Los indígenas de Nariño cierran las vías

Ayer se cumplieron cuatro días de la protesta agraria en Colombia sin que existen visos de solución, pese a que una comisión liderada por los ministros del Interior y Agricultura llegó el pasado miércoles a Ipiales -frente a Tulcán- con el objeto de buscar un arreglo con los protestantes: tras un primer encuentro con los dirigentes de los cabildos indígenas en el aeropuerto, las autoridades colombianas decidieron suspender las mesas de diálogo hasta que las vías queden expeditas, algo que no se cumplió hasta el cierre de edición.

Un recorrido efectuado por HOY, evidenció que en el tramo Ipiales – Pasto las vías continuaban obstruidas por árboles, piedras y postes de energía y cables que fueron derribados por campesinos e indígenas. Algo similar sucedía en las vías de los departamentos fronterizos de Putumayo y Cauca.

El párroco de San Juan, Julio Vallejo indicó que más de 80 viajeros de la tercera edad, entre los que se encuentran ecuatorianos, no pudieron continuar con el recorrido, una vez que las llantas de los automotores fueron inhabilitados y cruzados los vehículos en la vía. Estas personas desde el martes anterior pernoctan en un coliseo y en la Casa Pastoral, donde reciben abrigo y alimentación. El presbítero denunció que los manifestantes no están respetando el Derecho Internacional Humanitario, ya que no permitían hasta el mediodía de ayer el ingreso al sector de dos ambulancias que pretendían atender a los ancianos que presentaban varios cuadros de dolor. Los finqueros de la región desesperados revelaron que no les permiten sacar la leche, obligándolos a botarla en los ríos y no permitiendo que la entreguen a casas de beneficencia, provocando incuantificables pérdidas. Unos 3 mil productores de lácteos del Municipio de Guachucal pierden diariamente 120 mil litros diarios.  

En Tulcán, comienzan a sentirse los estragos de la paralización. Se estima que un 85% del comercio está estancado, debido a que más del 80% de los potenciales compradores son de los municipios fronterizos colombianos. Ayer, los comerciantes de la tradicional feria de los jueves en los mercados de Tulcán, que convoca a más de siete mil compradores colombianos, sintieron la ausencia de los vecinos. María Reascos, comerciante mayorista, comentó que normalmente vende hasta $5 000 diarios y, tras la medida, las ventas no superan los $100. El transporte de carga internacional se redujo a cero, frente a las advertencias efectuadas por los camioneros del vecino país, en tanto que el comercio binacional registra contados trámites en las oficinas aduaneras del puente internacional de Rumichaca. Los efectos no son ajenos para los cambistas de moneda y taxistas que se quejan sobre la limitada actividad comercial, que es el sustento diario de estos gremios que alberga a más de setecientas personas.

Los camioneros colombianos mantienen guardadas las unidades en los garajes de Ipiales y Pasto. (RVC)

 

EXPLORED
Oswaldo Coba en

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