El ministro de Gobierno, Raúl Baca, cerca del mediodÃa, sostuvo que el paÃs no se paralizó, que las movilizaciones fueron tranquilas y que no se han registrado mayores incidentes excepto bloqueos parciales de carreteras en Saquisilà (Cotopaxi) y Cayambe (Pichincha).
Baca, por la tarde, a través de un comunicado oficial, reconoció a la dirigencia indÃgena haber realizado la protesta "de manera firme pero pacÃfica, sin excesos ni desmanes".
También dijo que las FF.AA y la PolicÃa tienen expresas disposiciones para actuar en cualquier caso con extrema mesura y limitarse a despejar las carreteras, garantizar el libre tránsito.
Baca insistió en la convocatoria del Gobierno al diálogo y aseguró que su Ministerio está recogiendo los argumentos de las protestas para transformarlas en contenidos de un diálogo real y efectivo. "El diálogo y la prudencia tienen que ver con el respeto con que actuará el Régimen frente a las opiniones que entrañan desacuerdos, tiene que ver con el respeto a la movilización de todos los sectores". Insistió que el Gobierno está trabajando en las respuestas puntuales a los planteamientos que se realizan.
Para el Ministro, las movilizaciones no son polÃticas, posición que contrasta con la apreciación del ministro de Bienestar Social, Patricio Acosta, quien las calificó de polÃtica e injustificadas.
El secretario general de la Presidencia, Carlos Pólit, hizo un llamado a la dirigencia indÃgena para que las manifestaciones contra el Gobierno se realicen con "mesura".
El coordinador del movimiento Pachakutik, Humberto Talahua, justificó las movilizaciones al señalar que los indÃgenas se sienten traicionados por el presidente Luco Gutiérrez y afirmó que no volverán al diálogo hasta que se den cambios concretos.
Pero el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, aceptó un "lugar neutral" para dialogar con el Gobierno, aunque aseguró que las movilizaciones se mantendrán hasta que el Régimen rectifique sus polÃticas económicas o renuncie.
Mientras tanto, la Iglesia Católica invitó, una vez más, al diálogo a los sectores sociales, indÃgenas y al Gobierno con el fin de evitar enfrentamientos.
De otra parte, el presidente Lucio Gutiérrez dirigió ayer, desde las 15:30 una reunión del Frente Social para analizar las demandas de los indÃgenas y de otras organizaciones.
Mientras tanto, la Conaie evaluó como positiva la jornada de movilización. Para las 13:00 convocó a una concentración en el Arbolito (junto a la Casa de la Cultura) para la marcha en Quito y luego acompañar en la Vigilia junto a Radio La Luna. Pero esa marcha no se cumplió.
El Presidente optó por ir a Guayaquil
El Presidente Lucio Gutiérrez ha hecho de Guayaquil su principal refugio polÃtico. Ayer mientras algunas provincias de la Sierra se movilizaban para cuestionar las polÃticas del Régimen , con paralizaciones radicales como la de Cotopaxi, el Primer Mandatario se alistaba para trasladarse a la más importante plaza socialcristiana.
Su viaje empezó a planearse el jueves pasado cuando ya eran públicas las fechas de las movilizaciones. Algo parecido sucedió el 21 de enero último cuando su partido, Sociedad Patriótica (SP), le organizó una fiesta para celebrar los cuatro años del golpe contra el régimen de Jamil Mahuad. Un dÃa en que también hubo protestas en el paÃs.
Su llegada al Puerto Principal estaba prevista en medio de un debate sobre un plan de seguridad provincial independiente, tras el ataque armado al presidente de Telesistema, Carlos Muñoz Insua , el lunes 9 de febrero en la vÃa a Samborondón. La propuesta es comandada por el gobernador Felipe Mantilla.
Una reunión denominada "Por la seguridad ciudadana" estaba prevista para las 17:00 . A esta fueron convocados los 18 diputados de la provincia (diez socialcristianos, cuatro del Prian, tres roldosistas y uno de SP) y los directivos de la Junta CÃvica de Guayaquil. Mantilla era el anfitrión del encuentro, y desde la mañana del sábado, envió comunicados por fax a los legisladores. También invitó al Presidente y al ministro de Gobierno, Raúl Baca. Pero hasta las 16:00, el arribo de ambos era incierto porque tenÃan que estar en la reunión de los frentes polÃtico y social en Quito.
Según Carlos Pólit, secretario general de la Presidencia, el Primer Mandatario iba a estar en Guayaquil antes de las 19:00. A esa hora tenÃa una cita con los directivos de los canales, radios y periódicos locales para tratar la agresión a Muñoz. Además "iba a anunciar un acuerdo de seguridad importante para el paÃs", advirtió el funcionario.
La semana pasada, los medios locales pidieron la intervención de la PolicÃa española para que investigue el caso Muñoz. La Junta CÃvica solicitó la declaratoria de emergencia y la creación de una policÃa provincial. La Gobernación, por su parte, aprovechó para impulsar un plan de seguridad para combatir la "delincuencia internacional que opera en Guayaquil", según Mantilla.
Quienes se mantuvieron distantes del tema fueron los principales del PSC. Ni León Febres-Cordero ni Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, se refirieron la semana pasada al plan de seguridad que el Gobernador elabora. Pero ayer sus diputados provinciales asistieron a la tradicional reunión polÃtica de los lunes en la casa de Febres-Cordero. Ahà se discutió la postura a defender por parte del partido en la reunión en la Gobernación. No se pudieron conocer los resultados de la cita.
El dato
A las 18:00 el presidente Gutiérrez viajó a Guayaquil. Ayer también se reunió el bloque del PSC en la casa de León Febres Cordero
Punto de vista. Fidel Falconà / Politólogo
Un apoyo con mucha piola
El Presidente Lucio Gutiérrez viene a Guayaquil porque aquà está su aliado implÃcito: el Partido Social Cristiano (PSC). El apoyo del diputado León Febres-Cordero es el soporte de su Gobierno y eso se explica en el trabajo conjunto que hicieron respecto a la inmunidad del diputado Guillermo Haro. Pero el respaldo del PSC no es gratuito. Obviamente al presidente Gutiérrez le va a tocar ceder posiciones, especialmente ahora que quiere una policÃa provincial y la declaratoria de emergencia. De esa vulnerabilidad se aprovecha el Partido Social Cristiano para seguir gobernando desde la sombra. Esto mientras Napoleón Villa sigue apostando inocentemente a las contramarchas, que son un acto de autoengaño al Mandatario porque después manifiesta que esas son las encuestas reales. Las contramarchas incrementan el malestar de la población y producen eventualmente hacia futuro posibles enfrentamientos graves entre ecuatorianos contra ecuatorianos. Por eso, la violencia crece.