club de La Unión", dice
Pinoargote. Por tal motivo, ya no necesitan de los Castro o
Toral o de algún otro líder barrial.
Toral, semanas antes de la inscripción de las candidaturas se
ufanaba de ser uno de los elegidos por Febres Cordero para
postularse a segundo diputado por el Guayas, propósito que le
falló, lo que ratifica la tesis de Pinoargote.
De su lado, el ex alcalde Jorge Norero cree que en esa lista
hay algunos que lo que tienen es afán de notoriedad. Son
aquellos que siempre están con todo el mundo (en alusión a
Chiriboga Parra).
Para el sociólogo Gaitán Villavicencio el término oligarcas
endilgado a los candidatos de la lista de concejales que
acompaña a Febres Cordero es un tanto desfasado "porque cada
quién busca a las personas de su propio grupo, es decir, el ex
mandatario ya definió ese propósito cuando gobernó. Lo
interesante de todo esto es que esos candidatos, que son
empresarios privados, demuestren alguna vez que tiene
capacidad y calidad de ser empresarios de servicio público".
Pero a juicio del sociólogo Simón Pachano por primera vez la
oligarquía busca una autorepresentación. Su plataforma es que
ellos se lanzan no como políticos, pero sí con una propuesta
ética, por eso LFC propone "despolitizar el cabildo y hacer
una jornada cívica".
Además sus acompañantes no tienen trayectoria política y
aparecen como los "notables". Se supone que buscan
despolitizarlo, pero lo politizan más porque se trata de un
grupo de presión muy específico. Lo que están haciendo es
retomar los mecanismos populistas, pero vaciándolo de su
contenido popular.
No es casual que la dirigencia del Barcelona esté en manos de
la oligarquía ... Esto se debe a que la situación ha cambiado.
Antes Guayaquil vivía una época de invasiones, entonces los
directores de cooperativas, líderes barriales tenían mucha
fuerza. Ahora están supeditados a la estructura partidista.
Entonces, quienes están en la cúpula saben que pueden manejar
la política directamente. Además hay un objetivo nacional, ya
que controlar Guayas equivale a tener un 26 por ciento del
electorado, luego ellos buscan copar Guayas y de ahí tener un
trampolín nacional.
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Quiénes son los que acompañan a LFC
En esa lista de candidatos a concejales aparece Luis
Chiriboga, banquero vinculado al desaparecido banco de
Descuento que Febres Cordero liquidó, y actualmente a
Filanbanco. César Rodríguez Baquerizo, ex ministro de Obras
Públicas de su gobierno, propietario de constructoras e
inmobiliarias. Henry Raad, vinculado a los almacenes
importadores PYCCA y editorialista de diario El Telégrafo.
José Plaza, ex director de la Junta de Beneficencia. Julio
Hidalgo Febres Cordero, exportador de productos del mar. Harry
Eiser, ex presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del
Guayas y propietario de una empresa constructora de bisutería.
Leopoldo Amador, empresario de bienes raices y José Carrera
del Río, empresario.
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El paso de figuras y partidos por el Municipio porteño.
-Desde hace 172 años, cuando José Joaquín de Olmedo se
posesionó como primer alcalde de Guayaquil, han pasado 131
alcaldes a un promedio de un año y 3 meses cada uno.
Pero desde 1947, en que el pueblo eligió el primer alcalde
(Rafael Guerrero, del partido Liberal, entre 1947 y 1950) han
pasado 38 alcaldes, en su mayor parte afiliados a partidos
populistas como CFP, APRE y PRE o a partidos afines como el
Liberalismo, etc.
Tal es el caso de Carlos Guevara Moreno (51-52), Rafael
Mendoza Avilés (52-53), Amalio Puga (1957), Luis Robles Plaza
(1957-59), Assad Bucaram (1962-63 y 1970), Antonio Hanna,
(1980-81), Abdalá Bucaram (1984-85), Elsa Bucaram, (1988-91).
Pedro Menéndez, (1953-54 y 1959-61), Joaquín Orrantia
(1966-67), Francisco Huerta, (1972), Raúl Baca (1978), Harry
Soria (1991-92).
Los últimos alcaldes que ha tenido Guayaquil son: Antonio
Hanna, que fue elegido por el APRE, (hoy de CFP) luego lo
reemplazó Bolívar Cali, también del APRE (hoy de la DP);
Abdalá Bucaram, afiliado a CFP, DP y PRE, Jorge Norero,
afiliado al FRA y luego en CFP, Jorge Perrone, FRA, Elsa
Bucaram, afiliada al CFP y PRE y Harry Soria desafiliado de
CFP.
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Presencia de los dos últimos gobiernos con Guayaquil.
La presencia de los dos últimos gobiernos en Guayaquil es uno
de los preponderantes para que la ciudadanía haya equilibrado
la balanza en favor de Febres Cordero
Es indudable que el gobierno de Febres Cordero se dedicó a
hacer varias obras, unas importantes y otras innecesarias y
polémicas en Guayaquil. Sin embargo, dejó a un lado la
atención de servicios vitales como la dotación de agua potable
y la limpieza de la ciudad, que, siendo responsabilidad del
municipio que controló a su manera y gusto, no las remedió.
Febres Cordero se dedicó a hacer obras de relumbrón, pasos a
desnivel, perimetrales, rellenos, canchas deportivas. Pero
pese a esta aparente falta de obras vitales, los guayaquileños
comparan al anterior con el actual gobierno, cuyo presidente
Rodrigo Borja ha tenido poca presencia en las calles, y se
quedan con el primero.
Para desterrar cualquier imagen distorsionadora del régimen
febrescorderista, se valen de lideres barriales, que al paso
contentan a los necesitados dándoles energía eléctrica,
relleno, agua en tanqueros, gestión que no la cumplen los
allegados a Borja.
¿Por qué la aparente apatía de la ciudadanía guayaquileña ante
los problemas y escándalos en los cabildos, aunque soporta una
grave ausencia de servicios?.
La apatía ciudadana se debe a que una buena cantidad de
habitantes de la ciudad no ha nacido aquí. Otros creen que el
quemeimportismo nace porque los guayaquileños se han
acostumbrado a trabajar para sí, no para la comunidad. Tiene
más sustento este segundo argumento cuando, pese a que la
ciudad se ahoga en basura y hace falta el agua, ningún
ciudadano ha salido a las calles a protestar. "Eso solo se lo
hace cuando gana Barcelona", decía alguna vez un comentarista
radial. Bajo este razonamiento, podríamos decir entonces que
deberá bajar de categoría Barcelona para que se levante el
guayaquileñismo.
Villavicencio manifiesta que la apatía ha existido desde hace
mucho tiempo por cuanto no hay una democratización del estado
a nivel de las instancias locales, derivado de la hegemonía de
los partidos populistas como la de los Bucaram y Febres
Cordero.
EXPLORED
en Autor: Alcides Montilla - [email protected] Ciudad N/D

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