Quito. 08 feb 98. A partir de mañana rige un punto adicional en las activas y
pasivas. La meta de crecimiento para el presente año será
menor al cuatro por ciento previsto inicialmente.

Los correctivos para mantener estable el programa
macroeconómico del Gobierno fueron evaluados por las
autoridades del Frente Económico.

El gerente del Banco Central, Fidel Jaramillo, señaló ayer que
la caída del precio del petróleo, por debajo de lo previsto,
así como la menor producción de crudo y los efectos del
fenómeno de El Niño, obligan a tomar decisiones, so pena de
impactar negativamente en la economía nacional.

Jaramillo dijo que se presentó al presidente Alarcón un
documento de la situación actual del programa macroeconómico
con algunas recomendaciones. Este documento tiene el apoyo
unánime de todos los miembros y vocales de la Junta Monetaria,
donde están representados las autoridades monetarias, el
Ministro de Finanzas y delegados del sector financiero
privado.

Los elementos adversos que se han presentado son ya conocidos,
sobre todo la caída del precio del petróleo. Esto obligó a las
autoridades a reducir las previsiones del precio internacional
del crudo ecuatoriano para 1998. El Presupuesto del Estado
contempla para el presente año un precio de 16 dólares por
barril, y ahora bajó a 13 dólares.

Se estima que por cada dólar que baje el precio del crudo, las
arcas fiscales dejan de percibir 80 millones de dólares al
año. En este sentido, la reducción de ingresos por la nueva
estimación de precio sería de 240 millones de dólares, y solo
por ingresos petroleros. A eso se tendría que sumar los
efectos de El Niño y la menor producción petrolera, producto
de la demora en la ampliación del Sistema de Oleoducto
Ecuatoriano (SOTE).

De ahí que es necesario una racionalización de los gastos
fiscales y una priorización de la inversión.

Aunque Jaramillo prefirió no profundizar sobre las medidas
económicas propuestas, como la focalización del subsidio al
gas, la reducción del subsidio eléctrico, el aumento de la
base imponible para el IVA, etc., sí se refirió a la necesidad
de cumplir los preceptos del plan macroeconómico.

Dentro de ellos está el endeudarse en un monto menor respecto
a los pagos que realiza el país por obligaciones anteriores.
De ahí que contratar deuda por 500 millones de dólares, como
se mencionó en semanas pasadas, estaría fuera de lo
programado.

Sin embargo, eso no quiere decir que no habrá deuda. Los
créditos externos, como por ejemplo, para el trolebús, agua
para la Península, la reconstrucción vial, etc., son
desembolsos previstos con organismos multilaterales de crédito
y se los hará.

La idea es reducir la relación deuda respecto a la producción
del país (PIB) y acercarla al promedio de América Latina. Esta
es de alrededor del 45 por ciento y Ecuador está por el 65 por
ciento.

Por otro lado, Jaramillo manifestó que las tasas de interés
interbancarias subirán un punto a partir del mañana.
Actualmente están en 29 por ciento para las pasivas, que son
las que pagan los bancos a sus clientes por los depósitos en
ahorro, y 33 por ciento para las activas, las que cobran los
bancos por los créditos o préstamos.

Esta medida se la toma debido al repunte que tuvo la inflación
el mes anterior, 4 por ciento, que fue superior a lo previsto
por las autoridades.

La lógica que manejan las autoridades económicas es que
mediante el incremento de las tasas de interés se fomentará el
ahorro, aumentando los depósitos en los bancos e instituciones
financieras. De esta manera, el dinero que circula en la
economía será menor y por lo tanto la gente común bajará su
consumo. Esta reducción en el consumo significa a su vez una
reducción en la demanda, la misma que ya no presionará al
aumento de los precios y por ende al incremento de la
inflación.

Pero esta medida tiene su costo: la reducción del consumo
también provoca una menor actividad de las empresas y sectores
productivos, pues tendrán menos clientes que quieran comprar.

Eso lo conocen las autoridades y por eso prevén que el
crecimiento de la economía en 1998 será menor al previsto.
Jaramillo señaló que a fines de febrero del presente año se
evaluará el programa macroeconómico, donde se verá la
consistencia de las metas fijadas en principio, sobre
inflación tasas de interés, exportaciones, crecimiento
económico, etc.

