Gran parte de los habitantes de la ciudad tienen sus casas en rellenos. La zona está rodeada de montañas de arcilla
En la ciudad de Esmeraldas, residen más de 200 mil habitantes en unos 168 barrios y cooperativas de vivienda. De estos, 57 barrios se levantaron en laderas, en siete quebradas naturales que se rellenaron en las riberas de los ríos Teaone y Esmeraldas.
En estas circunstancias, si sucediera un sismo de alta intensidad, derrumbaría o hundiría las casas de cemento de tres o de cuatro pisos que se han construido, afirma el alcalde Ernesto Estupiñán.
El desplome de casas ya se observó en Esmeraldas por el fraccionamiento de la tierra en ocho barrios durante el Fenómeno del Niño, en 2006.
Magno Rivera, ex funcionario de la Defensa Civil, explicó que este fenómeno ocurrió porque las lomas que circundan la ciudad son de arcilla expansiva frágil. Mientras, se construyó recién en la zona urbana un edificio de siete pisos con proyección a nueve, para un hotel.
Su propietario, Víctor Orellana, asegura que la edificación tiene bases y diseño antisísmico que defenderá su resistencia en un evento natural de trascendencia.
Pero, el impedimento de construir casas antitécnicas es el "dolor de cabeza" para el Municipio.
El comisario de Construcciones, Ecuador Toro, afirma que desde octubre de 2009 se prohibió construir casas en zonas frágiles, disposición que incluye también para las soluciones habitacionales del Miduvi y de Hogar de Cristo. Además, tampoco se puede en la zona en que se encuentran los tanques de almacenamiento y distribución de agua, al igual los del SOTE y Terminal Petrolero de Balao con combustibles y crudo.
Un terremoto histórico. El 31 de enero de 1906, se produjo el terremoto más fuerte que se haya registrado en el Ecuador.
Este movimiento telúrico tuvo una magnitud de 8.8 grados y se localizó en las costas de Esmeraldas, en donde generó un tsunami que mató a unas 500 personas.
Según historiadores y archivos, el maremoto se dispersó hasta llegar a la costa de América Central e incluso alcanzó San Francisco (
EEUU).
Unos 1 500 habitantes de Hawai también fueron víctimas mortales de este suceso y las ondas marinas se extendieron en cadena hasta el oeste de Japón, doce horas después del sismo.
Menelao Jara, periodista fallecido, registra en manuscritos que aún conservan sus familiares que las olas fueron de 5 m de altura en el actual balneario de Las Palmas.
¿Esmeraldas está preparada?. Si una situación similar se repitiera en la actualidad, las autoridades y organismos de socorro coinciden en advertir que la ciudad no estaría preparada para un
desastre natural pues no cuenta con un plan en caso de un movimiento telúrico de proporciones.
Existen protocolos de incidencia pese a la serie de reuniones de los Comités de Operaciones de
Emergencia (COE), en la que se ha tratado únicamente sobre deslizamientos, inundaciones de ríos y aguajes marinos.
Al momento, autoridades planifican la instalación de sensores de alerta temprana, que permitan a los organismos básicos declarar la emergencia para que la población se movilice con anticipación.
Durante tres días, fueron capacitados 40 voluntarios de la Cruz Roja, Secretaría de Gestión de Riesgo y Bomberos en la atención a víctimas por desastres y accidentes de tránsito. (LFA)
Otros datos para tomar en cuenta
Otro movimiento de igual magnitud al de 1906 (8.8 grados) ocurrió el 1.° de enero de 1958 y ocasionó severos daños en casas y
construcciones.
El 12 de diciembre de 1979, se registró un terremoto y posterior tsunami frente a las costas de Nariño (
Colombia). No repercutió con intensidad en Esmeraldas porque a la hora del evento la marea estaba baja.
Jacques Bourgois, científico francés, indicó que en las costas de Esmeraldas existe un volcán subterráneo que causó cuatro sismos en el siglo pasado y puede ser la causa de grandes terremotos.
El comando Naval de Operaciones Norte (Coopno) y el Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas han actualizado los planes de contingencia y evacuación, pero únicamente para tsunamis.
José Vivero, comandante del Cuerpo de Bomberos, explicó que Esmeraldas es más sensible a maremotos que a terremotos por estar en la región costera, y que está expuesta a sismos causados por la interacción de las placas de Nazca y Sudamericana.
La mayoría de poblaciones de los cantones costeros se encuentran al filo del mar, sufriendo los efectos de las marejadas sin prepararse para eventos de magnitud.
Esmeraldas cuenta al momento con tres hospitales Delfina Torres,
IESS y el Hospital Naval.
Existen unas ocho clínicas privadas, tres subcentros regentados por el Vicariato Apostólico y varios subcentros y dispensarios médicos del MSP.
Además, existen dos estaciones de bomberos con cinco carros contraincendios.
'Hace falta técnica de prevención'
Entrevista
Marlon Guillén ponce es arquitecto de carrera, fue director provincial del Dirección Nacional de Servicios Educativos (DINSE). Además, es técnico del departamento de Planificación del Municipio de Quinindé y en la actualidad está a cargo de la dirección de proyectos escolares del Ministerio de
Educación.
Las costrucciones riesgosas que proliferan en Esmeraldas serían las primeras en colapsar de darse un terremoto. El arquitecto Marlon Guillén habló con HOY sobre el asunto.
¿Las casas en Esmeraldas son antisísmicas?
Desde hace 30 años no se aplican los códigos de construcción sismo-resistentes. Se deben aplicar las ordenanzas y sanciones a quienes construyen casas en zonas de riesgo.
Esto implica exigir la presentación de planos de la tipo de construcción, materiales a utilizar y el sitio seleccionado para la obra.
¿Los barrios de Esmeraldas están en zonas seguras?
La ciudad está dividida en nueve zonas, pero sus barrios está ubicados en cuatro sitios vulnerables: laderas, ribera de los ríos, cerca a la playa e invasiones en terrenos con fallas geológicas como en Wínchele, en la carretera Esmeraldas - San Mateo.
¿Esmeraldas tiene rutas de evacuación y albergues ?
Apenas tiene dos vías: la de Aire Libre y el puente a Tachina que colapsarían en una emergencia. No existen albergues acondicionados solo escuelas que podrían sufrir daños en una catástrofe. (LFA)