Entrevista a Freddy Padilla de León
Quien es: comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, uno de los estrategas de la operación que acabó con Raúl Reyes, el segundo a bordo de las FARC
Por Juan Tibanlombo
Desde Bogotá
En la avenida El Dorado y Carrera 52, en Bogotá, hay un verdadero fortín; es la sede del Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, que tiene bajo su tutela cerca de 300 mil uniformados, con un presupuesto anual de unos $7 800 millones, el 4,7% del PIB colombiano. Para ingresar hay que pasar una serie de filtros de seguridad que incluye hasta la toma de las huellas dactilares. Cualquier equipo electrónico, así sea una pequeña grabadora, es registrada. Nadie puede entrar con teléfonos celulares. Adentro, todos cumplen una disciplina militar. Hay semáforos que los peatones solo cruzan en verde y por los pasos cebra.
En el edificio principal está la oficina del responsable de garantizar la seguridad en todo el país, Freddy Padilla León, uno de los estrategas de la operación en la que el Ejército colombiano acabó con la vida de Raúl Reyes, con el bombardeo a una campamento de la guerrilla de las FARC montado en territorio ecuatoriano. Casi siempre está sonriente y rebosa amabilidad. Su oficina es amplia y está compuesta de varios ambientes: uno con varios sillones; otra mesa redonda apilada de libros y documentos, y su escritorio bastante ordenado, con dos teléfonos, que tienen infinidad de números directos. Ahí destaca un cuadro de un Simón Bolívar con bigote, más allá, en la entrada principal, hay otro del mismo libertador, joven.
Fue uno de los mentalizadores de la exitosa Operación Jaque, que liberó a Íngrid Betancourt, pero también ha enfrentado escándalos, como el de los "Falsos positivos", en 2008, por las denuncias sobre la desaparición de grupos de muchachos que luego eran reportados como guerrilleros muertos en combates con la Fuerza Pública.
Su vida militar se remonta a 1966, cuando ingresó a la Escuela de Cadetes, el mismo año que ocurría la Segunda Conferencia del Bloque Sur, el acta de nacimiento de las FARC, cuando se nombró a Manuel Marulanda (Tirofijo) jefe del Estado Mayor, con un único objetivo, la toma del poder. Antes de sentarse para la entrevista, sale por una puerta lateral por un minuto y regresa.
En Ecuador existe la percepción de que no hay presencia militar colombiana en la frontera, que todo el peso del combate a la guerrilla de las FARC se lo han cargado a los militares ecuatorianos...
Hay dos conceptos de custodia de frontera. Uno estático, en que se seleccionaban puntos que se consideraban nodos de comunicación. Y el otro que se utiliza en la actualidad, empleando de una forma eficiente la movilidad. Colombia controla la frontera a través de operaciones altamente móviles. Se convierten en un factor potencial de éxito de la misión, porque el número de efectivos, siendo móvil, puede hacer presencia en un sitio y otro, con una velocidad muy grande. En la frontera ecuatoriana nosotros tenemos unos 18 mil efectivos, no estáticos, móviles; aprovechando las diferentes limitaciones que existen en la región del Putumayo. Luego, los ecuatorianos deben, además, sentir que nuestra presencia en frontera es beneficiosa. Yo soy muy agradecido con las autoridades ecuatorianas que solicitan más presencia militar en la frontera, aspecto que en la medida de lo posible hemos ido incrementando.
¿En qué tiempo llegaron a los 18 mil hombres?
Por ejemplo, en el último año hemos incrementado 2 000 hombres en esa zona.
¿Hace un año tenían 16 mil soldados y sumaron 2 000 más?
Exacto, pero lo que quiero dar a entender es que normalmente en el pasado la presencia militar, particularmente en la frontera, era motivo de preocupación y lo que observamos ahora es que es motivo de alegría en ambos pueblos, porque va en beneficio de la tranquilidad de la gente.
Cómo ha quedado la cooperación militar entre Ecuador y Colombia después de lo de Angostura (ataque del ejército colombiano a una base de la guerrilla de las FARC en suelo ecuatoriano en marzo de 2008).
Nosotros tenemos una cartilla operacional para fuerzas militares y policías vigente, en donde hay un protocolo que dice claramente cómo se manejan las relaciones de ambas fuerzas armadas frente a cualquier tipo de evento.
¿Las hechas por la Combifron (Comisión Binacional Fronteriza).
?
Ese es el mecanismo diplomático y legal que en este momento funciona.
¿Está operando la Combifron?
No, la Combifron no se ha vuelto a convocar, pero la cartilla está en plena vigencia. Mantenemos un canal abierto en los diferentes niveles. Por ejemplo, si ahora yo necesitaría hablar con el comandante de las Fuerzas militares ecuatorianas o él conmigo bastaría una llamada telefónica y al término de la distancia estaríamos comunicados.
A raíz de lo de Angostura hubo una reorganización de los servicios de Inteligencia ecuatorianos, ¿esos hechos han afectado en algo el cruce de información entre los dos países?
En la cooperación de información sí, porque la Combifron era un mecanismo que permitía unas reuniones periódicas y este era un escenario formidable para intercambiar datos que permitieran la mejor utilización de los recursos en contra de las manifestaciones del crimen.
¿Cuáles son las consecuencias del la ausencia de ese escenario?
