'Con dolor en el corazón debemos admitir que vuelve la etapa de los partes militares de guerra que nadie quiere', declaró a la prensa el jefe negociador del grupo rebelde, Iván Márquez, antes de iniciar una nueva jornada de conversaciones con el gobierno en La Habana.
No obstante, Márquez, también número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reiteró el pedido de la guerrilla comunista al gobierno para decretar un alto el fuego bilateral que favorezca los diálogos de paz y evite más víctimas entre los combatientes y la población civil.
Solicitamos al gobierno del presidente Juan Manuel Santos que estudie una posible tregua 'para rodear con un ambiente tranquilo estas conversaciones de paz', expresó Márquez.
En caso de recibir una respuesta negativa, Márquez pidió que al menos se discuta un 'tratado de regularización de la guerra' para 'evitarle a la población mayores padecimientos'.
El presidente Santos ha descartado en reiteradas ocasiones suspender las acciones militares contra la insurgencia hasta que se llegue a un acuerdo en la mesa de La Habana, insistiendo en que la ofensiva de la Fuerza Pública ha debilitado a la organización insurgente hasta dejarla en una cifra históricamente baja de combatientes, que calculó que podrían llegar a ser menos de 8 000.
Coincidiendo con el final de la tregua, Santos convocó este domingo un Consejo de Seguridad tras el cual reiteró que su gobierno está listo para responder a las acciones armadas de las FARC.
'Recibí mucha información de inteligencia sobre supuestas operaciones que esta organización tenía y tiene planeada' para después del fin de la tregua, sostuvo el mandatario tras reunirse con su cúpula policial y militar.
La Policía colombiana, que viene advirtiendo de que las FARC han utilizado la tregua para 'fortalecerse', decomisó el viernes un cargamento de material explosivo con el que, aseguran, la guerrilla pretendía atentar contra instalaciones policiales y militares de Bogotá.
A su vez, las FARC salieron al paso de las denuncias de que no respetaron su tregua lanzadas por el Ejército colombiano, que hizo un recuento de al menos 52 violaciones insurgentes al cese al fuego, según publicó el diario El Tiempo.
En su comunicado, las FARC compararon la situación vivida en Colombia durante los dos últimos meses con el mismo periodo de un año atrás -entre el 20 de noviembre de 2011 y el 20 de enero de 2012- cuando, aseguran, murieron al menos 284 personas en enfrentamientos entre las FARC y la Fuerza Pública.
Los delegados del gobierno y de las FARC retomaron el pasado lunes las conversaciones de paz que desarrollan desde noviembre en La Habana para resolver el conflicto armado que vive Colombia desde hace casi medio siglo. Los diálogos siguen centrados en el problema agrario en Colombia, el primero de los cinco puntos de la agenda de paz.
En Colombia también opera otra guerrilla izquierdista, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que no participa de las negociaciones de paz con el gobierno y a la que se acusa de secuestrar el viernes a cinco trabajadores de una compañía minera, entre ellos dos peruanos y un canadiense. (AFP)