Quito (Ecuador). 10 ene 96. Encuestas recientemente realizadas
en Quito y Guayaquil indican que la maquinaria de la mayoría
de las pequeñas y medianas industrias tienen entre 17 y 12
años de antigüedad. Además tampoco se advierte un avance
significativo en mejora de procesos ni en mejora de productos.
Es decir, no hay reconversión industrial.

Lo evidente es que esta situación no cambiará si se mantiene
rígido el modelo económico.

Hay algunos factores que inciden con mayor fuerza en esta
paralización, así por ejemplo, las altas tasas de interés; la
modalidad de intereses periódicamente reajustables, lo cual
ocasiona una angustiosa incertidumbre financiera en cualquier
sector de la producción; y, la creciente contracción de la
demanda provocada por la política macroeconómica del gobierno.

El problema de las tasas de interés.

Hay un clamor general en el sentido de que es imposible que
una empresa pueda subsistir con las actuales tasas de interés.
Lo hemos denunciado nosotros reiteradamente, hemos insistido
en la necesidad de que se encuentre un camino para lograr que
tengan coherencia con la tasa de inflación pero nada se ha
logrado.

Las medidas anunciadas el 27 de diciembre por el Presidente de
la República no constituye una respuesta positiva nuestros
requerimientos y no reactivarán a la pequeña industria.

El presidente señala que se ha negociado con el BID la
activación de un desembolso de 50 millones de dólares para la
línea denominada Crédito Multisectorial. Esto ya estaba
previsto. No s nada nuevo. Pero además poco beneficia a la
pequeña industria. En la práctica es una línea no utilizada
por este subsector y, si se mantiene el sistema actual de
tasas de interés ni siquiera se podrá pensar en ella.

Por otra parte, el billón de sucres con el que se pretende
reactivar al sector productivo lo que hace es darle liquidez
al sistema financiero y permitirle reprogramar deudas que no
están pagadas.

Esto tampoco beneficia a la pequeña industria puesto que
últimamente este sector no se ha endeudado para la adquisición
de activos fijos ya que las altas tasas de interés y la
contracción de la demanda generada por las medidas
macroecónomicas del gobierno no le permiten afrontar este tipo
de deudas.

La clave del problema está en las altas tasas de interés que
si no se controlan y regulan desde la Junta Monetaria no
bajarán.

El problema de la incorporación al sector externo.

Con contadas excepciones la pequeña industria no se ha
incorporado al sector externo.

No existe oferta exportable significativa; la mayoría de las
pequeñas empresas no tienen que exportar ni producen para
exportar; no se ha logrado inversión extranjera; no se ha
obtenido joint-ventures; no se ha logrado convenios de
subcontratación.

Un grave cuello de botella que se advierte en las pequeñas y
medianas industrias es la insuficiente preparación gerencial
de nuestros empresarios en lo concerniente a exportación. Esto
no ha sido superado en 1995.

Regularmente, en las pequeñas y medianas empresas se encuentra
muy poca experiencia operativa en importaciones directas y
casi ninguna en exportaciones directas. Aquello provoca en el
pequeño y mediano empresario una obvia actitud de
desconfianza, por desconocimiento de la actividad exportadora.

A lo dicho se añade un segundo factor negativo, consistente en
un manejo comercial empírico de la empresa. La gestión de la
empresa básicamente es fundada en la experiencia y con
frecuencia sustentada en paradigmas operativos que, de alguna
manera, le han dado al pequeño empresario resultados
aceptables.

Otro factor limitante tiene que ven con la función
negociadora. Ella normalmente está concentrada en el dueño de
la empresa y, por lo regular, existe en el mismo un bajo
crecimiento de las reglas del juego para la exportación.

Igualmente un aspecto negativo que se ha mantenido en 1995 se
halla en la inadecuada estructura jurídica de las pequeñas y
medianas empresas, con una concentración jerárquico-funcional
en los dueños o parientes cercanos, loa cual no facilita una
organización apropiada para una proyección exportadora.

Finalmente un factor adverso no superado en este año se
manifiesta en la poca voluntad asociativa. No es fácil por
esto integrar alianzas empresarias y presentar una oferta
exportable consolidada.

Inexistencia de datos estadísticos completos y veraces.

Por lo general en el Ecuador se entiende por pequeña industria
a los establecimientos de producción manufacturera que tienen
entre 10 y 49 ocupados permanentes.

Mediana industria se considera a la que tiene entre 50 y 199
ocupados permanentes.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, las
pequeñas y medianas industrias, es decir aquellas empresas
manufactureras que tienen entre 10 y 199 ocupados, constituyen
el 93% de los establecimientos industriales del país,
contribuyen con el 40% de la producción manufacturera nacional
y emplean el 54% del personal ocupado.

Sin embargo a las empresas manufactureras con menos de 10
ocupados parece que, como se les considera microempresas, el
Instituto Nacional de Estadística y Censos, INEC, no las tiene
en cuenta para sus estudios. Por este motivo, aunque se estima
que su magnitud es grande, no es posible conocer datos sobre
las mismas.

Por otra parte, el número que da el INEC sobre pequeñas y
medianas industrias existentes en el país, no coincide con el
que dan los registros de las cámaras provinciales de la
Pequeña Industria y su diferencia es de miles de empresas.

La información existente de la pequeña y mediana industria es
enormemente deficiente. Así lo ha sido antes, así ha sido en
el 95 y así continuará siendo si no se toman medidas
definitivas para cambiar la situación.

Negativos efectos del modelo económico en 1955.

