Carlos Pólit, secretario de la Presidencia de la República propone un pacto de no agresión

La oficina de Carlos Pólit está a unos quince metros de la del Presidente.

Hasta allí el camino se antoja embrollado: detector de metales, dos controles militares, miradas escrutadoras de cuerpos de seguridad en civil que patrullan corredores y salas de espera…

El ambiente en Carondelet es denso.

Pólit es, al parecer, un hombre amigo del orden y de los ambientes minimalistas.

Su oficina luce impecable. La Costa le da ventajas: es informal en el trato y es directo.

En su discurso se nota el momento político, pues tiende a incluir partes propagandísticos y justificaciones que, a la postre, sabe desplazadas. Sin embargo, escucha. Y elabora posiciones políticas mientras habla.

Su figura ha vuelto a ganar peso ante el Presidente.

¿Recoge el Gobierno algún mensaje de la marcha de la oposición en Quito?

El Presidente manifestó públicamente que está abierto al diálogo las 24 horas del día para tratar los temas que va a plantear la Asamblea de Quito Hasta hoy (viernes) no hemos recibido ningún planteamiento. Ojalá que podamos sentarnos y encontrarle alguna viabilidad.

¿Y cuál es el mensaje que ustedes recogen?

El Presidente es consciente que, cuando se producen democráticamente las movilizaciones, hay la obligación de atenderlas. Pero parece que todavía no se ponen de acuerdo sobre los pedidos.

Los manifestantes pidieron claramente dar paso, en forma inmediata, a una nueva Corte Suprema de Justicia.

He escuchado que la posición de ellos es la de elegir a ocho notables y que de allí salga la renovación o la nueva Corte Suprema. El Gobierno no está de acuerdo con ello. El Gobierno piensa que no se le puede quitar un derecho al pueblo.

De hecho, muchas de las propuestas, incluida la del ministro Damerval, implican que el Congreso cree una figura transitoria por esta vez.

Definitivamente. Lo que se pueda dialogar tiene que ir a una resolución específica del Congreso. No hay ni otro camino ni otra salida pues es el Congreso con una mayoría legítima el que puede acoger esa posición. Usted hablaba de la propuesta del ministro Damerval. Es muy buena, pero el ministro hace parte del Gobierno y ya hay un planteamiento del presidente Gutiérrez que es de donde debemos partir. En todo caso, lo que interesa es que el Presidente está dispuesto a escuchar todos los aportes para encontrar un camino constitucional.

En esa vía, ¿están ustedes dispuestos a retirar el proyecto de consulta popular que el Presidente envió al Congreso?

Si hay que retirarla, reconstruirla o reformarla para darle una viabilidad en una mesa de negociaciones, el Presidente estaría dispuesto.

¿Podría renunciar a ella?

El Presidente no ha hecho ese pronunciamiento. Pero si usted se sienta a dialogar es porque tiene que despojarse de muchas posiciones para buscar una viabilidad. Lo importante es que la oposición y también el Gobierno Nacional, todos, tenemos que bajar el tono y acabar con la incertidumbre política que ha causado este tema.

¿Es claro para el Gobierno que esta Corte Suprema ya no tiene ninguna viabilidad?

Acordémonos que el Presidente dijo, cuando el Congreso tomó esa decisión, que esta Corte era temporal…

Lo nuevo es que el plazo previsto por el Gobierno para esta Corte se redujo a nada.

Si así se llega al entendimiento… Es ahí precisamente donde tiene que participar el Congreso. Veo muchas voces en el Congreso que manifiestan cosas diferentes. Por ejemplo Álvaro Noboa respalda a esta Corte.

La realidad política indica que ya no tiene curso.

Podría ser que no tenga más curso. Pero, por lo pronto, del lado del Gobierno, la única vía que tenemos es la consulta popular. Con esto no quiero decir que estemos cerrados a otras soluciones.

¿Está claro para el Gobierno que la ciudadanía, en forma explícita, demostró no querer derrocar al Presidente sino exigirle rectificaciones?

Si es así, el Gobierno está tranquilo. Pero la marcha de Quito, una marcha considerada netamente política, terminó atacando al Gobierno y tildándolo inclusive de dictatorial; lo cual, es falso. Si fuera el caso, ¿podrían periodistas llamar al Presidente dictador?

¿Pero acepta que ha habido un cambio de actitud política en el país?

