Quito. 23.02.95. Los efectos de la guerra son imprevisibles,
siempre acarrean muerte y destrucción. Estos impactos se los
pueda abordar desde el punto de vista militar, político,
económico, social y ecológico. A todos nos preocupa el grave
impacto ecológico que ocasionará la guerra en la cuenca del
Cenepa, zona altamente frágil que forma parte del llamado
"pulmón verde".

Parte importante de la naturaleza es el hombre. La guerra no
sólo que atenta contra su vida, sino también contra las
posibilidades de convivencia pacífica y uso equilibrado de los
recursos. Este es el efecto más lamentable, muertos, heridos,
poblaciones desplazadas y cadáveres insepultos.

El director ejecutivo nacional de Fundación Natura, doctor
Teodoro Bustamante, señala que la protección y preservación
del ecosistema en la cuenca amazónica, es preocupación
constante de la Fundación Natura. Hace algunos años Natura
propuso, en coordinación con organizaciones ecológicas
peruanas, que el espacio amazónico entre los dos países sea
convertido en una zona binacional de cooperación para la
conservación y preservación de la naturaleza. Proyecto que en
la práctica, parece no haber interesado al Perú, por lo cual
ha optado por otro camino, como es la violencia.

"En la presente guerra, la población de monos es más afectada
que las otras especies habitantes en esa zona, porque son
altamente subceptibles al ruido".

Las palmeras que dependen de esos animales para la
diseminación de semillas se ven afectadas en su posibilidad de
reproducción, resultando como efecto la interrupción de uno de
los aspectos más interesantes de la ecología, que es la
interrelación entre el mundo animal y vegetal", destaca
Teodoro Bustamante.

Para el ecologista y ex director de Fundación Natura, capítulo
Guayaquil, Franklin González Fiallos, el conflicto armado que
se libra en la cuenca del río Cenepa, va a tener un enorme
impacto en la Amazonía, porque las explosiones de las bombas
causan la destrucción de gran parte de flora y fauna, así como
también afecta al suelo.

"Sin temor a equivocarme, deben haberse producido migraciones
de muchas especies y otras que desaparecerán de la zona. Los
estruendos producidos por las permanentes explosiones, sonidos
de aviones y disparos influyen directamente en los procesos de
comportamiento de los animales. El clima y el aire se verán
muy afectados al disminuir gran parte de la vegetación y por
la masiva contaminación ambiental", apunta González Fiallos.

El presidente de la Fundación Ecuatoriana de Derecho
Ambiental, ecólogo Marcel Feraud Vivar, destaca que la
reciente tentativa de invasión por parte del Perú ha causado
un irreparable daño al ecosistema Amazónico y ha sido un nuevo
golpe para las comunidades indígenas, cuya sobrevivencia se
sostiene a base de una armonía directa con la naturaleza.

Las bombas de alto poder destructivo, lanzadas por la aviación
peruana, han dejado cráteres de quince metros de diámetro por
seis de profundidad, acabando con toda forma de vida, animal y
vegetal.

En general, los disparos de artillería, el ensordecedor ruido
de los aviones y helicópteros, y toda la actividad bélica, ha
sido realizada sin la menor consideración a la vulnerabilidad
de la Amazonía.

"La Amazonía cumple una función fundamental para el equilibrio
ecológico y la preservación del medio ambiente en el planeta.
Se sostiene que si desapareciese, la tierra perdería su
principal fuente de renovación de oxígeno, de modo que su
pérdida podría ser fatal para la vida humana en todo el globo.
Está comprobado que la cuenca amazónica es una fuente
potencial de alimentos para la humanidad; contiene el 50% de
todas las especies animales y vegetales de la tierra", indica
Feraud Vivar.

ECO MENSAJES

"En relación a los ecuatorianos, es importante valorar, cada
vez más, la amazonía que nos pertenece y que forma parte de
nuestra unidad nacional; entendiendo que lo más valioso y
excepcional es su naturaleza, con la variedad de biodiversidad
que en ella habita. Recordemos que lo único que producen las
guerras sólo son daños irreparables. Que esas amargas
experiencias se constituyan en factor positivo para
incrementar nuestra responsabilidad respecto a un adecuado
manejo de la naturaleza y su entorno", Teodoro Bustamante,
director ejecutivo de Fundación Natura.

"En el actual enfrentamiento armado, cuyo escenario es la
cuenca del río Cenepa, hay que llamar la atención a las
personas que piensan que solamente se trata de matar seres
humanos, cuando también, se está liquidando la vida de la
naturaleza y todas las formas de existencia que contiene. Por
lo tanto, debe cesar el lenguaje de las armas y dar paso al
diálogo civilizado", sostiene el doctor Franklin González
Fiallos, ecologista.

"El producto final de la conciencia ambiental, tiene que ser
una ética para la naturaleza; es decir, un total cambio de
comportamiento humano en la relación con ella. Simplificandose
en la siguiente frase: Soy vida que quiere vivir en medio de
la vida que quiere vivir", ecólogo Albert Schweitzer.

DEBEMOS DEMANDAR POR DEPREDACION ECOLOGICA EN CENEPA

A la luz del Derecho Ambiental Internacional, al Ecuador le
asiste pleno derecho para demandar la reparación de los daños
ecológicos causados y exigir la correspondiente indemnización.
Ya en 1972, la Declaración de la Conferencia de la ONU sobre
Ambiente, suscrita en Estocolmo, estableció en el segundo
principio que los recursos naturales del globo, incluyendo el
aire, agua, tierra, flora fauna y particularmente las muestras
representativas de ecosistemas naturales, deben ser
preservadas en interés de las generaciones presentes y
futuras, por medio de una planificación o regulación según las
necesidades.

