EL PULSO DE LA ECONOMIA A LA ESPERA DE UN ACUERDO CON FMI
Por Gonzalo Maldonado Albán

Quito. 15.02.91. Los principales indicadores económicos del
país parecen no querer continuar en el camino de la
convalecencia. Como si los íntimos engranajes de la economía
hubiesen dejado de girar, extenuados por el torniquete del
FMI.

La inflación se paró en seco, como un mulo terco, en 50 por
ciento anual, y no quiere saber nada de seguir bajando, a
pesar de las contínuas azotainas monetarias que le propina el
Banco Central.

De otra parte, las exportaciones han comenzado a volver por su
cauce habitual, luego de haber alcanzado niveles inusuales
durante la guerra en el Golfo Pérsico que disparó los precios
internacionales del barril de crudo. Se comienza a notar,
pues, que los grandes superávit comerciales que se
registraron, cuando este conflicto estaba en su peor momento,
empiezan ahora a declinar. Inclusive algunos rubros
tradicionales de exportación no cesan de disminuir. Como el
café, por ejemplo, que acaba de registrar una caída en sus
ventas por segundo año consecutivo.

Las reservas monetarias engordan, eso sí. Pero deben ser
contínuamente esterilizadas para que no germine la simiente de
la inflación. De paso se mata también cualquier posibilidad de
reactivación económica. Y está también el dólar, subiendo como
un fuego de artificio, una señal de desconfianza y
escepticismo frente al actual manejo económico.

Y detrás de todo esto se cierne lo inevitable: un nuevo ajuste
del mismo corte que el anterior y, al parecer, más drástico
todavía. Para continuar haciendo girar esos frágiles
mecanismos que rigen la economía del país, aunque sea a
horcajadas, a rompecincha, hasta que esas menudas rueditas
dentadas crujan e intenten poner orden a la economía del
país.

Hasta tanto varias cosas quedarán pendientes: las expectativas
de los agentes económicos ecuatorianos seguirán exacerbándose,
especulando sobre las posibles medidas económicas que serán
adoptadas por las autoridades.Y, lo que es peor, la
renegociación de la deuda externa del país queda también en
suspenso hasta que el Ecuador "regularice" sus relaciones con
el Fondo Monetario. Todo queda, pues, supeditado a lo que
resulte de las nuevas conversaciones con esta entidad
multilateral: la evolución de los indicadores, las
expectativas de los agentes económicos, el resultado de la
renegociación de la deuda externa, el destino final de la
población ecuatoriana.

Atenúan disparada del dólar libre

Luego de que los pizarrones de las casas de cambio del país
registraran contínuos incrementos en la cotización del dólar
estadounidense (llegó a venderse a 1.040 sucres el pasado 13
de marzo), las autoridades del gobierno decidieron inyectar
una porción considerable de divisas en el mercado libre para
atenuar la estampida de esta moneda, según afirmaron fuentes
vinculadas a los mercado cambiarios del país.

A criterio de estos analistas, varios factores confluyen para
explicar el incremento en la cotización del dólar: en primer
lugar está la visita de una misión del Fondo Monetario al
Ecuador, que generó una ola de especulación frente a una
eventual devaluación del sucre. Está también el hecho de que
mucha gente busca proteger su capacidad adquisitiva, comprando
monedas duras, entre ellas, el dólar.

Se especula también con el hecho de que la economía
ecuatoriana tendrá que atravesar por serios problemas una vez
que el precio del barril de crudo ha comenzado a declinar,
luego que el conflicto bélico en el Golfo Pérsico ha
terminado.

En fin, todo parece indicar que las expectativas de los
agentes económicos comienzan a exacerbarse luego de conocerse
la noticia que el país no pudo cumplir con las metas de ajuste
acordadas con el FMI y, por lo tanto, se rumora que un nuevo
paquete de medidas podría aplicarse en los próximos meses. Así
las cosas, es de esperarse que el comportamiento de la divisa
estadounidense continúe errática por algún tiempo.

Aumentaron ventas externas de petróleo

Las exportaciones ecuatorianas experimentaron un incremento
notable entre enero y diciembre de 1990, con respecto al mismo
período de 1989.

Este aumento en las ventas externas se debe básicamente a las
exportaciones petroleras, que entre los dos períodos señalados
subieron alrededor de 200 millones de dólares, por el
incremento de los precios internacionales del crudo. En
contrapartida, las ventas de café, un producto de exportación
tradicional, han declinado por segundo año consecutivo, al
alcanzar un nivel de ventas de apenas 104.152 miles de
dólares. El sector cafetalero atraviesa por serios problemas
de calidad y rendimiento a causa del envejecimiento de sus
plantas.

De otra parte, el camarón alcanzó, hasta fines de 1990,
niveles de ventas prácticamente iguales a los del año
anterior.

El banano

Lo mismo de siempre: que no baja la inflación

Que no baja la inflación, sí. A pesar del ajustón monetario
que restringió al mínimo las posibilidades de supervivencia de
la economía. Porque supuso cortar la mayoría de las líneas de
crédito a los sectores productivos del país, e incrementar el
costo de financiero de estos recursos. Y borrar, con ello, las
posibilidades de una reactivación productiva e imponer a la
recesión como la tónica general de la dinámica económica. Pero
la inflación no baja.

Pero los salarios reales sí. Y la capacidad de satisfacción de
las necesidades de las personas con ingresos fijos, que son
muchos. Aunque no tantos como los desempleados y subempleados
que deben ampararse en la informalidad para sobrevivir.

Una evolución favorable del índice inflacionario en los
próximos meses no es de esperarse, fundamentalmente por
razones de expectativas. El dólar ha comenzado a subir,
atizando el componente importado de la inflación. La
posibilidad de un nuevo paquete de medidas de ajuste también
provocará medidas especulativas que afectarán los precios.

¿Se acabaron los gordos superávit?

A partir de agosto de 1990, la balanza comercial del Ecuador
comenzó a experimentar superávit inusuales en los registros
económicos del país: 150 millones de dólares durante ese mes;
124 millones en septiembre; 190 millones de dólares a finales
de octubre; y 135 millones de dólares en noviembre pasado.

¿La razón?

Los precios del barril de petróleo en los mercados
internacionales comenzaron a cotizarse muy alto a causa de la
irrupción del conflicto en el Golfo Pérsico. Esto hizo que los
ingresos petroleros del país aumenten considerablemente
durante todo el lapso que duró este hecho. Automáticamente,
después de haber terminado la guerra en el Golfo, los precios
del petróleo en el mundo comenzaron a declinar y, por lo
tanto, los márgenes positivos en la balanza comercial
ecuatoriana comenzaron a estrecharse.

De todas formas, el resultado final que trae el saldo de esta
balanza es de 1.003 millones de dólares entre enero y
diciembre de 1990; una cifra notablemente superior a la
registrada durante 1989, que fue de apenas 661 millones de
dólares.

A criterio de exportadores consultados, el saldo comercial del
país comenzará a registrar sus guarismos habituales, luego que
las coyunturas especiales han terminado en los mercados
externos. En estas circunstancias, pues, es de esperarse que
la acumulación de divisas a partir de superávit comerciales no
sea de gran magnitud. (A-2).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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