Ni los chicos están preparados para el cambio ni los adultos saben cómo orientarlos. Ahí comienzan los problemas de la adolescencia. Y la herramienta clave es hablar para despejar dudas, con fuentes confiables y seguras, como los papás y maestros.
Y es que son los padres y profesores los primeros que deben informarse de los cambios biológicos, sociales y psicológicos que se presentan y convierten a los niños en adolescentes y jóvenes.
Pueden ser grandes asesores: los adultos deben respetar las tendencias, los pensamientos y las formas de ser del joven. Pero, no siempre es así, los mayores no quieren vigilar ni orientar, sino dar órdenes.
En eltiempo.es, el pediatra Gustavo Morales explica que la adolescencia es la etapa biológica y psicosocial que va de los 10 a los 18 años. Se caracteriza por la aparición de los caracteres sexuales secundarios, como vello púbico y axilar, crecimiento de los senos en las niñas y cambio de voz en los niños.
Este proceso está muy bien representado en las llamadas etapas de Tanner (porque el endocrinólogo que las describió fue JM Tanner), que van de una a cinco. La etapa uno es el estado de la completa niñez y la cinco, el de la adultez biológica, caracterizada en la mujer con la aparición de la menarquia o primera menstruación.
Las tablas de Tanner son quizás el indicador más utilizado por endocrinólogos y pediatras para evaluar el desarrollo biológico en la adolescencia, que "desde el punto de vista psicosocial, es la etapa de los grandes cambios en donde los procesos psicológicos y las pautas de identificación se desarrollan desde lo esperado para un niño hasta lo esperado para un adulto y en las cuales se supone lograr la autonomía y la independencia psicológica y social", explica el especialista. (LM)


PARA PADRES

Los padres deben reforzar la autonomía, la responsabilidad y la fortaleza de sus hijos, pese al distanciamiento afectivo; ya que, sobre todo en las etapas temprana y media de la pubertad (10 a 15 años), pueden presentar severos juicios sobre sí mismos y los demás, creándose una ambivalencia afectiva hacia sus padres.

Otra herramienta para manejar mejor los cambios en la adolescencia es el acercamiento (no tratar de intimar), un diálogo sano, el respeto mutuo y, sobre todo, una disciplina racional que construya unas buenas relaciones. El chequeo del pediatra es vital.

Padres y maestros deben, desde las etapas prepuberales del niño, darle la información adecuada sobre su crecimiento. Para esto, es necesario que cuenten con una orientación profesional que los ayude a capacitar al adolescente.

Es muy importante que dentro de las instituciones educativas se lleven a cabo reuniones, charlas, foros, dictados y orientados por profesionales capacitados, competentes y conocedores del tema adolescencia. (LM)


PARA LOS CHICOS

La primera recomendación es buscar información confiable, de primera mano, en especial a través de sus padres y maestros.

Despejar todas las dudas que tengan y no quedarse con vacíos o confusiones por temor a hablar de estos temas.

Entender que el proceso no es igual en todos. Compararse no es conveniente, puede generar frustraciones innecesarias.

No dejarse confundir por comentarios de los amigos e incluso por la preocupación obsesiva de los padres en lo que respecta a su estatura final. Esta está determinada por factores genéticos y es difícil establecer una talla final. Tampoco hay nada que genéticamente predetermine la baja de estatura.



ESPECIALISTAS

"En primer lugar es necesario quitarse la idea de que los adolescentes son personas incapaces de desarrollarse en la sociedad. Están en etapa de crecimiento y conocimiento, por lo que no se les puede exigir que adquieran las reglas impuestas por los adultos, inmediatamente.
Vivimos en un país sin cultura de diálogo, nuestra forma de comunicarnos es por la imposición de ideas, pero escuchar no es una prioridad.
Los padres deben hacer un esfuerzo por entender lo que quieren sus hijos; para poder entrar en una relación de comunicación armónica necesitan entender que sus hijos aprenden de todos sus espacios de socialización. Los papás son sus guías. Si se pasan ordenando qué hacer, sin practicar una comunicación retroalimentada, se genera el conflicto. No hay que olvidar que los adultos aprendieron de sus experiencias, que es la forma de interiorizar vivencias".
Mario Unda, sociólogo


