Quito. 20 mar 2001. Radiografía de la fuga intensiva de médicos jóvenes,
quienes emigran en busca de mejores oportunidades.

Marcelo Silva, (55) no tiene inconveniente en mostrar el último rol de
pago por trabajar cuatro horas diarias, de lunes a viernes, en un
prestigioso hospital de Guayaquil: 151 dólares. El presidente del Colegio
de Médicos del Guayas, es oftalmólogo graduado hace 21 años. Su caso es
el de la mayoría de los médicos del país cuyos ingresos mensuales están
entre los más bajos de Latinoamérica.

En realidad no es nuevo el problema de los bajos sueldos a profesionales
que han estudiado, como mínimo, ocho años en la universidad para ejercer
una carrera que exige un alto nivel de preparación. Pero la actual
generación de médicos no está dispuesta a repetir la historia de sus
colegas con más experiencia y opta por guardar su título en la maleta
para abandonar el país en busca de mejores oportunidades en el
extranjero. "Si pudiera yo también me fuera, pero a estas alturas aquí ya
tengo mi vida hecha", dice Silva.

El país comienza a sentir la ausencia de 3.000 médicos que en los últimos
dos años han abandonado el país. Para los cuatro cargos que ofrecía la
última convocatoria del Colegio de Médicos del Guayas en busca de
doctores para el hospital de Ancón solo se presentaron dos candidatos. En
estos concursos antes existían como mínimo 50 solicitudes, pero ya no
tienen la misma acogida porque los candidatos idóneos, médicos
preferiblemente recién graduados, no les interesa recibir, por su
esforzado trabajo, un sueldo base de 52 dólares mensuales.

No se trata de un caso aislado. Por falta de participantes la Escuela de
Graduados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica
de Guayaquil, declaró desierto el concurso para realizar un postgrado en
Perinatología en el hospital del Seguro Social. El hospital de Manta se
quedó de un momento a otro sin la mayoría de sus médicos residentes: el
mismo día, 11 de ellos tomaron un avión que los llevaría a Santiago de
Chile.

La situación no sólo se da en instituciones públicas: las clínicas
pierden a los profesionales a cargo de las emergencias y las guardias
porque éstos toman decisiones radicales. "Cada vez se nos hace más
difícil completar el cuadro de 26 residentes debido al drenaje de médicos
al exterior. Jóvenes con conocimientos técnicos y experiencia abandonan
el país produciendo la exanimación de la sociedad", dice el doctor
Eduardo Alcívar. Él está al frente de una de las más importantes clínicas
de Guayaquil, donde ofrecen a sus residentes ventajas que podrían hacer
los puestos más atractivos: un sueldo superior al promedio, mejor nivel
técnico y en general buenas condiciones de trabajo. No obstante, en la
última convocatoria a dos puestos para realizar un postgrado en Ortopedia
solo tuvieron un postulante. El otro puesto lo tomó un médico
costarricense que decidió venir a especializarse en Ecuador.

Si bien la salida paulatina de doctores se da desde hace una década, ha
sido la crisis económica actual el principal impulso para que los
profesionales salgan de manera masiva, ocasionándole al país la pérdida
de recurso humano de alto nivel que ha completado una educación superior.
A diferencia de quienes viajan a realizar tareas domésticas o a trabajar
en el campo, en este tipo de emigración se trata de profesionales, en su
mayoría de clase media, la cual se la califica como fuga de cerebros.

Emergencia

"En el bajo porcentaje asignado a la salud dentro del presupuesto
nacional del Estado, un 2.9 por ciento en el 2001, están los motivos por
los que Ecuador pierde a profesionales que tanto cuesta formarlos", dice
el doctor Galo Salazar, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad de Guayaquil, una de las ocho universidades ecuatorianas de
donde egresan los médicos.

Afirma que en los siete años de carrera de cada médico, el Estado
invierte aproximadamente 8.000 dólares. De este valor, un estudiante
paga, por cada año de estudio, un promedio de 100 dólares por su
matrícula, y los extranjeros, 250. En lo económico que resulta obtener un
título universitario se encuentra el porqué en esta facultad hay un alto
porcentaje de estudiantes extranjeros; entre los más numerosos están los
colombianos que son 800, les siguen en cantidad los brasileños, chilenos
y peruanos. "Ecuador es uno de los pocos lugares donde la educación
universitaria es subsidiada por el Estado. En otros países se da
prioridad a la primaria y secundaria, siendo en la Universidad muy
selectivos", afirma Salazar.

Enfatiza que debido a los pocos recursos económicos destinados a la
salud, existen pocas plazas de trabajo y sueldos bajos. Las cifras hablan
solas: de los 32 mil médicos registrados en la Federación Médica
Ecuatoriana, el 60 por ciento está desempleado. "El problema es que no
hay una planificación. Se engaña a los jóvenes al darles la oportunidad
de estudiar para luego entregarles una frustración. ¿O acaso hay algo más
doloroso que tener que manejar un taxi con un título universitario al
volante?", se pregunta Eduardo Alcívar.

