Washington. 24.12.92. El presidente George Bush, que dejará su
cargo en menos de un mes, perdonó hoy a seis figuras claves
involucradas en el escándalo Irán-contra, incluyendo al ex
secretario de Defensa Caspar Weinberger.

El presidente electo Bill Clinton expresó preocupación por los
perdones y el fiscal del caso Irán-contra atacó la decisión de
Bush al decir 'El encubrimiento Irán-contra, que ha
continuado durante más de seis años, se ha completado ahora'.

El fiscal especial Lawrence Walsh acusó a Bush de conducta
inapropiada pero se negó a especular si su investigación de
seis años y 35 millones de dólares se centraría ahora en el
presidente saliente.

Walsh dijo que su oficina se enteró apenas el 11 de diciembre
que Bush no había entregado a los investigadores sus propias y
muy relevantes notas de la época, a pesar de repetidas
solicitudes de esos documentos.

Agregó que habría una 'acción apropiada' sobre las notas y
dijo que la negativa de Bush llegaba a ser una 'conducta
inapropiada'.

Clinton dijo en una conferencia de prensa que se sintió
inquietado por los perdones al decir 'Estoy preocupado de
cualquier acción que envíe una señal de que si se trabaja para
el gobierno se está por encima de la ley'.

Weinberger, quien renunció en 1987, enfrentaba cuatro cargos
penales por mentir al Congreso y a los investigadores sobre el
escándalo de armas-por-rehenes que sacudió a la presidencia de
Ronald Reagan.

'Este asunto ha sido investigado exhaustivamente', dijo Bush
del escándalo, que involucró un esquema manejado por la Casa
Blanca para vender armas a Irán y divertir los beneficios
hacia los contras nicaragúenses, quienes luchaban contra el
gobierno izquierdista de su país en un momento en que el
Congreso de los Estados Unidos había prohibido esa ayuda.

Bush también perdonó al ex subsecretario de Estado Elliott
Abrams, el ex jefe de operaciones clandestinas del Organismo
Central de Inteligencia (CIA) Clair George, el ex funcionario
de la CIA Alan Fiers y el ex consejero de Seguridad Nacional
Robert McFarlane, informó el vocero Sean Walsh.

Expertos en ley constitucional dijeron que sin importar lo
controvertido que un perdón pueda ser, un presidente tiene
poderes absolutos para garantizarlo en cualquier momento.

Pero Walsh comentó que el perdón de Bush 'socava el principio
de que nadie está por encima de la ley. Demuestra que la gente
poderosa con poderosos aliados pueden cometer graves delitos
en altos cargos --abusando deliberadamente de la confianza
pública-- sin sufrir consecuencias'.


Poco antes de las elecciones presidenciales del 3 de
noviembre, surgió evidencia en el caso Weinberger que mostró
que Bush, quien era vicepresidente en el momento del escándalo
Irán-contra, sabía más de lo que admitió sobre las ventas de
armas.

Algunos republicanos culparon a esta evidencia de la derrota
de Bush ante Clinton.

Pero el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, dijo que
la evidencia era una única mención de Bush en las extensas
notas personales de Weiberger sobre el tema. 'Ciertamente, no
hay nada en esas notas', dijo el vocero a los reporteros.

Bush, buscando dejar a un lado las preguntas sobre su
participación en el escándalo, dijo que había pedido al
procurador que le entregara una copia de testimonio jurado
rendido en 1988.

Una declaración del jueves de la Casa Blanca calificó a
Weinberger de 'un verdadero patriota estadounidense' y dijo
que se le perdonaba no sólo por compasión, sino para hacerle
posible recibir los honores que merece por extraordinarios
servicios al país.

Weinberger dijo que se sentía aliviado y aseguró que era
inocente de haber algo incorrecto y de ser víctima de un
enjuiciamiento injusto por parte del fiscal especial Lawrence
Walsh.

En su declaración, el presidente Bush describió como
preocupante la supuesta conversión en delito de las
diferencias políticas.

Bush dijo que estas diferencias deberían resolverse en la
arena política, 'sin la Espada de Damocles de la criminalidad
colgando sobre las cabezas de algunos de los combatientes'.

'El blanco adecuado es el presidente, no sus subordinados; el
foro adecuado son las cabinas de votación, no la corte',
agregó Bush.

'En años recientes, se ha hecho demasiado común el uso de
procesos penales en disputas políticas. Es mi esperanza que la
decisión que estoy tomando hoy comience a regresar estas
disputas al campo de batalla al que verdaderamente
pertenecen', agregó.

El juicio de Weinberger estaba programado para comenzar el 5
de enero.

Weinberger dijo en una conferencia de prensa; 'Esta va a ser
una Navidad muy especial para mí y para mi familia'.

Agregó que si el caso hubiera ido a juicio, hubiera sido
encontrado inocente. 'Tengo completa confianza que hubiera
sido perdonado', dijo, y añadió que había sido víctima de un
enjuiciamiento injusto.

'El último año fue una pesadilla absoluta para mí, el peor de
mis 75 años', comentó Weinberger.

El ex presidente Ronald Reagan, quien estaba al frente de la
Casa Blanca durante el escándalo Irán-contra, emitió una
declaración donde dijo que estaba 'complacido de oír las
noticias del perdón dadas a conocer hoy para Cap Weinberger y
otros funcionarios gubernamentales'.

'Estos hombres han servido a su país por muchos años con
honor y distinción', agregó la declaración.

Tanto Reagan como Bush pudieron haber sido llamados a
testimoniar por la defensa si Weinberger hubiera ido a juicio.

Walsh prometió que haría un 'informe completo al Congreso y
al público' donde describiría los detalles del encubrimiento
que dijo involucran a los funcionarios 'de más alto rango'
de la época de Reagan. (REUTER)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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