Quito. 4 oct 2001. Las telecomunicaciones se abren a nuevos actores. Las
telefónicas se alistan para competir.

Hace tres años, Ecuador perdió su oportunidad de privatizar Pacifictel y
Andinatel. La euforia de las telecomunicaciones de la última mitad de los
90 está pasando a ser una depresión; la inestabilidad política y
financiera del país no ayuda a atraer a los pocos inversionistas que
todavía apuestan a Latinoamérica. Tras dos intentos fallidos de
privatización y la escisión de Emetel en dos, la infraestructura de
telecomunicaciones en el Ecuador no ha avanzado mucho en estos tiempos de
internet y la expansión de las comunicaciones.

El modelo de privatizaciones en América Latina es Chile, cuya telefónica
fue privatizada en 1987. En este país la entidad reguladora establece los
precios de las llamadas locales cada cinco años, lo cual obliga a las
empresas a ser más eficientes; para escoger una empresa para hacer una
llamada internacional solo hay que marcar un prefijo.

Argentina, en cambio, privatizó sus telefónicas en grandes paquetes con
la intención de atraer más inversionistas. La desventaja es que hoy las
empresas establecidas usan su control casi monopólico del mercado para
mantener precios mucho más altos que otros países. El gobierno argentino
también concedió a las telefónicas privadas Telecom y Telefónica el
derecho de operar en conjunto el servicio de llamadas internacionales y
licencias para telefonía móvil. Si bien estas concesiones fortalecen la
privatización, no favorecen al consumidor, pues las telefónicas ya
establecidas acaparan el servicio que podría estar mejor en manos de
otras empresas.

Algo similar ocurre en México y Perú, donde una sola empresa -Telmex y
Telefónica de España, respectivamente- controla la telefonía fija y
amenaza con conquistar el mercado de celulares e internet. En Ecuador, el
factor que posiblemente conspiró contra la venta de las telefónicas es el
pequeño tamaño de la telefonía fija: al igual que Perú y Bolivia, el país
tiene cerca de 10 teléfonos por cada 100 habitantes. El promedio de la
región alcanza los 16.

Apertura

Poniéndose al día. Pacifictel reducirá su número de empleados, y
Andinatel se conectará al Cable Panamericano.

La liberalización del mercado de las telecomunicaciones pronto traerá una
fuerte competencia a las telefónicas estatales. El marco regulatorio para
desmonopolizar el servicio quedó establecido en la Ley Trole I y,
recientemente, se aprobó el reglamento, según explica José Pileggi,
presidente del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel),
organismo que fija políticas y regulaciones del sector.

Al recibir nuevos jugadores, el usuario tendría la opción de tener en su
casa, oficina o en su propia mano, un teléfono o servicio de transmisión
de datos proporcionado por cualquier proveedor internacional, el cual
tendrá que interconectarse con las redes de las empresas estatales.

Los primeros pasos ya se dieron: en abril pasado, el Conatel decidió
adelantar la fecha de vencimiento de los contratos de exclusividad
suscritos con Andinatel y Pacifictel. El día límite es el 31 de enero de
este año. A continuación está prevista la búsqueda de un socio
estratégico para Pacifictel y Andinatel. De esta manera, las operadoras
estatales tendrán un aliado que las prepare para competir. Justo ahora la
firma consultora Mckinsey está analizando la situación de ambas empresas
con la intención de hallar el administrador ideal.

Mientras todo esto ocurre, Pacifictel y Andinatel no escatiman esfuerzos
y trabajan por su cuenta. Andrés Pérez, presidente ejecutivo de
Andinatel, afirma que en los dos últimos años la compañía ha efectuado
inversiones en activos y tecnología por 100 millones de dólares. Este año
prevé destinar 100 millones más a este rubro.

Andinatel tiene 650 mil líneas digitalizadas, con las que atiende a 11
provincias de la Sierra y Esmeraldas. Al primer trimestre del año próximo
esperan llegar a las 900 mil líneas. Esta empresa ocupa el primer puesto
en el ranking de la Superintendencia de Compañías. En 1998 reportó dos
millones de dólares de utilidades; en 1999, siete millones y en el 2000,
quintuplicó esa cifra: 35 millones. Anualmente, factura 200 millones de
dólares.

Recientemente, Andinatel abrió en Guayaquil la primera oficina de su
proveedora de internet: Andinanet, negocio que tiene a la fecha 17 mil
clientes. Otro nuevo producto es el portal www.zona-andina.com, con
información de actualidad, noticias, entretenimiento y correo
electrónico. También han incursionado en la transmisión de datos con
Andinadatos. (Texto tomado de la Revista Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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