El titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), el portugués António Guterres, compartió hoy con decenas de refugiados en Quito, al finalizar una gira por Colombia y Ecuador.
El ex primer ministro de Portugal visitó hoy la "Casa de la Movilidad Humana", un centro de atención a migrantes y refugiados en un barrio del norte de Quito, donde compartió la comida, el arte y la solidaridad con sus protegidos.
Guterres dijo que su gira acabó con un sentimiento de esperanza de que mejorará la vida de los desplazados en la región andina.
"La esperanza que, en primer lugar, nos viene de la solidaridad admirable del Gobierno y del pueblo de Ecuador en la protección de refugiados y, también esperanza, de los cambios políticos que se están viviendo en Colombia", dijo Guterres.
A su juicio, las nuevas leyes impulsadas en Colombia, como la ley que está en trámite en el Congreso de ese país sobre víctimas y restitución de derechos, puede ser una "solución verdadera" y "duradera" para el problema "del desplazamiento interno" y de "los refugiados en el exterior".
En la "Casa de la Movilidad Humana" varios inmigrantes haitianos, asÍ como refugiados colombianos, nigerianos y cubanos agradecieron a Guterres por el acercamiento que tuvo días antes de que se celebre la Nochebuena.
Además, en el marco de una pequeña feria, le enseñaron los proyectos de vida que tienen en Ecuador.
Un grupo de colombianos mostró sus dibujos y relatos, otro ofreció una deliciosa comida de ese país, mientras que un conjunto de mujeres le enseñó su pequeño proyecto textil.
Guterres recordó que en 2010 se incrementaron las peticiones de asilo en Ecuador, aunque no detalló la cifra, y aseguró que eso se debe a que "aumentó el número de países que piden asilo. Ahora ya no sólo son colombianos, también hay de otras nacionalidades".
En este sentido alabó las políticas ecuatorianas para atender a los refugiados, pero también tuvo palabras de elogio para otros países de la región, como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay o México, y destacó que "Latinoamérica tiene las mejores leyes de refugiados del mundo".
Aún así, ser un refugiado no es sencillo, según relató el cubano Alex Carballeira, quien llegó hace siete meses a Quito.
Carballeira opinó que uno de los problemas principales en Ecuador es la xenofobia y contó que hay cubanos a los que "no les han querido rentar un apartamento" por su nacionalidad.
Además, subrayó que la situación es muy difícil porque vienen al país en condiciones precarias "sin dinero y sin trabajo".
Explicó que, a través de "La Casa de la Movilidad Humana", su colectivo busca generar "una integración cubana" y encontrar "mejores alternativas" para ellos.
Esta casa nació en 2001 para atender a los emigrantes ecuatorianos y a sus familias, pero poco a poco fue ampliando los campos y ahora también se dedica a asistir inmigrantes que llegan a Quito o refugiados, indicó su coordinadora, Glenda Yager.
Asimismo, agregó que la visita de Guterres sirvió para que el titular del Acnur vea que, cuando "existen los apoyos necesarios para emprendimientos productivos, se pueden generar iniciativas por parte de los diferentes grupos o colectivos".
Guterres valoró "muy positivamente" la labor de esta identidad que "trabaja por la inclusión" de los migrantes y quiteños y destacó que la labor que hace les "calienta el corazón" y les "da energÍas" para seguir luchando por los intereses de los refugiados.
El acto incluyó la actuación de un grupo de hip hop, compuesto por ecuatorianos y colombianos, que reflejó la voluntad de que ambas comunidades convivan y trabajen conjuntamente.
El mensaje de este grupo era claro: "No queremos más guerra y no queremos más violencia", pues algunos adolescentes de la banda son refugiados colombianos que se vieron obligados abandonar su paÍs.
En este sentido, los integrantes del grupo afirmaron que los actos de violencia se dan porque "se ha pensando con los pies y no con la cabeza".