Creo que sí, de muchos sectores. Pero nos quedan muchas dudas todavía y ojalá que se vayan diluyendo. Por ejemplo en la marcha de Quito estuvo Rodrigo Borja que fue el mismo personaje que a comienzos de este Gobierno pidió cambio de Presidente. Por eso es que tiene que haber un pronunciamiento de parte y parte de todos los sectores, un compromiso ante el país. Esperemos la respuesta de ellos.

El Gobierno son ustedes. Es el Gobierno el que debe tomar la iniciativa. ¿Cuáles son las rectificaciones que piensan emprender?

Se harán de acuerdo a las propuestas que le hagan al Gobierno pues no tenemos la varita mágica para solucionar el problema. Este se solucionará en el Congreso. Ahora, si no hay actitudes golpistas, como usted dice, eso se tiene que ver en el ámbito público. Se tienen que acabar los dobles discursos porque algunos afirman que el Presidente tiene que terminar su mandato y, sin embargo, se presentan a diario en los medios de comunicación para atacarnos como gobierno dictatorial.

Una cosa es disentir en democracia y otra montar complots. ¿Qué rectificaciones se proponen hacer?

Las que se necesiten constitucionalmente.

¿Cuáles entiende que se deben hacer?

Lo que queremos son cortes elegidas de la manera que el Presidente ha propuesto. O sentarnos a la mesa y buscar una solución. Queremos una mejor elección de los organismos de control; elegir el contralor general de la Nación y el defensor del Pueblo, pues esos cargos siguen sin sus titulares.

¿Cuál es el cronograma que el Gobierno propone para llegar a viabilizar la salida?

Creo que el primer paso es que la Asamblea de Quito presente sus propuestas. Entiendo que también tienen que participar Guayaquil, el Azuay y otros sectores porque este es un problema nacional. Después de la entrega de estas peticiones, las que Guayaquil demandó en su oportunidad y las que presenten otros sectores, debería empezar la negociación.

¿En qué plazos?

No debería pasar de (esta) semana. Este martes o miércoles deberíamos llamarnos todos a una reunión. El país requiere tranquilidad inmediatamente y todos tenemos que colaborar en esto, no solo el Gobierno. El Presidente ya dijo que está listo las 24 horas para atender y solucionar los problemas del país.

Eso no es una convocatoria. Si el Presidente invita, debiera formular fechas.

En ese sentido voy a conversar con el Presidente pues es él quien decide. Pero estoy seguro de que estaremos listos para llamar a una reunión aquí en el Palacio de Gobierno para buscar rumbos y decisiones.

¿Incluye usted dentro de las rectificaciones, algún mea culpa sobre las prácticas políticas recientes del Gobierno?

Todos en el país tenemos parte de culpa. La política en el país no es clara y muchísimas acciones son meros juegos de intereses. El Presidente sí ha dado muestras de sensibilidad a lo largo de su gobierno. Todos debemos demostrarle al Ecuador que estamos dispuestos a deponer actitudes. ¿Qué le parece lo que le voy a decir?: todos debemos hacer un pacto de no agresión.

¿Lo está usted proponiendo?

Seguro. Ese sería el camino viable. El momento que todos nos comprometamos y el país debe señalar y castigar al primero que rompa ese acuerdo. A partir de ese momento, el Presidente estaría listo a reunirse en una mesa de negociación.

¿Cree usted que las partes puedan negociar solas o necesitan de una mediación?

Yo creería que sí se requiere una mediación. Las actitudes y las agresiones requieren mediadores que busquen el acuerdo y hagan respetar el pacto de no agresión para poder avanzar en la búsqueda de soluciones.

¿En qué mediador piensa usted?

No sé. Pero a mí se me ocurriría, por ser católico, que ese papel lo juegue la Iglesia. O podrían ser otros sectores que tendríamos que buscar entre las partes. Si la oposición no considera que se necesita una mediación y que así se puede llegar a un buen acuerdo, en buena hora. Pero yo creería que los momentos políticos que estamos atravesando necesitan de una mediación.

¿Cuáles son las actitudes que el Gobierno depondría en aras de esa negociación?

Daríamos pruebas alejándonos de todo lo que ha estado pasando hasta ahora. De la defensa que el Gobierno ha tenido que hacer contra todos los ataques de la oposición.

¿Estarían ustedes dispuestos a parar el bombardeo propagandístico al cual tienen sometido al país?

Absoluta y totalmente. Voy a hablar con el Presidente y creo poderle garantizar que vamos a retirar los spots y la publicidad (no las cadenas de los lunes). Ese podría ser un gran paso y si así se lo considera estamos listos a darlo.

