Durante un reconocimiento aéreo para hallar posibles laboratorios de droga
El helicóptero PN-126 participaba en el Operativo Binacional Sin Fronteras II, en apoyo a las operaciones con personal de Antinarcóticos cuando recibió los disparos. Al momento del incidente, la aeronave de Aeropolicial trasladaba siete efectivos del GIR y personal de la Dirección Antinarcóticos.
Según el Ministerio del Interior, antes de que el helicóptero realizara un viraje de 180° en las cercanías del rio Mataje, se escucharon tres o cuatro ráfagas de disparos provenientes de la orilla colombiana.
Uno de los proyectiles impactó en el fuselaje de la aeronave dañando seriamente el panel de fusibles y circuit braker, ocasionando un brusco movimiento hacia la derecha de la aeronave y anulando los instrumentos de medición de combustible.
Según César Avilés, piloto de la aeronave, al momento del impacto no tuvo noción de la magnitud del daño. "Entramos en un descenso muy rápido -dijo-. Empezamos a desesperarnos en la cabina. Sentí que me habían impactado. En ese momento pensé en mis hijos. Mi necesidad no era aterrizar en ese lugar, pensé que si lo hacía me iban a rematar ahí mismo, pues estábamos en un área hostil".
Ya en tierra, la tripulación hizo una inspección del helicóptero y observó un orificio debajo de la cabina, en la posición del piloto. "Si hubiéramos ido a mayor velocidad -dijo Avilés-, seguramente la bala me habría impactado en el coxis y me habría destrozado las piernas".
Tras aterrizar en el cuartel de San Lorenzo, la tripulación informó del incidente al mando superior. Minutos después, dos helicópteros colombianos intercambiaron disparos con las fuerzas que antes habían disparado al helicóptero ecuatoriano.
La aeronave permanecerá inactiva entre tres y cuatro meses hasta reparar los daños de los disparos. El objetivo del vuelo era el reconocimiento aéreo de posibles laboratorios de droga que se encontrarían cerca del área donde se hallaban al momento del incidente. (CG)
Más en el