La prontitud y la calidad de la información que antes podíamos intercambiar. En este momento no existe ese mecanismo y por lo tanto ese canal está en este instante parado.
¿Hay alguna forma de reactivar ese instrumento?
La voluntad de querer hacerlo. En Colombia estamos dispuestos a activar la Combifron, en el momento en que así lo determine el Gobierno de Ecuador o lo crea conveniente.
¿Falta voluntad política?
No me atrevería yo a calificar eso. Lo que yo sí le puedo afirmar es que los colombianos estamos dispuestos a que en el momento en que el gobierno ecuatoriano lo considere conveniente reunirse, Colombia estaría dispuesta a participar.
Ahora, ¿18 mil efectivos en la frontera para combatir a cuántos grupos irregulares?
En la parte ecuatoriana hay alrededor de mil hombres en armas de las distintas organizaciones criminales que delinquen en esa área y que, entre otras cosas, tienen una muy importante actividad delictiva que es el narcotráfico.
¿Qué tan grave es el problema del narcotráfico en la zona?
Muy grave porque, estoy hablando de la región colombiana, por supuesto, ahí hay una cuadrilla que es la 48 (Frente de las FARC) dedicada exclusivamente a hacer todas las actividades ilícitas que conlleva el negocio del narcotráfico.
¿Pero 18 mil efectivos no son suficientes para desbaratar una organización de mil personas?
El número de efectivos que nosotros tenemos allá más los medios que les proporcionan movilidad (helicópteros y aviones) sin duda son importantes, pero la selva también es complicada, difícil; las condiciones atmosféricas, etcétera. Es muy fácil esconderse en la selva y es difícil para nosotros localizarlos.
¿Algún día lograrán tener el control total de la frontera?
Por supuesto. En ese camino vamos. ¿Qué miramos nosotros en las FARC? Son una organización catalogada por EEUU y la UE como un grupo terrorista y narcotraficante...
¿Cuánta droga mueven las FARC en la frontera con el Ecuador?
No le sabría dar ese dato... Su vinculación con el narcotráfico fue una decisión de coyuntura que les permitió volverse poderosas, pero a largo plazo se ha convertido en un elemento muy importante en su autodestrucción. La droga ha llevado a las FARC todas esas conductas mafiosas que normalmente observamos en los grupos narcotraficantes, y una de ellas es la corrupción, porque el dinero que fluía ahí en abundancia se ha reducido por los esfuerzos de Colombia contra el narcotráfico en todo el país, pero particularmente en la frontera con el Ecuador. Esta corrupción lleva a que cabecillas que en el pasado llevaban un cuaderno de notas, en donde consignaban el mínimo gasto: la compra de un paquete de cigarrillos, por ejemplo, se escapen con $500 mil y más. Las pugnas internas por controlar estas sumas es inmensa. Las FARC están divididas; perdieron por lo tanto el comando y control que es elemento esencial de una organización (...). Ahora, otra situación en desventaja de las FARC es que perdieron el control territorial. Hoy no hay un solo municipio que no tenga su alcalde despachando y que no tenga presencia policial.
¿Eso ocurre en Putumayo?
Absolutamente, no hay municipio que no esté despachando desde sus oficinas.
¿Qué pasó con el Frente 48 tras la muerte de Reyes?
Reyes no era importante para el Frente 48, era muy importante para todas las FARC, porque era la persona que tenía su control; no era Manuel Marulanda alias Tirofijo, sino él. Era el nodo central de comunicación. No había comunicación interna o externa que no pasara por los computadores y el registro de Raúl Reyes.
¿Es decir que Reyes dirigía toda las FARC desde Ecuador?
Desde donde estuviera.
¿Cómo mira la zona de frontera? ¿Cree que todo pasa por una solución militar, por la desintegración del Frente 48?
La política de seguridad democrática prevé una acción militar y policial para garantizar la seguridad, que es acompañada con acción social.
En la frontera con el Ecuador, ¿qué se ha hecho?
En este momento hay inversiones importantes en exploración de petróleo. Es una zona muy rica en estos hidrocarburos y gracias a la seguridad compañías internacionales y colombianas, están haciendo la sísmica y la exploración.
Es decir, ¿existen inversiones petroleras en las zonas que antes eran dominio de las FARC?
Colombia se ha convertido en uno de los destinos económicos importantes de la región, y ese es uno de los beneficios de la (política de) seguridad, como aquí hay un Gobierno serio, en donde se respetan los acuerdos internacionales.
Como estratega militar usted sabe que en el momento en que un grupo delictivo organizado se siente ahorcado lo que hace es desplazarse. ¿Hay el riesgo de que lo que ocurre ahora Colombia se desplace al Ecuador?
Ese riesgo existe como posibilidad matemática.
Así soy yo...
Nació en Montería, Córdoba, el 10 de octubre de 1948. Es ingeniero y se graduó en Ciencias Militares. Siempre ha estado en el Ejército.
El 23 de mayo pasado fue designado como Ministro de Defensa encargado, debido a la renuncia de Juan Manuel Santos.
Fue el estratega del ataque a la base de las FARC en Angostura y de la operación que puso en libertad a Ingrid Betancourt.
Entrevista:
Ecuador y Colombia no han roto lazos militares