Analistas económicas observan que en los últimos tres años
solo existió una parente estabilidad porque siempre hubo un
marcado desequilibrio entre el mercado de bienes y servicios y
el mercado de activos (dinero).

Según tales opiniones, la guerra, la crisis energética, el
caso Dahik, agravaron la situación; pero sobre todo hicieron
que lo que estaba oculto comience a hacerse visible.

El primer síntoma alarmante de desestabilización se manifestó
en Machala con los juicios de embargo a empresas que no habían
podido cancelar los créditos bancarios.

Más un dirigente gremial advirtió que eso se extendería al
resto del país. Lo dicho está haciéndose realidad.

Varias empresas agroindustriales, especialmente de la
provincia del Guayas han paralizado sus actividades.

Sectores como el de la construcción, la pequeña industria, la
automotriz, se encuentran en grave situación.

El proceso de pauperización se manifiesta especialmente en la
liquidación de empresas industriales y agroindustriales y en
el creciente desempleo registrado en los últimos meses.

Según informes económicos, la rentabilidad que produce la
industria ecuatoriana, inclusive en situaciones de máxima
eficiencia, es mínima, si no hay pérdidas. En otras palabras
la eficiencia marginal de capital destinado a la industria es
muy baja en relación a la rentabilidad del sistema
financiero".

Lo grave es que si continua esta situación y el desequilibrio
se incrementa, puede producirse un cierre masivo de empresas.

Pasos que no se dieron el 95 y que deben darse en el 96

Es imperioso que el Estado se proponga como objetivo alcanzar
a corto plazo el equilibrio en la rentabilidad para la
inversión productiva y la financiera, de manera que
cualesquiera de las dos actividades tengan similares opciones
de canalización de los recursos.

Según la opinión de destacados economistas, en los actuales
momentos "deben establecerse líneas de crédito a tasas
razonables y estos recursos tienen que canalizarse a las
pequeñas y medianas empresas que ejercen un rol dinámico en
cuanto a fuerzas de trabajo".

Igualmente se considera que el mejor modelo económico para el
Ecuador es aquel que pondera el control de precios y la
libertad de mercado y no le da prioridad a uno en especial.

La experiencia vivida nos demuestra que es necesario
flexibilizar el principio de "neutralidad y tributaria" y
admitir la necesidad de conceder a la pequeña y medianas
empresas estímulos tributarios eficaces, como los siguientes:

Estímulo tributario a la investigación para la producción,
consistente en el derecho de las pequeñas y medianas
industrias a deducir anualmente del monto líquido de impuesto
a la renta del ciento por ciento de los pagos hechos por las
mismas a las universidades y escuelas politécnicas por
investigaciones y actividades académicas orientadas a mejorar
la productividad y la competitividad de las empresas.

Estímulo tributario al empleo de jóvenes entre 18 y 24 años,
consistente en el otorgamiento de certificado de abono
tributario por el ciento por ciento de salarios pagados
durante un año a jóvenes trabajadores que ingresen a
incrementar el personal de planta.

Estímulo tributario a la innovación tecnológica, consistente
en el derecho de las pequeñas y medianas industrias a recibir
anualmente un certificado de abono tributario por el ciento
por ciento de gastos hechos para introducir innovaciones
tecnológicas en sus empresas.

Capeando el clima electoral

Sin embargo, los inversionistas buscan para su dinero el mejor
de los climas, y el último año no ha sido precisamente el
mejor escenario además ¿cómo mantener cierta estabilidad
cuando se avecina un año electoral?

Ciertamente, los años electorales son años difíciles. Sin
embargo, si es que las autoridades económicas administran
adecuadamente el presupuesto del Estado y continuan con la
política de férrea disciplina fiscal y adecuado manejo del
gasto público que hemos venido manteniendo durante estos tres
años y pico de vigencia de nuestro programa económico; a
agosto de 1996 entregaremos una economía saneada y un país
trabajando y en paz, con lo cual se verá completado el
programa. Este es el objetivo del Gobierno nacional.

En este sentido, también es muy importante e interesante la
participación de los candidatos presidenciales.

Habrá propuestas del Gobierno para buscar acercamientos con
los candidatos?

Sí, el frente económico propiciará reuniones con los equipos
económicos de los candidatos más opcionados para explicarles
la situación del país y buscar continuidad en ciertas
políticas.

No todo fue malo...

En este año tan difícil, los resultados del comercio exterior
del país son sorprendentemente buenos ¿cuál es la lógica de
este crecimiento?

Creo fundamentalmente que el comportamiento del sector externo
refleja las enormes potencialidades del país. Y es que
fundamentalmente el extraordinario crecimiento de las
exportaciones se fundamenta en la oferta de los productos no
tradicionales.

En este punto, es necesario revisar las estadísticas oficiales
proporcionadas por el MICIP en base a los datos manejados por
el Banco Central.

En general, las exportaciones del país crecieron en el último
año, con relación a las de 1994, en un 17.3 %. De todas
maneras, es un crecimiento menor al obtenido en 1994, en
relación a 1993, que fue de 21.4%. Pero debido al escenario
general del país en este último tiempo, el resultado es
bastante bueno.

Mientras los productos petroleros solo mejoraron su ingreso en
5.4 % y los agrícolas tradicionales en 3.5%, los ingresos por
productos agrícolas no tradicionales mejoraron en 23.6% y los
industriales no tradicionales, se comportaron aún mejor en
1995 con un incremento impresionante del 63.4% en relación a
los montos exportados en 1994. (Economía) (Diario HOY)
EXPLORED
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