Unas 123 empresas y 145 personas de Ecuador, Argentina, Chile, Bolivia, EEUU, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, México y Perú participaron hasta ayer en una rueda de negocios editorial

Por Juan Tibanlombo

Editor General

Desde tempranas horas de la tarde del miércoles, los alrededores de Corferia, en la Carrera 37 de Bogotá, fueron cerrados por agentes de seguridad. A las 18:00 de ese día estaba prevista la inauguración de uno de los acontecimientos culturales más importantes de Colombia, la XXII edición de la Feria Internacional del Libro, a la que asistía México como país invitado, por segunda ocasión, que llevó 85 editoriales que ofrecerán unos 35 mil títulos, según destacó más tarde en la ceremonia el presidente mexicano, Felipe Calderón, que llegó acompañado de su homólogo colombiano, Álvaro Uribe.

"Puente, puente", gritaban los de la seguridad de la comitiva mexicana, que a las 18:00 hicieron un cordón para hacer pasar a los periodistas de ese país, que acompañaban al presidente Calderón. Muchas personas se quedaron fuera del auditorio donde se desarrollaba el acto de inauguración, porque se sobrellenó a las 17:00, según uno de los agentes que custodiaba la puerta.

La comitiva mexicana estaba encabezada por el poeta, ensayista, traductor, cuentista y novelista José Emilio Pacheco, figura central de la literatura de su país y ganador del Premio Reina Sofia en este año y galardonado con el Octavio Paz, en 2003. También destacaron en ese grupo Jorge Volpi, Sergio Pitol, Xavier Velasco y Margo Glantz.

El alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, fue uno de los primeros en dar la bienvenida a los invitados; en total, llegaron unos 412 expositores de diversos países: España, Venezuela, Argentina, Costa Rica, Israel, Ecuador y hasta Irán, que presentarán más de 300 novedades editoriales y organizaron más de 600 actividades como el Congreso de Lectura y el Encuentro Latinoamericano de Editores, en donde se discutirá la edición de libros para niños y jóvenes. En la agenda además constaba la cita internacional del periodismo, que pretendía abordar el acoso del poder a la prensa, además de una reunión de escritores, con invitados de Ecuador.

"La Feria Internacional del Libro completa más de 20 años continuos (…). Es uno de los motores culturales del país", aseguró el alcalde Moreno, luego de destacar las figuras de la literatura mexicana, como Juan Rulfo, Octavio Paz, Carlos Fuentes y Elena Poniatskova. Y a los escritores colombianos que hallaron refugio en México: Álvaro Mutis, Fernando Vallejo y otros, además del Premio Nobel, Gabriel García Márquez.

Una de las intervenciones más aplaudidas fue la del presidente Uribe, que hizo un minucioso recuento de la literatura mexicana, desde el costumbrismo hasta el modernismo. "México es el único país que nos honra por segunda ocasión con una numerosa delegación: 40 poetas, privilegiando este género sobre la narrativa", aseguró. Y destacó que las libertades son la mejor fuente de inspiración. "Creemos que es la seguridad la que garantiza el disfrute de las libertades", insistió. En ese momento fue interrumpido por un hombre con un terno gris que apareció en medio del auditorio.

"Presidente, le insto a que retroceda en la instalación de una base de Estados Unidos en Colombia", dijo -a propósito del acuerdo que Bogotá planea firmar con la Casa Blanca para desarrollar operativos antinarcóticos-, lo que mereció un abucheo general del público. Cuando dos uniformados se aprestaban a sacarlo, Uribe les pidió que no lo tocaran e invitó al público a escucharlo. Y él recordó al mandatario que ya lo había interrumpido en otras ocasiones para pedirle impulsar la construcción del tren sudamericano y luego destacó la reunión que habían mantenido ese día los presidentes de Venezuela y Argentina, Hugo Chávez y Cristina Fernández de Kirchner, para sellar nuevos acuerdos comerciales, lo que mereció una nueva rechifla general.

"Gracias querido amigo, lo escuchamos con respeto. Las libertades son la mejor fuente de inspiración. La inseguridad es la madre que ha alimentado a todas las dictaduras", replicó Uribe, que terminó su intervención recordando una carta que escribió el escritor mexicano Carlos Fuentes al argentino Julio Cortázar, después que había terminado de leer Cien años de soledad, la obra cumbre de Gabriel García Márquez: "Me siento nuevo después de leer este libro, como si hubiera dado la mano a todos mis amigos". Luego Felipe Calderón alabó la literatura colombiana, mientras afuera la gente recorría grandes pabellones instalados en más de 18 mil metros cuadrados, donde se podían encontrar las más variadas ofertas editoriales.
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