Sin embargo, adelantó que la situación actual requiere de
medidas, que se evidenciarán en un menor crecimiento
económico. "Países como Chile, Brasil , Bolivia y Colombia,
también redujeron sus metas de crecimiento", expresó.

Por otro lado, durante el mes anterior, los depósitos del
sector público en el Banco Central disminuyeron, lo cual
significaba que el Gobierno estaba gastando más. Esta
tendenciA se revirtió desde el 15 de enero, señaló Jaramillo.
A partir de esa fecha, los depósitos han crecido en alrededor
de 300 mil millones e sucres, lo cual permitió que la Reserva
Monetaria Internacional (RMI) se recupere. "En la última
semana y media la RMI aumentó en 100 millones de dólares".

Jaramillo viajará hoy a estados Unidos a una reunión del Banco
Interamericano de Desarrollo.

Economía * Fabián Alarcón fue advertido por la Junta
Monetaria: si no decide, los problemas crecerán

Las medidas están, ahora falta la firma...

El Presidente llegó a un escenario que no puede eludir: tomar
medidas económicas. Lo contrario sería más grave: alteraría
todo el plan económico. El país llegaría a una inflación del
50%.

El Frente Económico tuvo una semana muy agitada. Sus
principales actores -que se movieron entre la sede del Banco
Central y Carondelet- llevaron y recibieron mensajes. Pero el
Presidente mantuvo su clásico perfil: no tomó ninguna medida.

Cuando este Diario reveló que la Junta Monetaria estudiaba una
carta secreta (que solo la conocían seis o siete personas), y
cuyo contenido se publicó el pasado 5 de febrero, la polvareda
se levantó enseguida, dentro y fuera del Gobierno.

No faltaron los reproches, en tono fuerte y casi violento,
sobre quién filtró la información. La peor parte la llevó la
gente del Banco Central.

Anécdotas aparte, el propio presidente Alarcón sintió la
presión de ese organismo técnico -algunos en Carondelet
incluso llegaron a hablar de quintacolumnistas dentro del
Gobierno- y reaccionó. Una vez más volvió a recordar que él es
el único que toma las decisiones.

Pero el Primer Mandatario fue lo suficientemente hábil -como
siempre- para no fijar fechas ni comprometerse a dar plazos.
Recibió a todo el mundo en Palacio, escuchó las versiones de
todas las partes, hubo abrazos y muchos puntos coincidentes...
pero a la hora de la verdad, todo se volvió difuso: hasta el
cierre de esta edición, nadie sabía a ciencia cierta cuándo ni
cuáles sugerencias del Frente Económico convertirá en ley.

Algunos analistas económicos -y muchos técnicos del propio
Gobierno- sostienen en privado que el tiempo se está agotando
en Carondelet.

La incertidumbre hace lo suyo y comienza a disparar las cifras
de la inflación y del déficit fiscal hacia niveles
preocupantes. Mientras tanto, las presiones sobre el dólar ya
está afectando la reserva monetaria internacional.

Las mismas estimaciones de la Junta Monetaria no pueden ser
más sombrías: las proyecciones del déficit, si no se toman ya
las medidas, hablan del 7,4 por ciento respecto al PIB. Y la
inflación podría cerrar este año en el 50 por ciento.
Virtualmente, un desastre en ciernes.

El Presidente está perfectamente enterado de estas y otras
cifras, porque Danilo Carrera, presidente de la Junta
Monetaria y Fidel Jaramillo, gerente general del Banco
Central, se lo dijeron con toda claridad el viernes pasado.

¿Cuál es el papel del Ministro de Finanzas en este complejo
contexto de advertencias y de pocas acciones concretas?

Marco Flores ha seguido una trayectoria poco lineal y no
siempre aparecen muy claras sus prioridades.

Por ejemplo, hace una semana mantenía, públicamente, la idea
de que quienes no compartan las tesis de un mayor gasto
social, tenían plena libertad para abandonar sus cargos.
Fabián Alarcón no miró de lejos esta jugada: él mismo la avaló
con una declaración similar, pero se cuidó mucho de dar
nombres.

