Luis Fernando Suárez visitó las instalaciones de Diario HOY y lucía tan elegante como si fuese a dirigir cualquier partido oficial de la Tricolor. Su estampa de hombre serio y poco emotivo se diluyó de a poco. La temática fue diversa desde si es supersticioso hasta consejos de ganará para que no pierda el trabajo, suficientes para romper el hielo al calor de una amena charla.
Habló del crecimiento del fútbol ecuatoriano como un proceso que se inició hace 15 años de la mano del yugoslavo Dussan Draskovic y que continuaron sus compatriotas Francisco Pacho Maturana y Hernán Darío Bolillo Gómez, pues bajo sus consideraciones nada es por suerte y todo sale con mucho trabajo.
Del colega europeo rescata dos aspectos: el trabajo en la parte física y la incursión en las tareas técnicas.
En la parte física supo escoger jugadores que hoy son muy importantes. La condición física es una valor importante en el fútbol. Hoy no solo es entrenarse en resistencia, sino en potencia y velocidad y él lo inicio acá hace 15 años".
Para el actual seleccionador de la Tri, Draskovic eligió un grupo de jugadores fuertes, potentes, rápidos y grandes, que es básicamente la condición física de los jugadores de hoy.
No obstante, no es el único gran legado del montenegrino, también le atribuye un buen trabajo sobre el manejo del balón.
Lo de la parte técnica también se dio allí, pero Draskovic debió luchar por enseñarla a jugadores de 26 y 27 años ya formados, lo cual es muy difícil y él lo logró con un trabajo continuo y consiguió que los hombres mejoraran en la técnica, destacó y apuntó: Ahora tenemos futbolistas fuertes, rápidos, potentes y de buen manejo.
Luego se refirió a su compatriota Francisco Maturana, del cual reconoció ser su alumno. Maturana le dio otra situación (a Ecuador), empezó a hablar de táctica, de movimiento en bloques y habló alrededor de que jugar el fútbol es pensar, no solo correr detrás un balón, refirió el colombiano.
Con esto -explicó- cada uno de los jugadores se dio cuenta de su parte en un equipo, en la sociedad; les dio cierta responsabilidad y conciencia, de que no son 22 hombres con calzoncillo detrás de una pelota.
Como amasando la harina para el mejor pan, el proceso mejoró a decir de Suárez y en ese sentido, los jugadores que venían en la parte física y técnica bien trabajados, se les agregó aquello tan fundamental: de que el fútbol es para algo, que sirve para ganar algo, que somos representación de un país
, una suerte de conciencia de identidad.
Entonces llegó Hernán Darío Gómez otro maestro- y le hechó su toque: Su expresión era espectacular, eso contagia con todo. La forma de ser de Hernán es echao palante. Él primero hace las cosas y luego las piensa. A veces esas decisiones apresuradas son las mejores opciones y él hizo eso. Su lenguaje no verbal era: no le temo a nadie y eso contagia al jugador.
Dentro de todas las cosas, él defendió al jugador; si tenían que volar la cabeza a alguien debía ser a él pero no a un futbolista y eso caló mucho en el grupo.
El balance saltó a la vista, confirmó Suárez: sumamos buena táctica y física junto con lo otro, lo anímico, y tenemos un equipo que se califica (al Mundial).
Hubo una época en que todo se infló mucho más y el Ecuador se hizo muy fuerte y ganaba por aquí y por allá y jugaba bien y pasaba por encima a todo mundo, recordó el estratega.
Para Suárez lo más inteligente de Maturana fue no descartar nada de lo que hizo Dráskovic, y lo mejor de Hernán fue aprovechar todo lo de Pacho
Respecto a lo que le tocó a él fue contundente: Yo lo único que hice es usufructuar ese trabajo, dice y sonríe. Pero en la parte formal reconoce que su aporte es el de darle mayor protagonismo a la defensa y mayor velocidad a la ofensiva, y en eso ha trabajado en estos 14 meses que está al frente de la "Tri".
"Hoy al fútbol ecuatoriano se le reconoce en el ámbito internacional por su juego colectivo, fuerte, con un manejo de bloques y espacios muy bueno".
Del proceso a su mando, destacó como el resultado más importante la derrota contra Venezuela (3-1 en San Cristóbal). Llegamos a un punto que ya nada podía salir más mal. Fue el resultado del que más aprendí.
Del triunfo sobre Brasil en Quito, confesó que pudo ser su último juego al mando del equipo, pero repitiendo la imagen se frotó las manos y se dijo voy a disfrutarlo". De allí en adelante la mayoría han sido mieles, a excepción del traspié en Colombia. Ahora falta rematar y clasificarnos, habrá que trabajar para lograrlo, dijo.
¿Cómo se ayuda a Kaviedes?
