El principio para estructurarlas es el mismo para la región. La diferencia se determina por el nivel de riesgo
Entre los funcionarios de Estado que más seguridad necesitan a escala latinoamericana están los presidentes. De ahí que tienen a su disposición caravanas (ver gráfico) que se estructuran al estilo estadounidense y que son dirigidas por jefes de seguridad.
Un experto en protección a autoridades, que pidió la reserva de su identidad, indicó que si bien el esquema puede ir desde dos personas hasta 80 o más, la base para armarlo es la misma en toda la región.
La variación en la dimensión de la caravana depende de los análisis de riesgo, que incluye una evaluación sobre la problemática de la zona. Una caravana no necesariamente debe ser numerosa en toda ocasión. A veces, se opta por mayor discreción, es decir menos vistosa.
En el Ecuador, por ejemplo, el uso de caravanas es para el presidente, vicepresidente, presidente de la Asamblea, de la Corte Nacional de Justicia, el defensor del Pueblo y el fiscal general. Para resguardar a las autoridades, existe un "reglamento de seguridad de personas importantes y funcionarios de Estado", dijo el experto. Solo en los casos del presidente, vicepresidente y fiscal general, la seguridad es también para la familia por las amenazas que pueden recibir.
En el caso de Colombia, los anillos de seguridad son más cerrados, tienen equipos de avanzada en inteligencia, que hacen el trabajo preventivo, y de evaluación de riesgos sobre el personaje.
En la visita de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, se aplicó el mismo principio que tiene la caravana del presidente Correa. La funcionaria contó con un equipo de avanzada y un grupo de seguridad propio.
En este contexto, el experto acotó que es positivo el anuncio que hizo el mandatario, con relación a la creación de un equipo especial para su protección. Y agregó que la Policía debería hacerse cargo de esa responsabilidad.