En todo caso, claramente, este mensaje por partida doble
apuntaba a las cabezas de la Junta Monetaria y del Banco
Central. Pocos días después, sin embargo, Flores se alienaba
con las propuestas auspiciadas por Carrera y Jaramillo. Y fue
más allá: llegó a firmar la carta, junto a todos los vocales
de la Junta Monetaria. En la misiva le piden al Presidente que
actúe, antes de que los problemas económicos desborden la poca
capacidad de maniobra del Interinazgo.

¿A qué obedece este cambio de posición de Marco Flores? ¿Es un
movimiento táctico para ganar tiempo y evitar así una
confrontación directa con dos funcionarios que gozan de
prestigio y respaldo de los grandes agentes económicos? ¿Actúa
acorde con las prioridades de Carondelet o simplemente se
plegó a las tesis monetarias de Carrera-Jaramillo, porque las
suyas fueron derrotadas?

No hay respuestas precisas para tantas preguntas. Los detalles
se ignoran porque el ministro Flores ha preferido mantener su
discurso a buen recaudo de todos estos problemas a los que,
aparentemente, les asigna un peso marginal.

Ha preferido, eso sí, presionar por el lado de las reformas
tributarias. Y algunas de las propuestas que ya reposan en
manos del Presidente de la República son, seguramente, obra
suya (eliminación de las exenciones del IVA, etc.).

En este punto, hay un detalle que no puede quedarse fuera: ¿en
qué situación queda la tesis del endeudamiento de 500 millones
de dólares, cuyos padrinos eran Fabián Alarcón y Marco Flores?


Luego de las turbulencias de la semana pasada, parece que las
cosas se estarían inclinando por archivar ese plan de
endeudamiento, aunque nadie se atreve a decir que está
totalmente sepultado.

Si se asume que la última actitud del Ministro de Finanzas
-aliarse formalmente con las tesis de la Junta Monetaria- es
definitiva, la lógica indica que el único que apoyaría, por
ahora, el plan de endeudamiento es el Presidente de la
República. De ahí su relativo hermetismo para hablar sobre
este tema.

Alarcón, desde el punto de vista político, podría tener buenos
motivos para insistir en que no se descarte la vía del
endeudamiento. Requiere de alta liquidez para financiar sus
últimos meses en el poder. Los cheques son un excelente
mecanismo para dejar huella social. Al fin y al cabo, su
partido se está armando para volver con fuerza en la primera
contienda electoral del próximo siglo...

Pero hay un aquí y un ahora. Y en materia económica, el largo
Interinazgo está convirtiéndose en un bumerang para el
Gobierno. Al toparse de frente con la posibilidad de tomar
medidas, Alarcón ha perdido espacio para las maniobras
económicas, tan útiles en política. Ahora, las medidas solo
esperan su rúbrica.

5 medidas en camino

El IVA para actividades comerciales: el Impuesto al Valor
Agregado será recaudado en todas las actividades vinculadas al
comercio. Se mantienen las exoneraciones a la comida, la salud
y la actividad cultural. El resto de bienes y servicio sí
serán gravados.

Subsidio eléctrico dirigido: las familias que consuman hasta
150 kilovatios/hora de electricidad seguirán recibiendo un
subsidio. En familias de cinco miembros, en promedio, los
beneficiarios serían 500.000 abonados. Todos pagarán 20.000
sucres; pero los que sean subsidiados recuperarán 15.000
sucres con la presentación de su planilla. El Estado
recaudaría USD 200 millones.

Las importaciones pagarán un 4 %: la tarifa del impuesto a las
importaciones va del 1 al 4 por ciento del valor de la
importación, dependiendo del rubro. Se aplicará por siete
meses, lo cual ocasionaría una recaudación de 460 millones de
sucres, unos 100 millones de dólares.

El subsidio al gas será focalizado: para establecer el
subsidio a las familias más pobres, se toma como base el
consumo de energía eléctrica de hasta 150 kilovatios. Estas
personas seguirán pagando 4.900 sucres por el cilindro de 15
kilos. Para las demás familias, el nuevo precio será de 19.500
sucres por cilindro.

Se reducirán los gastos del Estado: hasta en un 10 por ciento
se verán reducidos los gastos previstos para este año, pero se
excluyen los ajustes en educación y en salud. Además, se
reducirán los créditos externos que el Ecuador adquirió y que
no alcanzará a pagar por concepto de contraparte local. (Texto
tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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