¿DE GOBERNADOR A PRESIDENTE? Por Mónica Almeida
Guayaquil. 04.07.92. Joven, enérgico y con una meteórica
trayectoria polÃtica, el candidato presidencial
socialcristiano Jaime Nebot debutó en la palestra pública a
los 38 años como gobernador del Guayas en el régimen de Febres
Cordero en 1984.
Amparado en la sombra de quien dicen lo considera el hijo que
nunca tuvo, Jaime Nebot, desde la Gobernación (1984-1988), se
convirtió en uno de los hombres claves del régimen, no solo
por la importancia polÃtica de la provincia sino por ser uno
de los hombres de confianza del mandatario, uno de sus
delfines.
Aunque muchas veces aseguró que su cargo en la Gobernación se
debÃa a un compromiso de lealtad con Febres Cordero y no se
afilió al Partido Social Cristiano hasta 1990, es allà donde
se forja una imagen polÃtica propia. No por esto ha estado
lejos del poder, su padre, Jaime Nebot Velasco, fue tres veces
ministro de Gobierno de Velasco Ibarra y alto funcionario de
Clemente Yerovi I. y Otto Arosemena G.
Criticado y aplaudido, Jaime Nebot imprimió durante su gestión
su sello personal y el de la derecha liderada por Febres
Cordero. Enérgico y a veces violento fue el hombre clave para
el control polÃtico de Guayaquil, nunca permitió una huelga
porque ordenaba el encarcelamiento de los dirigentes
laborales, ni manifestaciones polÃticas de la oposición, y
controló el movimiento subersivo. Ha sido acusado por los
organismos de los derechos humanos de la desaparición de
algunas personas en manos de bandas paramilitares -él replica
que en Guayas nunca hubo represión-.
Asimismo fue el encargado de opacar al archienemigo populista
Abdalá Bucaram -en ese entonces alcalde de Guayaquil y luego
prófugo de la justicia-, a través de las unidades ejecutoras
para realizar obra pública en Guayaquil. Junto a Febres
Cordero y las obras de su gobierno en Guayaquil, su imagen
emergió rodeada de la eficiencia y ejecutividad. AsÃ, cosechó
la popularidad por el estadio Monumental de Barcelona, por los
pasos a desniveles, la culminación de grandes vÃas, por el
Centro CÃvico, por el reparto de juguetes en navidad y por el
Plan Pan que incluÃa tiendas populares y leche barata, entre
otras cosas. Y también cosechó la acusación de "lleve" por la
construcción de la Perimetral, no solo por el supuesto
sobreprecio sino por haberse beneficiado en la plusvalÃa de
terrenos de su propiedad.
Sin Nebot, las consecuencias del Taurazo -enero de 1987-
pudieron haber sido diferentes. El fue el encargado de
movilizar a toda Guayaquil para respaldar al presidente
secuestrado y según los analistas no solo se consolidó como
lÃder de masas y por su temple sino, además, en su lealtad a
Febres Cordero. El punto negro fue, sin embargo, la
destrucción de la cadena radial CRE, de Rafael Guerrero
Valenzuela.
Unico delfÃn
Al concluir la administración de Febres Cordero su figura
estaba ya consolidada. De todos los delfines era el que más
cerca del patriarca estaba y el que mejor imagen pública
manejaba. Es él quien recibe al ex mandatario la tarde del 10
de agosto de 1988 para a su lado presidir toda una caravana
motorizada por la ciudad.
Los otros delfines no tuvieron la misma suerte. El único que
competÃa con Nebot era Moeller, ex ministro de Gobierno. De su
lado, Carlos Julio Emanuel fue candidato presidencial por el
FRA; Xavier Neira acusado de supuestos negociados en
Ecuahospital y prófugo -más tarde serÃa exculpado-; Alberto
Dahik, ya en las filas del PCE; Francisco Swett, diputado
electo. Sin embargo, su candidatura aún no se definÃa.
