Quito. 26 mar 98. Ahora hay más de 50 millones transitando por
el ciberespacio. InterNIC parece no dar abasto para controlar
los dominios de los usuarios.

En 1993, la organización InterNIC se hizo cargo del registro
de nombres para la red. Eran tiempos tranquilos, en los que
las solicitudes diarias no llegaban al centenat y nadie
pensaba que podría existir alguna posibilidad de lucro en el
registro de dominios. Se trataba, simplemente, de ordenar un
registro de direcciones para que los pocos navegantes no
perdieran el rumbo.

Han pasado apenas tres o cuatro años. La mayoría de las
personas no han experimentado grandes cambios en la vida
cotidiana; han crecido o engordado un poco; ganan un poco más
o menos dinero que antes y son igualmente felices o infelices.
En internet, en cambio, el universo ha cambiado por completo.
Los escasos navegantes que accedían a la red desde
Universidades y organizaciones gubernamentales se han
convertido hoy en más de 50 millones de individuos que
transitan el ciberespacio.

La información que circula por la red se ha multiplicado
exponencialmente y la cantidad de páginas web es hoy
difícilmente mensurable. Y frente a este panorama, InterNic
parece no dar abasto ya para registrar dominios en la red.

Según las últimas cifras conocidas, InterNIC tiene hoy más de
560.00 dominios registrados, más de diez veces la cantidad de
palabras que se supone domina un universitario promedio y cada
día se solicitan más de 1.000 direcciones nuevas. Y esto
promete seguir creciendo aceleradamente.

Hay quienes opinan que el aumento de dominios es una de las
piedras atadas al cuello de Internet. Según esta postura, la
red terminará por abortar su crecimiento simplemente por no
poder entregar más direcciones. Postutura apocalíptica, diría
Umberto Eco si le interesara el tema. Sin embargo, la red está
en condiciones de superar esta limitación con distintas
soluciones, tanto tecnológica como normativas.

La primera solución que descubrió InterNIC, la más obvia pero
no por ello menos eficaz, fue ampliar la cantidad de dominios.
A los tradicionales .com, .edu, .gov y .org se suman ahora
.arts, .info, .firm, .nom, .rec, .store y .web. Este último,
probablemente, sea el que más aceptación tenga por su fácil
asociación con el medio cibernético.

Si bien esta medida será un alivio efectivo para la situación
actual, la apertura de nuevos dominios no fue saludada con
vítores en todos los ámbitos.

Por un lado, los usuarios de la red están muy acostumbrados a
las antiguas denominaciones, por lo que cambiar el hábito de
tipear un nombre junto al .com para intentar una dirección
diferente será difícil de reemplazar. Por otra parte, las
empresas empiezan a preocuparse por tener que registrar sus
marcas en todas las categorías para evitar el uso inapropiado
de sus nombres.

Sin embargo, otros opinan -y son varios- que el registro de
nombres aparece como un negocio más que prometedor. Personajes
ignotos y grandes empresas dedicadas parate de su tiempo a
registrar posibles nombres que jamás utilizarán pero que, en
cambio, venderán a sus verdaderos interesados . Registrar un
dominio por USD 100 y venderlo a 100.000 parece un negocio
digno de ser considerado.

Cincuenta mil dólares es una cifra interesante para un nombre
conocido y más de un millón pude significar tanto como un
verdadero premio de lotería para quien registre una marca
fabulosa antes que los dueños de esa misma marca.

En el rubro de grandes ventas, los nombres genéricos son los
que llevan la delantera. En la última semana, por ejemplo, una
compañía texana pagó USD 150.000 por el dominio business.com y
un tiempo atrás Mecklermedia (uno de los grupos masmediáticos
más impotantes de la red) desembolsó más de USD 100.000 por
internet.com. La lista sigue y los valores abonados prometen
continuar en alza.

Asimismo, la posibilidad de dar registros y recaudar 100
dólares o más por cada uno más una cuota de mantenimiento
anual de USD 50, también se vuelve un negocio interesante,
sobre todo si se consideran los millones de posibles clientes.

El contrato de InterNIC vence en 1998 y ya se habla de 150
organizaciones que, sólo en los Estados Unidos, estarían
interesadas en otorgar dominios. Si bien esta apertura seguirá
complicando las cosas -podría llegar a existir un
lanacion.com, un lanacion.us, un lanacion.web y otros nombres
por el estilo- aparece como inevitable solución a la escasez
de direcciones, sobre todo en lengua inglesa.

De todas maneras, parece que los dominios.com se perfilan como
los favoritos de la red y algunos se animan a pronosticar que
en un par de años, a más tardar, no será extraño ver a
empresas pagar cifras sies ceros por ellos.