"La responsabilidad de Iván Kaviedes está en él y el único que puede ayudarse es él. Se le puede advertir que con sus actuaciones puede generar malestar en la gente que lo rodea. Le sugeriría que sea menos espectacular en sus apariciones, que tenga perfil bajo, como yo"
concluyó entre risas, dejando otra imagen, ya que fuera de la cancha parece que el profe no es tan serio como luce. (DSL)(JT)H)
El cotejo contra Brasil lo creyó como el último que estaría con la "Tricolor"
Luis Fernando Suárez podría ser catalogado con el técnico más elegante y sobrio del país. Las líneas de sus trajes son impecables y estilizadas; los amantes de los patrones, de las telas y los expertos en la aguja y el hilo saben que los atuendos del técnico son justo a su medida.
Siempre viste de colores oscuros, producto de su discreción. Los pequeños y grandes detalles resaltan a la vista. En sus enormes manos que protagonizan sus conversaciones se dibuja brevemente un hilo de oro que hace suponer que sería su alianza matrimonial, y contrario a este diminuto detalle la vista choca, luego, con un atractivo y enorme reloj color plata y de líneas bien geométricas.
Su seriedad va con su vestuario, al igual que su sabia forma de decidir y escoger. "Dime cómo te viste y te dire cómo eres", dicho que va a la mano con nuestro técnico.
El "profe" Luis Fernando Suárez dice que le gusta "tomar decisiones, planificar y ejecutar" y que todo lo hace inclinando la balanza hacia la razón y no a la pasión.
Aunque prefiere que transmitan buenos deseos antes que suerte, en uno de sus bolsillos, guarda un rosario que le regaló su hijo Daniel y una bolsita llena de estampillas que evocan alguna de las tantas imágenes divinas, todas obsequiadas por sus seres queridos: madre, esposa y suegra.
La selección ecuatoriana es un sueño vivo, que lo está disfrutando, por ello, el único deseo que plasmaría en una inocente carta para el Niño Jesús sería: "Dame inteligencia".
Así, el discreto entrenador descansa la vista en un inseparable "tintico", respira, sonríe y sigue hablando de fútbol, emoción que difícilmente puede controlar el hombre "racional" del fútbol ecuatoriano. (MPI).
EL PARTIDO
La reflexión de dónde estábamos
Suárez cataloga al partido contra Venezuela como clave en este proceso de las Eliminatorias. "Nos dijo dónde estábamos".
Después del 3 por 1 que sufrió la "Tri" en San Cristóbal, el entrenador se vio casi fuera del equipo nacional. Llegó entonces el juego contra Brasil y lo disfrutó. Cuando llegó al banco de suplentes se dijo: "Puede ser el último".
Lo disfrutó, pero no celebró el gol de Méndez que marcó el triunfo de Ecuador 1 por 0 y el inicio de la campaña a Mundial. (MCA).
"Los resultados no se dan por azar" y el seleccionador mira "madurar los goles"
El DT de la Tri, Luis Fernando Suárez, reconoce ser alumno de Francisco Maturana y de Hernán Darío Gómez (paisanos y ex entrenadores ecuatorianos) pero, dentro de los nuevos, se declara seguidor de Marcelo Bielsa y de Carlos Bianchi (argentinos). En el primer caso, porque tiene cosas muy interesantes para mostrar al fútbol, es el más estudioso, el que tiene cosas nuevas; y en el segundo, porque quisiera saber cómo manejar al grupo me parece que es lo más importante, siempre he creído que lo que hace mover a los jugadores para bien es mi palabra, mi credibilidad, como diga, lo que actúe, pero creo que me falta mucho. Esas son las cosas que quisiera aprender de Bianchi, dice Suárez.
En esa línea, busca gerenciar a su equipo, pues cree que los resultados no son producto del azar ni de una generación espontánea, sino de la planificación y de la ejecución, por ello, después de que hace su trabajo le gusta mirar, evaluar los errores que se cometieron y analizar la manera para salir de ellos. Con la selección ecuatoriana considera que ha sido un trabajo desde el principio, mirando qué vamos a hacer y, dentro de esa planificación, no descarta cambiar alguna cosa, pues siempre habrá la posibilidad del plan B.
Eso porque Suárez no cree mucho en la suerte, a la que califica como una oportunidad que se presenta ahí y que hay que saber reconocerla y aprovecharla, como clave de esa planificación.
Otro secreto es que el DT no admite las presiones. Prefiere no hacer caso de lo que diga la prensa en el momento de tomar decisiones, lo que sí quiere es que sus jugadores sepan manejar las cosas: Eso quisiera para todo en la vida, pues lo que más me sublima del fútbol es la inteligencia, un jugador bruto no me gusta. (PC).
"LA META"
UN CAMBIO FUNDAMENTAL DEL PENSAMIENTO
El profe, muy cerebral en sus expresiones, ubica a lo anímico como el mayor problema que tenía el equipo cuando él ingresó, después de Hernán Darío Bolillo Gómez: Encontramos un equipo que creía que no iba a clasificarse, por ello se trabajó en un cambio fundamental del pensamiento de los jugadores para crearles un objetivo claro, y ese era clasificarse al Mundial de Alemania 2006. Por eso digo ahora que el jugador que está en la Selección sabe para qué está entrenando, ese es el motor. (PC)