Al final de la actuación, Guterres dijo que había comprendido que la buena energía se debe canalizar con la cabeza "y no con los pies, y el problema es que nosotros pasamos mucho tiempo pensando con los pies". (EFE)
El ex primer ministro de Portugal visitó hoy la "Casa de la Movilidad Humana", un centro de atención a migrantes y refugiados en un barrio del norte de Quito, donde compartió la comida, el arte y la solidaridad con sus protegidos.
Guterres dijo que su gira acabó con un sentimiento de esperanza de que mejorará la vida de los desplazados en la región andina.
"La esperanza que, en primer lugar, nos viene de la solidaridad admirable del Gobierno y del pueblo de Ecuador en la protección de refugiados y, también esperanza, de los cambios políticos que se están viviendo en Colombia", dijo Guterres.
A su juicio, las nuevas leyes impulsadas en Colombia, como la ley que está en trámite en el Congreso de ese país sobre víctimas y restitución de derechos, puede ser una "solución verdadera" y "duradera" para el problema "del desplazamiento interno" y de "los refugiados en el exterior".
En la "Casa de la Movilidad Humana" varios inmigrantes haitianos, asÍ como refugiados colombianos, nigerianos y cubanos agradecieron a Guterres por el acercamiento que tuvo días antes de que se celebre la Nochebuena.
Además, en el marco de una pequeña feria, le enseñaron los proyectos de vida que tienen en Ecuador.
Un grupo de colombianos mostró sus dibujos y relatos, otro ofreció una deliciosa comida de ese país, mientras que un conjunto de mujeres le enseñó su pequeño proyecto textil.
Guterres recordó que en 2010 se incrementaron las peticiones de asilo en Ecuador, aunque no detalló la cifra, y aseguró que eso se debe a que "aumentó el número de países que piden asilo. Ahora ya no sólo son colombianos, también hay de otras nacionalidades".
En este sentido alabó las políticas ecuatorianas para atender a los refugiados, pero también tuvo palabras de elogio para otros países de la región, como Brasil, Chile, Argentina, Uruguay o México, y destacó que "Latinoamérica tiene las mejores leyes de refugiados del mundo".
Aún así, ser un refugiado no es sencillo, según relató el cubano Alex Carballeira, quien llegó hace siete meses a Quito.
Carballeira opinó que uno de los problemas principales en Ecuador es la xenofobia y contó que hay cubanos a los que "no les han querido rentar un apartamento" por su nacionalidad.
Además, subrayó que la situación es muy difícil porque vienen al país en condiciones precarias "sin dinero y sin trabajo".
Explicó que, a través de "La Casa de la Movilidad Humana", su colectivo busca generar "una integración cubana" y encontrar "mejores alternativas" para ellos.
Esta casa nació en 2001 para atender a los emigrantes ecuatorianos y a sus familias, pero poco a poco fue ampliando los campos y ahora también se dedica a asistir inmigrantes que llegan a Quito o refugiados, indicó su coordinadora, Glenda Yager.
Asimismo, agregó que la visita de Guterres sirvió para que el titular del Acnur vea que, cuando "existen los apoyos necesarios para emprendimientos productivos, se pueden generar iniciativas por parte de los diferentes grupos o colectivos".
Guterres valoró "muy positivamente" la labor de esta identidad que "trabaja por la inclusión" de los migrantes y quiteños y destacó que la labor que hace les "calienta el corazón" y les "da energÍas" para seguir luchando por los intereses de los refugiados.
El acto incluyó la actuación de un grupo de hip hop, compuesto por ecuatorianos y colombianos, que reflejó la voluntad de que ambas comunidades convivan y trabajen conjuntamente.
El mensaje de este grupo era claro: "No queremos más guerra y no queremos más violencia", pues algunos adolescentes de la banda son refugiados colombianos que se vieron obligados abandonar su paÍs.
En este sentido, los integrantes del grupo afirmaron que los actos de violencia se dan porque "se ha pensando con los pies y no con la cabeza".
Al final de la actuación, Guterres dijo que había comprendido que la buena energía se debe canalizar con la cabeza "y no con los pies, y el problema es que nosotros pasamos mucho tiempo pensando con los pies". (EFE)
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