El ciclista musulmán muestra en su periplo a la cultura iranÃ
Hace 30 años, al iranà Abbas Razzaghi le nació la idea de conocer otros paÃses y el mejor medio para transportar su ilusión fue montar una bicicleta para enviar el mensaje de paz y amistad al mundo.
El 23 de abril de 2009, partió desde la Academia OlÃmpica de Teherán, con la misión de dar a conocer su religión y renovar la profesión de ciclista, debido a que el fútbol fue aislando poco a poco de la escena deportiva iranÃ.
Abbas dijo que, comparado con el fútbol, el ciclismo no se expone al público. Por eso, su viaje intenta popularizar su actividad en un libro que recoja los relatos y reportajes de su travesÃa. "Destacamos bastante en futsal, somos segundos después de Brasil. Tenemos buenos karatecas y taekwondoncistas. Somos campeones del mundo", subrayó.
Abbas visitó en primer lugar TurquÃa. "Luego pasé por Francia, Suecia, Austria, Alemania, Polonia, Finlandia, Suiza, Noruega, hasta llegar a Dinamarca en Europa; luego fui al
Brasil, el Uruguay,
Venezuela,
Colombia y ahora estoy en el Ecuador" explicó. "Después partiré hacia el Perú, Bolivia, la Argentina y Chile". En Santiago terminará su aventura americana, ya que en avión viajará a Nueva Zelanda, para dirigirse al este de Asia y luego volver a Teherán.
Razzaghi extraña todo de su paÃs. "
Irán es un mundo pequeño. Todo lo que hay en otras partes, lo tiene Irán", recordó y dijo que en todas las capitales que visitó, dio charlas acerca del significado de la cultura de su pueblo. "Trato de hablar del islam para tener relación con gente que no conoce nuestro mundo. En mis conferencias hablo del Corán. Los jóvenes siempre me preguntan cuando voy a rezar", acotó.
"A los cristianos les demostré que tenemos algo en común en los simbolismos. Tienen sus iglesias con Jesús y nosotros las mezquitas. La única dificultad que tuve para explicar el islam fue no hablar bien el español, y tuve que explicar con mis manos y con mi cara", contó.
Cuando Razzaghi visita al comité olÃmpico de cada paÃs, regala un sÃmbolo iranà de amistad y recibe a cambio un obsequio. En Sudamérica su alimentación consta de mucha fruta, pero sobre todo banano y naranja. (EE)