Raúl Moscoso, abogado y ambientalista; Diego Cano, presidente de la Federación de Trabajadores Petroleros (Fetrapec) y el analista Fernando Villavicencio, denunciaron ayer, en rueda de prensa, que la adjudicación del campo Marginal Armadillo (CMA) al consorcio petrolero Gran
Colombia, y su inminente explotación, supondrá el exterminio de los pueblos no contactados que habitan en la zona.
De acuerdo con información del Ministerio de
Ambiente (MA), cerca del campo, ubicado en el Parque Nacional Yasunà (PNY), la reserva natural más importante del Ecuador, se encontrarÃan indÃgenas Tagaeri y Taromenane, que viven en aislamiento voluntario.
Moscoso dijo que la SubsecretarÃa de Ambiente, a inicios de este año, autorizó el ingreso de un grupo de técnicos a la zona, para la realización de estudios ambientales, "resguardados por un grupo armado para que se los proteja de posibles enfrentamientos con habitantes en aislamiento voluntario. Esto podrÃa generar encuentros violentos con el clan Armadillo", aseguró.
Advirtió que, en este caso, el Gobierno no puede ampararse en el artÃculo 407 de la Constitución, el cual prohibe actividades extractivas en áreas protegidas y establece que, para hacerlo, debe pedir autorización de la
Asamblea y convocar a una consulta popular.
"No se puede consultar a la gente sobre si debe exterminar a un grupo humano", enfatizó al tiempo que recordó que aquello violarÃa tratados internacionales sobre
derechos humanos suscritos por el Estado ecuatoriano.
Villavicencio acusó ayer al presidente
Rafael Correa de ordenar la adjudicación del CMA. "El 19 de mayo de 2008, en una sesión del Directorio PolÃtico de Petroecuador, el presidente, pese a conocer todos los antecedentes jurÃdicos y técnicos de este caso, dispuso la adjudicación del campo Armadillo a quien meses atrás llamó gángster", dijo en referencia a José Dapelo, accionista de Ecuavital, empresa que es parte del consorcio Gran Colombia.
Además, según Villavicencio, el contralmirante Luis Jaramillo, ex presidente de Petroecuador, habrÃa favorecido al consorcio, mediante una declaratoria de fuerza mayor en el sistema Petroecuador, amparada en la cual, en caso de no poder explorar y explotar, la empresa podrÃa demandar al Estado y exigir una millonaria indemnización. (SH-MEVO)