EL PROYECTO DE LA EMAP
Quito. 03.10.90. El proyecto de la Empresa Municipal de
Alcantarillado, EMA, comprende seis puntos, resumidos en su
conversación con HOY por el subgerente, Jorge Poveda.
1. Construcción de varios canales de coronación en las
laderas del Pichincha que confluirían en tanques de
regulación, bastante grandes. Su función será la de acumular
el agua para que cuando termine la tormenta fluya poco a
poco, de acuerdo con la capacidad del colector, ya regulado su
caudal.
En los siete quilómetros del estudio sobre las
laderas, que comprende desde Miraflores hasta Cotocollao, se
estima construir ocho tanques de grandes dimensiones, con
capacidad para captar las lluvias críticas y también los
aluviones. Cualquier aluvión que se produjera en la montaña,
entonces, se quedaría en los tanques de retención. Esta
alternativa es una réplica de lo que sucedió en 1983
cuando un aluvión afectó el norte de Quito, precisó Poveda.
"El aeropuerto se salvó porque había delante un paso a
desnivel que se llenó de agua e impidió que llegara siquiera
una gota de líquido al aeropuerto", dijo.
2. Otro punto se refiere a dar un tratamiento "especial" a
las quebradas más importantes. La quebrada Rumihurco, en el
sector de San Carlos y el Condado, es una de las más largas.
Tiene casi 13 quilómetros de longitud, muchísima piedra y
características mecánicas muy difíciles. Además de
Rumihurco está la quebrada Rumipamba, en la prolongación de
la avenida Mariana de Jesús, con similares condiciones.
Estas quebradas recibirán un tratamiento independiente para
regular sus caudales de tal manera que cualquier cambio que
pudiera producirse ocurra en la montaña y no en la ciudad.
Serán nuevos canales dirigidos hacia un nuevo cauce que será
reforzado, mantenido, encajonado, mejorado.
3. Un tercer punto es la regularización de los cauces, tanto
aguas abajo como aguas arriba del proyecto, que está situado
en la cota de los 3 mil metros.
Aguas abajo las quebradas estarán secas pero recogerán las
aguas de esa área. Aguas arriba el proyecto prevé mantener
todas las cunetas y túneles previstos, bajar las pendientes,
no tenerlas muy fuertes para que no produzcan tanta energía
que pudiera causar destrucción. Estas obras deberán hacerse
sobre el proyecto con el fin de regularizar los cauces.
El exceso de velocidad -señaló Poveda- desfonda los cauces y
los bordes se debilitan hasta que se derrumban. Entonces
forman una represa y ésta el aluvión. Para evitarlo se
regularizan los cauces y rebajan las pendientes.
4. También serán estabilizados los taludes de las quebradas
aguas arriba en determinados puntos, de tal manera que
cualquier derrumbe que se produjera no afectaría el
proyecto.
"Consideramos -dijo Poveda- que los caminos por donde
transitan carros y peatones tienen taludes peinados, con una
inclinación para que no se derrumben. "El agua es también un
camino y hay necesidad de estabilizarlo ya sea con hormigón,
gaviones, muros de piedra. La ciudad tiene estas
características y hay que enfrentarlas", añadió.
5. El siguiente punto es el manejo de las cuencas y la
arborización. No será una arborización con árboles altos como
los eucaliptos porque éstos producen una resina que
impermeabiliza y degenera al suelo, al punto que ninguna
planta crece debajo de ellos. La intención es que sea una
arborización tipo chaparro. "Y si se puede dar a esas cuencas
alguna utilidad de tipo recreacional en buena hora", señaló
Poveda. También se colocarán ciertas estructuras que detengan
la violencia de las aguas.
"En Estados Unidos y Colombia se siembran troncos, se colocan
piedras, pirámides o se construyen cunetas perdidas, con
ramas. Con esto se busca que el agua tarde mucho en llegar a
la quebrada y su recorrido sea muy largo.
Lo ideal sería que cuando lloviera en el Pichincha el agua
llegara a la quebrada cuando la tempestad hubiera acabado",
anotó el subgerente.
6. Otro punto del plan es de tipo complementario, comprende
la prolongación del alcantarillado hasta el límite urbano de
la ciudad, de tal manera que la población no pueda botar
materiales que taponen las bocas. Eso se logrará cuando se
hayan eliminado las quebradas y la posibilidad de botar
desperdicios en las bocas de los colectores. (C-8).