Interpelaciones y la amnistÃa de Abdalá
La candidatura presidencial de Jaime Nebot -aún independiente-
comienza a perfilarse en 1989, por una serie de circunstancias
"y producto de varias reflexiones", según dice uno de sus
asesores.
Otros analistas señalan el juicio contra Miguel Orellana, ex
secretario particular de Febres Cordero, por el caso Ran Gazit
-cuyo sumario luego se extendió al ex mandatario también- como
un punto de partida que empieza a definir la estrategia del
Socialcristianismo para llegar al poder en 1992. Joven, hombre
de negocios, sin afiliación polÃtica y con una buena imagen
pública, especialmente en Guayas, Jaime Nebot se convierte en
un buen candidato del partido. Aún como independiente empieza
a fines de 1989 el proselitismo para su candidatura a diputado
provincial para las elecciones de medio perÃodo de 1990,
quizás queriendo repetir la historia de Febres Cordero, quien
del Parlamento saltó al Palacio de Carondelet.
Indudable el apoyo de Febres Cordero, siempre se mantuvo a su
lado, incluso hasta en los mitines. En marzo de 1990 las cosas
ya estaban definidas, Nebot se afilia al Partido Social
Cristiano y en junio gana las elecciones como diputado
provincial.
No es la única figura del partido, a pesar de las distancias,
Sixto Durán Ballén -todavÃa socialcristiano- también apoya a
ciertos candidatos a diputados en la Sierra, aunque por
cuestiones personales, el ya dos veces candidato presidencial
habÃa dejado el camino libre dentro del partido para Nebot.
Su actuación en el Congreso no colmó sus expectativas. No
logra lo que hiciera Febres Cordero siendo diputado
(1979-1984). Quizás porque el recurso de la interpelación está
ya muy desgastado y sus opositores sabÃan de antemano la carta
que jugaba; por la violencia verbal y fÃsica de la que una
vez, por lo menos, fue protagonista; o porque su capacidad
ejecutora se diluyó en la maraña legalista y palabrera del
Parlamento.
Son dos interpelaciones y una amnistÃa las que marcan su
trayectoria en el Congreso. El juicio polÃtico a Mario Jalil,
entonces ministro de Agricultura, en una de cuyas sesiones (30
de agosto de 1990), Nebot deja escapar su vena violenta y
arremete en insultos (no publicables y que casi llegan a los
golpes) contra los socialistas Raúl Patiño y VÃctor
Granda.
Luego saldarÃa una cuenta polÃtica pendiente con el entonces
ministro de Educación, Alfredo Vera (quien denunció el
supuesto "lleve" de la Perimetral), por el caso de las láminas
de acero, pero no logró ser la única estrella (junio de 1991).
Y finalmente, la votación favorable del bloque socialcristiano
a la amnistÃa del entonces prófugo de la justicia Abdalá
Bucaram (octubre de 1990) desatarÃa la polémica Sixto-Nebot.
La polémica traerÃa la desafiliación del primero, luego de una
carta crÃtica contra la forma como se manejaba el bloque
socialcristiano en el Parlamento y por acusaciones de haber
maniobrado en el partido -"cambio de estatutos para dar mayor
representatividad a los delegados del Guayas y elecciones
amarradas"- para que Jaime Nebot obtuviera la presidencia
nacional del mismo (febrero de 1991).
Con la presidencia del PSC en las manos y Sixto Durán Ballén
fuera del partido, el otrora delfÃn que ha sabido proyectar
una imagen propia, se preparó a tiempo completo para la lid
presidencial. Se dice que ha gastado 40 millones de dólares,
verdad o mentira, de 8 puntos con los que comenzó, según las
encuestas, llegó a 25. En el marco de una campaña donde se
destaca su juventud, su energÃa, y su decisión. ¿De qué lo
acusan sus adversarios? ... el mensaje de Durán Ballén lo
dice: paz, honradez y confianza. (5A)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 04/Julio/1992 | 00:00