"Dejarles expresar a los adolescentes cómo ven el mundo adulto, es una forma de iniciar la comunicación. Y es la vía para que los adultos conozcan el mundo adolescente.
La comunicación se inicia desde que son niños. Allí se inculcan valores, formas de comportamiento, etc. En la adolescencia empieza el proceso de elecciones: los padres deben acompañar a su hijo en lo que elija.
Sus hijos no son sus amigos y viceversa, no comparten actividades de la misma edad. Si los padres generaron confianza se da el diálogo. Pero con los amigos, la relación es distinta porque son sus confidentes.
El adolescente experimenta estados de ánimo muy variables, emociones intensas y omnipotencia del pensamiento, cree controlar todo con su cabeza por la etapa de conocimiento que vive. Los papás deben ayudarlo a entender sus límites". (JPG)
María de los Ángeles Núñez, psicóloga



La celulitis aparece por la tensión de todos los días

Se trata de una patología crónica evolutiva y de la que no se escapa ninguna mujer

Si piensa que para combatir la "piel de naranja" basta con una rutina de ejercicio, someter el cuerpo a la hambruna o recurrir a cremas... ¡Deténgase! Lo único que logrará es tener más estrés y apararecerán más cúmulos de grasa subcutáneos.
Según un estudio argentino, cuando una persona pasa por una situación límite, lo primero que hace el organismo es contraer los vasos sanguíneos de los órganos menos necesarios, como los riñones, el intestino o la piel, para enviarle más oxígeno al corazón, el cerebro, los pulmones y los músculos. Por lo tanto, si alguien tiene mucho estrés, la piel no se oxigena adecuadamente". (eltiempo.es)
La celulitis se origina por un trastorno en la microcirculación de la piel. Todas las mujeres la padecen por la herencia genética, el factor hormonal y constitución de los tejidos (conjuntivo y adiposo).
Se la puede controlar, llevando una vida más tranquila. Evite el café, el cigarrillo y bebidas alcohólicas. (LM)

DESDE EL CONSULTORIO

El abuso sexual

Se define como cualquier acto sexual realizado por una persona contra otra sin que esta última haya dado su consentimiento. En los Estados Unidos, las violaciones representan el 6% de los crímenes agresivos, debido a que no denuncian y no hay registros.
Las víctimas usualmente son reticentes a reportar al asaltante sexual por miedo, sentimientos de culpa, vergüenza, o simplemente porque desconocen sus derechos.
Las víctimas son sujetos de todas las edades, sexo y razas, en todos los grupos socioeconómicos. Generalmente, el atacante es un individuo bien conocido para la víctima.
Hay variantes en el abuso sexual: la violación dentro del matrimonio o vida de pareja y la violación durante una cita. En estos casos, las mujeres consienten a los juegos sexuales, pero no al coito, el cual es realizado forzadamente. Pocos de estos casos son denunciados debido a que ella siente que con su actitud contribuyó al acto sexual. Dejando en la víctima una huella psicológica difícil de olvidar.
En muchos países, el acto sexual con una menor de edad constituye un tipo especial de violación, porque el consentimiento dado por la joven no es suficiente.
Luego de una violación, en la que puede haberse presentado violencia física, la afectada tiene evidencias de ese abuso: golpes, lesiones vaginales, anales, etc. En casi todos estos casos, ella también sufre severos trastornos psicológicos y emocionales.
Al principio hay desconcierto severo con insomnio, miedos, angustias, irritabilidad, cambios bruscos de carácter, depresión, sentimientos de culpabilidad, etc. En este período agudo, el cuidado médico está orientado a tratar los problemas médicos específicos y a darle soporte emocional a paciente.
Luego, es vital que la víctima tenga apoyo emocional. No es raro que experimente numerosos cambios en su vida, como por ejemplo en su trabajo, la relación con sus amistades, domicilio, etc.
Ocasionalmente, la violación tiene consecuencias serias y muy difíciles de tratar: el contraer enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, la sífilis, el herpes genital, el virus del papiloma humano o el sida, por ejemplo. O el que la paciente, a consecuencia del ataque, se quede embarazada.
En el primer caso, la paciente debe ser tratada adecuadamente; y en el segundo, hay que presentarle todas las opciones disponibles de modo que ella escoja lo que más le conviene.
Si una persona sufre una violación, debe concurrir lo antes posible al médico ginecólogo de la Policía Nacional para que le realicen un examen especializado, en el que se le prevenga las enfermedades de transmisión sexual y un potencial embarazo; y, además, allí se tomarán las medidas necesarias para tratar de identificar al atacante. Existe un documento especial que llenará el médico legista, y que le servirá al juez para determinar la culpabilidad del agresor.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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