Quito. 19.12.92. José Piñera, ex ministro de Trabajo y Minería
del régimen de Augusto Pinochet, definió el proceso llevado
adelante en Chile como "una revolución del libre mercado con
sentido social".

Piñera no tiene dudas del éxito alcanzado por Chile con su
nuevo modelo económico, tanto que él, como uno de los
arquitectos de la nueva política, recorre ahora América Latina
para contar la experiencia chilena, exponer algunas de las
ideas que se aplicaron y debatirlas.

Forma parte de un grupo de economistas que hace 18 años se
involucró en los asuntos públicos de Chile, con un objetivo:
sacarle al país del subdesarrollo y la pobreza, a través de la
economía social de mercado, un modelo alternativo al
estatista, intervencionista y regulador, que rigió durante
muchos años los destinos de ese país y que fracasó, según él,
no solo en Chile sino en toda América Latina. Prueba de ello
-dice- es que existen en la región 200 millones de personas
viviendo en la pobreza.

Piñera es hoy candidato a la presidencia de Chile. Tiene como
carta de presentación ser el artífice de algunas reformas
estructurales muy exitosas: la reforma laboral, la reforma al
sistema de pensiones jubilares y la reforma minera. La
primera, dice un asesor suyo, David Galager, redujo el
desempleo al 5% y eliminó todos los empleos artificiales, lo
cual ha dado gran solidez productiva a la economía chilena. La
segunda incrementó entre 50 y 100% las pensiones de jubilación
y creó un gran fondo de recursos que ha servido para dinamizar
el mercado de capitales y en consecuencia la inversión. Chile,
dijo Galager, ha crecido a una tasa anual promedio del 7%
durante los últimos 6 años. Y la tercera reforma ha convertido
a Chile, una país de larga tradición minera, en "el" lugar
para las grandes inversiones mineras del mundo.

Piñera visitó el Ecuador invitado por el presidente Sixto
Durán Ballén. El jueves en la tarde tuvo una larga reunión con
el gabinete y en la noche un debate con dirigentes
empresariales, laborales y editorialistas de HOY.

Un tema concentró la mayor atención: la reforma al sistema de
jubilación en Chile, una reforma que está como telón de fondo
de algunos de los cambios que se proponen hoy para los
sistemas de seguridad social de toda América Latina. Piñera la
explicó ampliamente durante el encuentro organizado por HOY.

¿Cuál fue su objetivo?

La reforma tenía como objetivo central mejorar el sistema de
pensiones de jubilación. El trabajador chileno, dijo Piñera,
se jubilaba con una pensión de hambre. "Llega al final de su
vida y se da cuenta que todo ha sido un fraude gigantesco, que
la pensión que recibe como fruto de sus ahorros no le alcanza
para nada y se deteriora permanentemente por la inflación".

Fue una comprobación casi emocional de la impotencia que
siente el trabajador cuando llega al final de su vida, la que
llevó a Piñera a pensar en una alternativa.

Bajo el sistema que imperaba en Chile, los aportes de los
trabajadores para su pensión jubilar se acumulaban en un
"fondo negro" que nadie sabía cómo se manejaba ni en qué se
gastaba. El 22% del salario del trabajador iba a ese fondo.

Con la reforma se hizo dos cosas: primero, el trabajador
aporta el 10% de su salario, y el otro 10%, que correspondía
al aporte patronal, se tradujo automáticamente en un aumento
salarial. Y segundo, el aporte se deposita ahora en un fondo
pensional, administrado por las Asociaciones de Fondos
Pensionales (AFPs).

El trabajador lleva una libreta con el registro de los fondos
aportados mes a mes. "Esa plata es propiedad del trabajador,
nadie puede tocarla"., dijo Piñera.

Cuando ha cumplido la edad legal para jubilarse, el trabajador
cambia los ahorros acumulados en la libreta por una
jubilación.

El sistema ha definido un nivel de jubilación mínimo. Si un
trabajador no acumula lo suficiente para obtener ese mínimo,
la diferencia la cubre el Estado. "El Estado solo ayuda a los
pobres para que puedan llegar a la jubilación mínima", dijo
Piñera.

La jubilación es definida en el sistema como "fuente de
propiedad", es decir, que asegura al trabajador el acceso a
los medios básicos para llevar una vida digna.

Administrado privadamente

La particularidad del sistema es que el fondo de pensiones
jubilares es administrado privadamente, por las denominadas
AFPs. Son empresas que se encargan de invertir esos recursos
en bonos, en acciones, en el mercado de capitales, para
obtener un rendimiento financiero. El sistema tiene 12 años de
vida y desde el inicio ha generado una utilidad real promedio
del 13% anual, y las pensiones jubilares son ahora entre 50 y
100% más altas que las del sistema anterior.

Existen actualmente más de 50 AFPs, lo que quiere decir, según
Piñera, que hay una gran competencia por administrar esos
recursos y que el trabajador está en libertad de escoger entre
muchas empresas la que quiere que maneje sus fondos.

Severamente controladas

Por tratarse de fondos de los trabajadores, dijo Piñera, el
sistema se basa sobre un estricto control de las AFPs, al
punto que se creó una superintendencia encargada de su
vigilancia. "Es un sistema de administración privada de
fondos, pero bajo la regulación estatal", sostuvo.

Cada AFP está obligada a publicar mensualmente un boletín con
la información de cada una de las inversiones efectuadas. Hay
topes establecidos para las inversiones en cada instrumento
financiero, de tal manera de asegurar su diversificación y
evitar así la peligrosa concentración.

Piñera sostuvo que en los 12 años del sistema no ha quebrado
una sola AFP, pero que si lo hiciera, los fondos de los
trabajadores no se verían en absoluto afectados, simplemente
perdería el capitalista que organizó la AFP.

Piñera explicó que en el sistema las AFPs son solo las
administradores del fondo de pensiones que existe
independientemente de ellas, pero que lo movilizan para que
genere un rendimiento financiero.

Un gran fondo de capital

En los 12 años de vida, el sistema generó un fondo de 12.000
millones de dólares que ha dinamizado tremendamente el mercado
de capitales chileno.

Piñera dijo que se espera acumular hasta el año 2.005 un fondo
de 30.000 millones de dólares. De esta manera, el sistema ha
tenido un gran efecto macroeconómico: ha generado los recursos
necesarios (el ahorro de los trabajadores) para impulsar la
inversión y el crecimiento económico de Chile. Su efecto se
refleja en un dato: el producto chileno se expandió 60% en los
últimos siete años.

¿Cómo se lo implementó?

El sistema entró en vigencia el 1 de mayo de 1981. El
tránsito del antiguo al nuevo sistema se dio voluntariamente.
"Fue un plebiscito social, el trabajador quedó en libertad de
escoger entre el nuevo sistema y el viejo", dijo Piñera. Y el
resultado superó las expectativas: de 2 millones de
trabajadores con opción de cambio, en el primer mes se
trasladaron 500.000, y al fin del año, el 90% de los
trabajadores estaba en el nuevo sistema. Y 12 años después, ya
hay 100.000 pensionistas del nuevo sistema.

Piñera dijo que el sistema ha funcionado tan bien que el nuevo
gobierno "no le ha cambiado una sola coma".(2A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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