El Tratado de Cooperación Amazónica, suscrito en 1978, tuvo
como objetivo básico promover el desarrollo armónico de los
territorios amazónicos, así como la preservación y utilización
racional de los recursos naturales. La Carta Mundial de la
Naturaleza, adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas en 1982 declara- "Cualquier forma de vida es única y
merece ser respetada cualquiera sea su utilidad para el
hombre, y a fin de reconocer este valor intrínseco en los
otros organismos vivientes el hombre debe regularse según un
código moral de acción".

La Declaración de Río, emanada de la conferencia de las
Naciones Unidas sobre "Medio Ambiente y Desarrollo", de Río de
Janeiro en 1992, establece en el principio 24: "La guerra es
por definición, enemiga del desarrollo sostenible. En
consecuencia, los estados deberán respetar el derecho
internacional proporcionando protección al medio ambiente en
épocas de conflicto armado y cooperar para su ulterior
mejoramiento, según sea necesario". Respecto a las comunidades
indígenas el principio 23 proclama "Deben protegerse el medio
ambiente y los recursos naturales de los pueblos sometidos a
formas de opresión, dominación y ocupación".

Este marco legal y los principios establecidos en la Carta de
las Naciones Unidas, constituyen el sustento de la demanda que
debe plantear inmediatamente el Ecuador ante los órganos
correspondientes de la ONU y la Corte de Justicia
Internacional, en un proceso que sin duda constituirá un
precedente importante para tomarse en cuenta en futuras
conflagraciones, comenta el presidente de la Fundación
Ecuatoriana de Derecho Ambiental. Marcel Feraud Vivar.

ZONA DE EXCEPCIONAL BIODIVERSIDAD

Las regiones montañosas de las zonas húmedas tropicales son
las partes más ricas que la propia selva baja pues poseen una
excepcional biodiversidad; como éstas tienen diferentes pisos
altitudinales, en cada piso se reproducen ecosistemas y formas
de vida particulares.

La zona de la Cordillera del Cóndor realmente ha sido poco
estudiada, de cualquier manera, varias instituciones
extranjeras, en colaboración con nacionales, han efectuado
investigaciones ecológicas en el lugar. La última, no pudo ser
culminada por el lamentable accidente que sufriera esa misión,
con el trágico fallecimiento del presidente de Fundación
Natura capítulo Guayaquil, doctor Eduardo Aspiazu.

Sin embargo, se ha logrado recopilar algunos datos que
demuestran la existencia de más de 570 especies de aves. Esto
significa una enorme riqueza biológica que debemos proteger:
para el efecto, el proyecto propuesto busca la combinación de
tres elementos esenciales: paz, defensa de la naturaleza y
respeto a los derechos indígenas: fundamentalmente, la
cooperación entre Ecuador y Perú en todos los aspectos, tanto
humanos como ecológicos. Pero, contrariamente a esto, el
lenguaje de que hoy se ha utilizado es el de las armas, que
tiene repercusiones gravísimas en el ambiente y en todo lo que
en él se encuentra.

IMPACTOS DIRECTOS E INDIRECTOS

La directora de recursos naturales de Fundación Natura,
licenciada Lilyam Benítez, indica que en la Cordillera del
Cóndor y sus zonas aledañas, escenario de este conflicto,
predomina el bosque húmedo bHT y el muy húmedo tropical bMHT,
reconocidos como los ecosistemas más complejos y ricos en
especies vegetales y animales, y a la vez muy frágiles y
delicados, que se van a ver altamente afectados por impactos
directos e indirectos.

En ese marco bioecológico, los efectos directos de las
acciones bélicas son muy severas por la presencia de
apreciables contingentes de hombres y la apertura de trochas
para su desplazamiento que destruye la vegetación y produce
compactación del suelo.

Los continuos e intensos bombardeos, en los que se utilizan
bombas de 400 libras, abren cráteres de 15 metros de diámetros
por 7 de profundidad, lo cual afecta la vegetación en un radio
considerable; produce la alteración de la fisiografía del
suelo; dispersión de material; y además, deja al descubierto
el subsuelo, por lo cual, la vegetación no podrá regenerarse
espontáneamente sino hasta después de largo tiempo.

Las bombas destrozan la cubierta forestal, matan toda forma de
vida, cortan de raíz grandes árboles y destruyen la macrofauna
y biota edáfica que, en condiciones naturales, descompone la
materia orgánica para la formación de nutrientes.

La fauna de la zona huye por la destrucción del hábitat, pero,
también por el intenso y permanente ruido producido por las
bombas, artillería, helicópteros y aviones utilizados en las
acciones bélicas y por el abastecimiento de los puestos
militares, destaca Lilyam Benítez.

Asimismo, -anota- que además de los efectos directos existen
otros indirectos, que quizá son los que más preocupación
causan por el tiempo que implicará su reparación. La búsqueda
del desarrollo sustentable, tesis básica para el manejo de los
recursos en la que están comprometidos todos los países a
partir de la Cumbre de la Tierra, se ve seriamente afectada
como consecuencia de esta guerra.

El gasto en las operaciones militares y la deuda que
contraigan Ecuador y Perú para sostenerlas implican el desvío
de recursos a fines diferentes a la elevación de la calidad de
vida de la mayoría de sus poblaciones, que de por sí ya tienen
índices de pobreza alarmantes.

*Texto tomado de: periódico El Telégrafo, sección SOCIAL
(pag.1)(22.02.95)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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