Guayaquil. 28 abr 2000. La preocupación por la situación de la
banca continúa y no solo por su solvencia sino por los costos que
ha implicado para todo el país su recuperación.

Patricio Baus anota que es importante fortalecer el sistema, pero
que hay que determinar que los fondos sean bien utilizados y que
solo se dirijan hacia aquellas instituciones que tienen desfases
temporales de liquidez y no de solvencia.

El programa de gobierno asume que parte de la Reserva
Internacional de Libre Disponibilidad (RILD) irá a los bancos,
cuando hay quienes piensan que ese rubro no alcanza para respaldar
los sucres en circulación.

¿Tendremos que seguir asumiendo las pérdidas bancarias?

Es menos costoso el mantener una ayuda a las instituciones
bancarias viables que ingresar otra vez a una crisis total y
nuevamente rehabilitar empresas.

¿Sería una ayuda directa a las empresas y no a los bancos?

La reestructuración de pasivos no debe ser obligatoria y dirigida
solo a las empresas viables. Ahora los bancos deben ser más
eficientes forzosamente, se les acabó el negocio por la
devaluación del sucre y de los márgenes de interés.

Entonces, ¿usted justifica que hay que seguir respaldando a la
banca?

Es importante que exista un prestamista de última instancia para
desfases de liquidez temporales y no de solvencia bancaria. Podría
ser con parte del fondo de estabilización o con el creado por las
instituciones financieras.

Los bancos perdieron el negocio cambiario, ¿qué harán ahora?

Actualmente se siente que hay cierto exceso de liquidez. Lo más
probable es que los bancos traten de incrementar sus créditos,
pero no existe una reactivación productiva para ser los receptores
y por ello están colocándolos en el exterior, aún con tasas de
rendimiento menores. (MSY)

Sin optimismo en una rápida recuperación

La profundidad de la crisis bancaria impide ser optimistas en
cuanto al tiempo de recuperación del sector. Para el Gobierno
existen algunas variables claves para medir su evolución: no hay
renovación de las líneas de crédito para el comercio exterior y se
deben hacer pagos, reduciendo los pasivos internacionales.

A diciembre, la demanda de liquidez del sistema para atender estos
compromisos alcanzó 205 millones de dólares, que se cubrirían con
sus propios activos internacionales por 98 millones y por la
demanda de recursos en el mercado doméstico. Se ha supuesto una
reducción adicional de pasivos por 144 millones de dólares para lo
que resta del año.

Un segundo indicador de sensibilidad es el comportamiento que
tendrán los agentes económicos ante el descongelamiento de los
depósitos en efectivo. Este monto asciende a 252,1 millones de
dólares para los bancos abiertos en sus cuentas Onshore y Offshore
y, a 145,3 millones de los bancos cerrados como garantía de
depósitos. El monto a descongelar por estas instituciones sería de
160 millones aproximadamente.

Se prevé que el sistema liberará todos los depósitos de los fondos
de inversión y el 50% del resto de recursos congelador. (MSY)

El descongelamiento es la preocupación

El Gobierno asume que existe una situación crítica del sistema
financiero y sus necesidades de dinero (por el descongelamiento)
serán atendidas con operaciones de reporto del Banco Central. Para
el resto del año está previsto realizar operaciones por alrededor
de 245 millones de dólares mensuales.

Adicionalmente se prevé la demanda de liquidez por la posibilidad
de retiros de depósitos de fondos de inversión.

Otra proyección es la colocación de papeles denominados en
dólares, para regular la liquidez y crear un fondo de RECICLAJE
entre las instituciones financieras superavitarias hacia las
deficitarias. A febrero el BCE tenía colocados, en sucres,
alrededor de 230 millones de dólares.

Además, habrá recursos de colchón, aún no cuantificados, porque
provienen de un 45% de los ingresos petroleros que exceden del
precio del crudo aprobado en el presupuesto (este será el fondo de
estabilización). Los créditos de liquidez concedidos hasta octubre
de 1999 serán cubiertos con activos de los bancos o con bonos del
gobierno, dice el plan macroeconómico del Gobierno. (MSY)

Se emitirían USD 1.111 millones en bonos para el sector financiero

Pese a la disciplina fiscal que impone la dolarización en la
economía del país, el gasto para ayudar a las entidades
financieras no desaparece al igual que la emisión de bonos
estatales.

Así lo establece la carta de intención firmada con el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y y el mismo plan económico para el
2000.

El Ministro de Finanzas, Jorge Guzmán, reconoce que el Gobierno
tiene previsto la emisión de 1.111 millones de dólares en bonos
del Estado para continuar con la ayuda estatal a las entidades
financieras.

La ayuda se canalizará a través de dos fondos. Además del de
liquidez, existirá otro de capitalización.

Dentro de este último se incluirán a los bancos estatales
operativos: Previsora, Filanbanco, Pacífico y Continental. La
capitalización será por el orden de 300 millones de dólares para
las entidades, que provienen de la emisión de bonos del Estado en
el transcurso del año 2000.

Todavía no están definidos los montos que se entregarán a cada
banco, pero según Guzmán con la capitalización se aspira volver
más atractivas a estas entidades para su venta.

Las autoridades no descartan que los bancos también sean
capitalizados por el Estado, pero con una contraparte de los
dueños porque "la intención no es ayudar a los banqueros como
aseguran varios sectores".

Según Guzmán la emisión de los 811 millones de dólares para el
seguro de depósitos de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD)
podría reducirse, siempre que se logre vender a uno de los bancos
que se encuentran cerrados y todavía no concluyen con la
cobertura.

"El Gobierno tiene la obligación de devolver la totalidad de
depósitos a los clientes que todavía no cobran", aseguró Guzmán.
(AV)

USD 2.100 millones para cancelar los intereses por concepto de
deuda

Pese a los proceso de renegociación de las deuda externa e
interna, el Ecuador todavía debe destinar en este año alrededor de
2.100 millones de dólares para el pago de intereses y
amortizaciones con los diferentes acreedores del país.

Solo los bonos Brady representan 531 millones de dólares,
incluyendo tasas e intereses de mora a febrero pasado, desde la
declaratoria de moratoria en agosto pasado. Por concepto de
atrasos se fijó un pago de 200 millones de dólares.

Para deuda externa el monto que debe destinarse en el 2000, de no
alcanzar una renegociación en especial con los tenedores Brady ,
eurobonos y Club de París, asciende a 1.200 millones entre
intereses y capital.

Desde el lunes el Ministro de Finanzas, Jorge Guzmán y la Unidad
Negociadora de la deuda inician contactos con los tenedores de los
bonos para reducir este monto.

Según Guzmán la estrategia del país es reservada, pero identificó
tres objetivos claros: bajar el stock, establecer la real
capacidad de pago del país y reducir el porcentaje destinado
dentro del presupuesto.

Guzmán no asegura que se realice una recompra o una emisión de
bonos globales como estaba previsto, pero se mostró partidario de
que se liberen los colaterales de una clase de papeles para
utilizarlo como mecanismo de pago.

Pero la preocupación del Gobierno también es la deuda interna, la
misma que no puede declararse en moratoria como en el caso de la
externa. Pese a la reprogramación que se realizó en el anterior
Gobierno por siete años para los bonos dólares del sector privado,
su servicio demanda esfuerzos fiscales.

El propio ministro reconoce que para el 2000 el pago de intereses
y capital de los bonos internos será cerca de 1.000 millones de
dólares. (Texto tomado de El Expreso)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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