En el país, aparte de las instituciones privadas, los organismos que
ofrecen trabajo a los médicos son el Ministerio de Salud Pública, el
Instituto de Seguridad Social, la Junta de Beneficencia de Guayaquil, la
Sociedad de Lucha Contra el Cáncer, los cuales además mantienen convenios
con las universidades para la realización de los postgrados en
especialidades como ginecología, cardiología, pediatría, oftalmología,
medicina general, etc...

Los postgradistas, conocidos también como residentes, son profesionales
graduados luego de siete años de estudios intensivos y un año de rural
quienes atienden las emergencias en las clínicas y hospitales. "Reciben
un salario de 52 dólares. Se los trata como estudiantes a pesar de que el
trabajo que realizan es de un profesional. Son 24 horas de guardias cada
dos días, asumiendo la responsabilidad de las emergencias", explica
Salazar.

Como requisito para los residentes está establecida la imposibilidad de
trabajar para otra institución. "Hay limitaciones como el caso de los
médicos que participan en los convenios con el Hospital del Seguro,
quienes no están afiliados al Seguro Social; las mujeres que optan por
este postgrado que tiene una duración de tres años, no pueden quedar
embarazadas", afirma Silva, del Colegio de Médicos.

Pero las dificultades laborales no son exclusivas de los médicos en
formación. En realidad no hay mucha diferencia con la de un médico con 20
años de experiencia, quien de acuerdo a la Ley de Escalafón Médica por
ocho horas de trabajo recibe un cheque de 180 dólares como base, al cual
se le añadirán ciertos beneficios. Estos valores están vigentes desde
junio del año pasado luego que los médicos hicieron dos huelgas
nacionales exigiendo la nivelación de sus ingresos.

Para subir la adrenalina

En Ecuador no existen cifras oficiales que determinen cuántos médicos el
país necesita para atender a su población, mucho menos se sabe los
especialistas que requiere; de referencia se toma a la Organización
Mundial de la Salud que establece que por cada 10 mil habitantes debe
existir un médico.

En la Federación Médica Ecuatoriana están registrados 32.000 mil, pero se
trata de una cifra no actualizada en la que pueden incluirse algunos
fallecidos, otros con algunas decenas de años de graduados y están
retirados del ejercicio profesional. Es decir, que 20 mil médicos están
en plena actividad. Aún si Ecuador tuviera el número de médicos
necesarios, el problema radica en la concentración de los profesionales
en las grandes ciudades, por lo que se dejan abandonadas áreas rurales.

A pesar de lo poco motivante y rentable que puede resultar el ejercicio
de la medicina, la demanda por estudiar esta carrera no disminuye. Las
cifras pueden subir la adrenalina a cualquiera: se calcula que anualmente
egresan 1.200 médicos en el país, y el asunto va en aumento: en este año
se inscribieron solo en la Escuela de Medicina de la Universidad de
Guayaquil 1.700 estudiantes en el pre-universitario; el año pasado fueron
1.300.

Diagnóstico

Existen remedios para los males que afectan a este adolorido sector. En
el Colegio de Médicos se barajan alternativas para crear puestos de
trabajo. Tal es el caso de la aplicación de la Ley del Médico Escolar
creada en el tiempo del gobierno de Rodrigo Borja, la cual exige que por
cada 500 alumnos exista en el plantel educativo un médico destinado a
velar por la salud de estudiantes y su familia. "Esta Ley no se aplica ni
en el caso de los establecimientos particulares", afirma Marcelo Silva.
Asimismo, se mantiene archivado el programa del médico de empresa en el
que se determina que por cada 100 trabajadores debe existir un médico.

Más allá de las medidas que se podrían aplicar de manera inmediata, los
problemas en el área de la salud requieren soluciones de fondo. Para
nadie es secreto que el camino más viable para enfrentar la última crisis
política del actual Gobierno fue cambiar al anterior Ministro de Salud,
lo cual es una demostración de que este puesto se lo considera una cuota
política. "El tema salud se lo maneja de manera improvisada, sin
continuidad en el trabajo, sin una política de Estado. Debe existir en el
país un Gerente Nacional de Salud, con preparación técnica y un masterado
en Salud Pública para que lleve adelante un programa a largo plazo a
través de los gobiernos", sugiere Alcívar.

Salazar concluye: "El problema es que no se ve a la salud como inversión
sin comprender que el capital humano es lo más importante. Un pueblo
enfermo no produce".

Los especialistas han dado su diagnóstico. Mientras tanto al país le
continúan succionando su sangre joven, la vida misma de una comunidad...
(Texto tomado de la Revista Vistazo, edición 8 de marzo de 2001)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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