¿También van a parar las provocaciones del subsecretario de Bienestar Social?

Nosotros estaríamos dispuestos a parar todo y totalmente. Todo tiene que corregirse, no pueden quedar cabos sueltos. Tenemos que enrumbarnos en ese camino, bajar las tensiones y desistir de ciertas acciones que estemos haciendo, equivocadas o no. La voluntad política tiene que demostrarse con acciones concretas. Dejar todo de lado y empezar de cero.

¿Cambiará el Presidente de la República de actitud pues sus ambivalencias dificultan cualquier entendimiento? Unas veces descalifica e insulta. Otras tiende la mano.

Es que esto tiene que terminar. El Jefe de Estado ha reaccionado a los continuos ataques de la oposición. Pero creo que el Presidente va a cambiar de actitud. Lo tiene que hacer.

¿Qué pasa con los atentados y otras presiones y amenazas contra ciudadanos y organizaciones? Ustedes, en forma desafortunada, han dicho que se trata de autoatentados.

El Gobierno garantiza la total seguridad a todos los sectores. Como Gobierno no queremos creer que haya atentados en el país. Por eso este tema se ha dejado en manos de la Policía que es el ente que tiene que mostrarle al país su habilidad para encontrar a los culpables.

¿Pero el Gobierno no le ha puesto plazos a la Policía para esclarecer estos hechos?

Creo que todos, Gobierno, oposición y todos los sectores del país, debemos exigir a la Policía un pronunciamiento.

¿Pero cuándo?

Los términos pueden estar venciéndose ya. Aprovecho para hacer un llamado al comandante de la Policía, al ministro de Gobierno, para que le den una respuesta al país. Son ellos los que tienen la investigación y por lo tanto deben tener la conclusión de esto. El Presidente también está ansioso de que esto se aclare y se conozca, de una vez por todas, a los culpables. Ya es tiempo que la Policía Nacional dé respuestas claras y precisas al país de lo que ocurrió en estos atentados.

Algunas líneas de acción del Gobierno parecen haber sido dictadas por temor. ¿Está superada esa etapa?

No coincido con su apreciación... Son hechos y esos hechos se han provocado desde el inicio del Gobierno, pues a los tres meses ya había partidos que pedían la destitución del Presidente.

Pero si ha habido mal manejo, ¿cuál es el mea culpa del Gobierno?

El diálogo nunca debió haberse perdido. Por ejemplo, el diálogo con Guayaquil se venía haciendo en una de las mejores formas.

¿Qué van a hacer con los pedidos del alcalde Jaime Nebot para que el Municipio se haga cargo, por ahora, del alcantarillado y del Cuerpo de Bomberos?E

so está en la ley. No veo motivo alguno para no sentarnos y buscar una salida. Si Guayaquil quiere eso, lo mejor es entrar en términos menos desafiantes de un lado y otro y restablecer la comunicación para tratar las cosas que ellos piden y que creen que pueden administrar.

¿Usted no piensa como aquellos que ven en esto un atentado a la unidad nacional?

No, en absoluto.

¿Ve usted factible que se abra el espectro de fuerzas políticas y así superar la fragilidad de la actual alianza política en el Congreso?

El Gobierno no tiene mayoría en el Congreso. Tiene sus diputados que se unieron a otras fuerzas políticas en un momento dado. Muchos dicen que hay que cambiar las cortes, pero los mismos también dicen que no quieren las cortes anteriores. Olvidan agradecer a esta mayoría que logró hacer ese cambio. Antes nadie salió a ninguna marcha contra esa otra corte. Ahora sí y en buena hora porque precisamente lo que el Presidente quiere son cortes despolitizadas.

¿La pregunta es hasta dónde el Gobierno cree que puede estirar esta alianza?

Ojalá esa mayoría se pueda mantener en el Congreso, aunque lo veo un tanto difícil. Pero lo importante es que el Gobierno tiene que abrirse a otros sectores. Aquí hay que buscar una consolidación democrática con todos los sectores políticos.

¿Como lo van a lograr?

Al Gobierno no le interesa una mayoría que esté a su favor. Lo único que pide es una mayoría en el Congreso que quiera votar reformas como la eléctrica y la petrolera. Nosotros también podemos gobernar solos. Estas mayorías son realmente móviles y seguirán siendo móviles y bastante inciertas.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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