Por los pronto, los dominios en español no escasean, pues son
muchos menos los sites existentes en este idioma.

Sin embargo, la red está creciendo significativamente entre
los hispanoparlantes y comenzar a considerar estas cuestiones
desde ahora puede ayudar a prevenir futuras decepciones.

Si usted está pensando en incorporar un sitio a la red, vale
la pena pensar en un buen nombre que identifique la página que
tiene en mente y su contenido antes de registrarlo y, eso sí,
no contárselo a nadie. Tiene que ser su secreto.

CUANDO SE TEJEN LAS REDES EN EL CIBERESPACIO

En poco tiempo, las organizaciones que no hayan entrado en el
mundo de las redes corporativas y de las relaciones con sus
proveedores y distribuidores, a través de las extranet,
estarán aniquiladas.

Si los años 80s fueron el preludio del ingreso de los
computadores a la vida cotidiana, sin duda alguna la década de
los 90s fue el escenario del boom de Internet.

Para nadie es desconocido que más de 50 millones de usuarios
(algunos dicen que son 100 millones) tienen un acceso que
combina la frecuencia casi nula, con los niveles de uso
obsesivo.

Mucho se ha hablado de Internet, la red mundial de
computadores, que se fundamenta en el anlace de más de 10.000
redes en todo el mundo. Pero existe otro tipo de redes, aunque
son más pequeñas, cada vez comienzan a adquirir más fuerza,
sobre todo en las organizaciones en proceso de ampliación.

Ese tipo de redes se les llama sistema de internet, LAN (por
las siglas en inglés de red de área local) o redes
corporativas.

Estas redes de computadoras están ubicadas, usualmente, en una
sola oficna o en un edificio, y permite a varios usuarios
compartir la información de archivos y el uso de otros
recursos (como impresoras, por ejemplo), al tiempo que hace
posible la interoperabilidad entre otros sistemas.

Para explicarlo de otra forma, tener una red corporativa es
tener la posibilidad de navegar por los recursos de la empresa
con la tecnología de Internet.

Una intranet se compone fundamentalmente de software, equipos
físicos y conectividad (cableado). Si este universo se compara
con el tráfico terrestre -a propósito de las autopistas de la
información- se tendría que el sofware son los carros que se
transitan por las autopistas, que a su vez serían los equipos
activos, como hub (eje central), concentradores (dispositivos
que une varios canales de comunicación en uno) y switch
(conmutadores para dirigir el tráfico).

Estas autopistas necesitarían unos cimientos lo
suficientemente poderosos como para poder resistir todo el
peso del tráfico. Ese es el cableado estructurado.

¿QUIENES TIENEN ACCESO AL SISTEMA INTRANET?

A un sistema de intranet tienen acceso todos los usuarios que
autorice un administrador de red -una especie de funcionario
de aduanas- que pertenece a la misma empresa. De esta forma, a
la red puede entrar el gerente (¿quién le cierra la puerta al
jefe?) y casi todos los funcionarios de la organización que
necesiten manejar información.

Cada usuario tiene un login (pasaporte con el cual se
identifica el usuario) y un password (contraseña) que le
permite, de acuerdo a sus responsabilidades, acceder a toda o
a parte de la información.

El objetivo de una red de estas es lograr la comunicación
entre diferentes computadores ubicados en un espacio
determinado, con el fin de obtener mayor productividad. Una de
las metas principales de las empresas que se embarcan en esta
misión es aminorar costos y reducir etapas para simplificar
procesos.

Antes, el jefe de departamento técnico de cualquier compañía,
quien deseaba comprar un repuesto muy importante para su
maquinaria, tenía que esperar la visita de algún proveedor
después de una petición por escrito (y por correspondencia
tradicional), hacer la cotización -mínimo con tres
proveedores- y solicitar el concurso del departamento
encargado de las compras.

Después, en caso de que el estudio se balanceara por una
propuesta concreta, el departamento de presupuesto estudiaba
si la inversión era necesaria y, finalmente, autorizaba la
compra.

Posteriormente, tenía que manejar todo lo relacionado con
impuestos, fletes y demás aspectos jurídicos.

Se podría pensar que, con o sin computadores, los negocios
tienen que seguir llevando este curso, pero los rendimientos
que se alcanzan en materia de seguridad y tiempo pagan la
inversión según los expertos en administración.

Igualmente, otro caso es cuando el departamento de bienestar
social desea realizar, por ejemplo, un concurso para motivar a
cada uno de sus departamentos.

Anteriormente, comunicar un mensaje de esta naturaleza por
cada una de las dependencias resultaba bastante dispendioso,
pero ahora con solo una aplicación de mensajería (correo
electrónico), se puede dirigir a todos, a grupos específicos o
a individuos particulares. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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