Quito. 03.10.90. El proyecto de la Empresa Municipal de
Alcantarillado, EMA, comprende seis puntos, resumidos en su
conversación con HOY por el subgerente, Jorge Poveda.
1. Construcción de varios canales de coronación en las
laderas del Pichincha que confluirían en tanques de
regulación, bastante grandes. Su función será la de acumular
el agua para que cuando termine la tormenta fluya poco a
poco, de acuerdo con la capacidad del colector, ya regulado su
caudal.
En los siete quilómetros del estudio sobre las
laderas, que comprende desde Miraflores hasta Cotocollao, se
estima construir ocho tanques de grandes dimensiones, con
capacidad para captar las lluvias críticas y también los
aluviones. Cualquier aluvión que se produjera en la montaña,
entonces, se quedaría en los tanques de retención. Esta
alternativa es una réplica de lo que sucedió en 1983
cuando un aluvión afectó el norte de Quito, precisó Poveda.
"El aeropuerto se salvó porque había delante un paso a
desnivel que se llenó de agua e impidió que llegara siquiera
una gota de líquido al aeropuerto", dijo.
2. Otro punto se refiere a dar un tratamiento "especial" a
las quebradas más importantes. La quebrada Rumihurco, en el
sector de San Carlos y el Condado, es una de las más largas.
Tiene casi 13 quilómetros de longitud, muchísima piedra y
características mecánicas muy difíciles. Además de
Rumihurco está la quebrada Rumipamba, en la prolongación de
la avenida Mariana de Jesús, con similares condiciones.
Estas quebradas recibirán un tratamiento independiente para
regular sus caudales de tal manera que cualquier cambio que
pudiera producirse ocurra en la montaña y no en la ciudad.
Serán nuevos canales dirigidos hacia un nuevo cauce que será
reforzado, mantenido, encajonado, mejorado.
3. Un tercer punto es la regularización de los cauces, tanto
aguas abajo como aguas arriba del proyecto, que está situado
en la cota de los 3 mil metros.
Aguas abajo las quebradas estarán secas pero recogerán las
aguas de esa área. Aguas arriba el proyecto prevé mantener
todas las cunetas y túneles previstos, bajar las pendientes,
no tenerlas muy fuertes para que no produzcan tanta energía
que pudiera causar destrucción. Estas obras deberán hacerse
sobre el proyecto con el fin de regularizar los cauces.
El exceso de velocidad -señaló Poveda- desfonda los cauces y
los bordes se debilitan hasta que se derrumban. Entonces
forman una represa y ésta el aluvión. Para evitarlo se
regularizan los cauces y rebajan las pendientes.
4. También serán estabilizados los taludes de las quebradas
aguas arriba en determinados puntos, de tal manera que
cualquier derrumbe que se produjera no afectaría el
proyecto.
"Consideramos -dijo Poveda- que los caminos por donde
transitan carros y peatones tienen taludes peinados, con una
inclinación para que no se derrumben. "El agua es también un
camino y hay necesidad de estabilizarlo ya sea con hormigón,
gaviones, muros de piedra. La ciudad tiene estas
características y hay que enfrentarlas", añadió.
5. El siguiente punto es el manejo de las cuencas y la
arborización. No será una arborización con árboles altos como
los eucaliptos porque éstos producen una resina que
impermeabiliza y degenera al suelo, al punto que ninguna
planta crece debajo de ellos. La intención es que sea una
arborización tipo chaparro. "Y si se puede dar a esas cuencas
alguna utilidad de tipo recreacional en buena hora", señaló
Poveda. También se colocarán ciertas estructuras que detengan
la violencia de las aguas.
"En Estados Unidos y Colombia se siembran troncos, se colocan
piedras, pirámides o se construyen cunetas perdidas, con
ramas. Con esto se busca que el agua tarde mucho en llegar a
la quebrada y su recorrido sea muy largo.
Lo ideal sería que cuando lloviera en el Pichincha el agua
llegara a la quebrada cuando la tempestad hubiera acabado",
anotó el subgerente.
6. Otro punto del plan es de tipo complementario, comprende
la prolongación del alcantarillado hasta el límite urbano de
la ciudad, de tal manera que la población no pueda botar
materiales que taponen las bocas. Eso se logrará cuando se
hayan eliminado las quebradas y la posibilidad de botar
desperdicios en las bocas de los colectores. (C-8).
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