Quito. 13 may 2001. El matrimonio de Beatriz y Armando es el último
capítulo, era algo que el público no esperaba de una novela diferente.

Hermosa como nunca lo fue, acompañada de la música de Armando Manzanero y
de su padre, Beatriz Pinzón Solano llegó al altar y para casarse ¿con
quién: el francés o Armando, el que tanto le hizo sufrir? Pues con
Armando Mendoza, el presidente de Ecomoda, el mismo que la enamoró a
pesar del asco y el remordimiento que le causaban sus lentes de botella,
el cerquillo grasoso, sus frenillos y sus gestos torpes. Pues sí, el
matrimonio de Betty y Armando marca el capítulo final de la telenovela
colombiana Yo soy Betty, la fea.

Durante la boda, Armando Manzanero, en compañía de Olga Tañón, le tenía
preparada a su prometida en la iglesia, donde el artista cantó Somos
novios.

Betty llegó a pie pues el automóvil de su padre, don Hermes Pinzón
Galarza, como de costumbre se dañó, y presa de la emoción recorrió el
altar.

En la iglesia estaban todos los integrantes de la empresa Ecomoda,
incluidos Freddy el mensajero, el celador y las integrantes del cuartel
de la feas, amigas inseparables de Betty. Preso de la nostalgia por la
boda de su mejor amiga y por la ausencia de la peliteñida Patricia
Fernández, el genio de la economía Nicolás Mora terminó bebiendo sin
parar y durmiendo en plena iglesia.

Aunque aún este culebrón no ha finalizado en Ecuador, mucho se ha hablado
de este último capítulo que causó decepción en Colombia. La mayoría de
gente no esperaba el típico final feliz, al contrario de lo que pensaron
los productores de Betty.

Los libretistas pecaron de ser complacientes con el público, dijo Omar
Ospina, crítico de cine, al opinar sobre este final. Pudo haber sido
diferente. Me decepciona. La imagen de Betty como mujer claudica porque
el último capítulo es una concesión a la mujer enamorada y no a la mujer
luchadora y de carácter como alguna vez Betty mostró ser, finaliza.

En el diario online El Tiempo, de Bogotá, se realizó una encuesta sobre
el final de Betty. De 2767 votos, un 30, 5% opina que el final es malo,
un 20,5% opina que es obvio, un 19,6 dice que es apresurado, un 16,8%
opina que es muy rosa. Solamente el 12,4% opina que es acertado.
Diego Tapia, experto en analisis de cine y medios, opina que la novela le
parecía interesante por el humor que utilizaba. Con respecto al final es
un final de Cenicienta, la fea se casa con el príncipe, algo que la guapa
no lo logró, dice Los productores se asustaron de romper los esquemas al
terminar con un final así, marcado por su éxito comercial. Decidieron
seguir por lo seguro: los finales mexicanos, tradicionales, bobos,
afirma.

La novela logró cautivar a 14 millones de colombianos que cada noche se
sentaban frente a sus televisores para seguirla con avidez, y también le
permitió al canal RCN superar su déficit de $3 millones gracias a sus
millonarias ventas.

Una vez consolidada como el producto de más éxito en la historia de la
televisión de Colombia, Betty llegó a imponer una tarifa de 15 mil
dólares por minuto de publicidad, lo que se constituyó en un récord.

Un culebrón atípico

A pesar de que Betty aún no finaliza en el país, el final está en boca de
todo el mundo y las opiniones no se han hecho esperar.

Es un final pésimo, la novela prometía mucho desde el principio, se
convirtió en un mito para toda América Latina y con ese final feliz, la
novela, que tenía un buen despegue, terminó chocándose dijo Javier
Rosero, de 24 años. Sigue el mismo estereotipo de todas las novelas. Si
causó impacto en el público, es porque era distinta.

Esperaba un final diferente, no importa si se quedaba con el francés o
con otro dijo Juan Carlos Guerra, un fiel espectador de la novela.

Esta, sin duda, fue una producción diferente a todos los "culebrones" que
se han producido con éxito en América Latina. Quizá por primera vez no se
habló de los amores ideales y de las mujeres sufridas, sino de una mujer
con talento e inteligencia, que sin importar su belleza fue el centro de
atracción en el mundo de los exitosos, como lo hacen muchas mujeres
latinoamericanas.

Lola de Baca, de la Red de mujeres en Comunicación, dice:A pesar de su
fealdad, la calidad de ser humano que tiene Betty llega a ser valorado
por Armando, quien cambia su referente de amor de una mujer escultural
hacia una fea muy capaz, dice. Creo que es un final esperado que él se
case con ella porque la valora, y eso está bien. Aunque novela es novela,
en ellas los finales siempre son felices, concluye.

- Un éxito tenaz

Durante la temporada de Betty, la novela tuvo un gran éxito, y no
solamente fuera de Colombia, la serie también fue adquirida por el Canal
13 de Chile, Panamericana de Perú, Telefé de Argentina, Televisa de
México, RCTV de Venezuela y Telemundo de Estados Unidos.

Esta novela trascendió las fronteras de Latinoamérica, pues Betty y la
actriz que la caracterizó, Ana María Orozco, ocuparon en Estados Unidos
las portadas de los diarios The Washington Post y de The New York Times.

La novela contó con invitados como Franco de Vita, Taís Araujo, Gino
Molinari, entre otros. De la novela y su trama hablaron ministros,
miembros del Gobierno, de los deportes, la política y hasta el propio
presidente colombiano, Andrés Pastrana, quien apareció espontáneamente en
un capítulo. (PCG) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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