Quito. 10 oct 2001. Las empresas petroleras no tienen secretos en Lago
Agrio, más cuando la producción de una depende de lo que haga la otra.

El 3 de octubre pasado, todos se enteraron de que el día anterior se
"cayó" el pozo 82 en el campo Shushufindi, que aporta la tercera parte
del crudo que extrae Petroproducción.

De un plumazo se dejaron de producir alrededor de 3 800 barriles diarios
de petróleo. Su arreglo dependerá de la agilidad para que se envíe una
torre de "reacondicionamiento de pozos", que desde principios de año
tienen alta demanda, así como un 60 por ciento más de costos.

Aunque la petrolera estatal tiene más recursos para invertir, todavía no
se ven resultados, ya que no ha podido parar la caída de la producción.
Entre enero y agosto de este año bajó su producción en 2,2 por ciento
respecto al 2000. Solo en el campo Shushufindi, que produce un petróleo
de alta calidad, la reducción fue del 10 por ciento.

Los ingenieros de la petrolera Repsol-YPF siguen de cerca el desempeño de
Petroproducción, pues de ello depende su volumen de transporte por el
Oleoducto Transecuatoriano (Sote).

Repsol-YPF extrae alrededor de 32 000 barriles de petróleo pesado (16
grados API), que deben mezclar con el crudo liviano de Shushufindi (28
grados API) para evacuarlo por el Sote.

En el bloque 16, al noreste de la Amazonia, los técnicos de la petrolera
privada se ponen a sufrir cuando Petroproducción les dice que no
recibirán suficiente crudo liviano. "Hemos tenido que parar las bombas en
algunos pozos, con el riesgo de que haya problemas al encenderlas
nuevamente", dijo un técnico. "Si una bomba no se prende hay que
contratar una torre para llevarla al pozo. Luego se introduce un equipo
para recuperar la bomba, se revisa el daño y se vuelve a introducir. Eso
cuesta unos 10 000 dólares".

De ahí el interés de las petroleras privadas en construir otro oleoducto
para evacuar su petróleo, ya que su potencial de producción está
represado.

En el campo Ginta, al sur del bloque 16, se observa una fila de seis
pozos perforados, donde un par de ellos espera al nuevo oleoducto para
empezar a producir.

Ahora, la menor producción de crudo estatal también preocupa a los
técnicos de la estación de bombeo del Sote en Lago Agrio, pues no se
aprovecha la capacidad instalada. El Oleoducto puede transportar 395 000
barriles diarios, pero en agosto y septiembre pasados fluctuó alrededor
de 370 000, por la falta de crudo de Petroproducción.

Lo anterior también mantuvo subutilizado el Oleoducto Trasandino (OTA) de
Colombia, que alimenta de crudo liviano a la Refinería La Libertad.

La menor producción de petróleo liviano obliga a priorizar el
abastecimiento a esta Refinería, lo cual tiene dos efectos: no se entrega
el petróleo a las compañías privadas y se disminuye el volumen de
exportación.

La versión oficial sobre la caída de la producción es que la empresa
estatal tiene problemas electromecánicos debido a la antigüedad de los
equipos. También se presentó el paro de los pueblos amazónicos y la
rotura del Sote, que significaron un millón de barriles menos, dijo
Rosendo Santos, vicepresidente de Petroproducción.

A lo anterior se sumaron los vacíos legales que ocasionó la Trole II en
Petroecuador, que limitó la compra de repuestos y la contratación de
equipos para recuperar la producción de crudo. No hay que olvidar que
Petroproducción debe extraer 300 000 barriles diarios de crudo para fines
de año y al momento lleva 260 000.

Para elevar la producción se autorizó la perforación de seis pozos
horizontales este año. Este trabajo requiere de alta tecnología y de
técnicos especializados.

Pero Petroproducción pagó el costo del aprendizaje.

En el pozo Shushufindi 96 se "pegó" la tubería en el subsuelo y se corre
el riesgo de perder la inversión. Se habla de una cifra de seis ceros.

El jueves pasado, Santos ordenó el traslado de la torre de perforación a
otro lugar para realizar trabajos de recuperación de la tubería. "Las
pérdidas se traspasarán a la contratista Nabor".

En el campo Sacha, donde también se perforó un pozo horizontal, se logró
una producción de 3 000 barriles diarios, dijo.

El precio del crudo está en 16,05 dólares

La ofensiva militar sobre Afganistán provocó poco nerviosismo en el
mercado petrolero. El lunes pasado, los contratos para noviembre del West
Texas Intermediate (WTI), que sirve de referencia para Ecuador,
registraron una subida de 0,01 dólares y se situaron en 22,45 dólares por
barril, después de caer hasta los 21,95.

A ese valor hay que restar 6,40 dólares para obtener la cotización del
crudo ecuatoriano, que al momento se vende en 16,05.

Los expertos habían pronosticado una clara tendencia al alza en los
precios del crudo al día siguiente de comenzar los bombardeos de fuerzas
estadounidenses y británicas contra objetivos en Afganistán. Sin embargo,
la sesión en el mercado neoyorquino comenzó con una pequeña baja, aunque
se modificó poco después de que las autoridades de EE.UU. informasen que
se había reanudado la ofensiva.

Los analistas resaltaron la inquietud de los mercados por los efectos que
pueda tener la ofensiva en los suministros de crudo desde Oriente Medio,
sobre todo si en la crisis resultan implicados otros países y no solo
Afganistán, donde no se produce petróleo.

No obstante, los operadores están también muy atentos a las
perspectivas sobre la oferta y la demanda, por el desajuste que se
puede producir en esas variables en caso de que se produzca una
recesión en EE.UU., que es el mayor consumidor de petróleo del mundo.
EFE (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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