Quito. 24.04.95. Conforme desaparecen de las primeras páginas los
titulares sobre el conflicto con el Perú, y se acerca 1996, se
intensifican las acciones políticas con miras a las elecciones
generales de ese año. Pero el panorama está aún lejos de
despejarse. Quizás está más confuso que nunca. Para muchos la
guerra "pateó el tablero" político, para otros no. En todo caso
por el momento tampoco es cuantificable en qué medida lo afectó.

Jaime Nebot sigue siendo el candidato más opcionado según las
encuestas, pero ha bajado algunos puntos. A estas alturas ya no
tiene el riesgo de que se le cruce el ex presidente Febres
Cordero, por razones de salud, pero en cambio se le crece Heinz
Moeller, cuyo papel en el conflicto fue bien visto por la
ciudadanía, a tal punto que personas cercanas al presidente del
Congreso creen que para él la cosa es ahora o nunca. ¿Volverá a
tener Heinz Moeller alguna vez la popularidad que tiene ahora?

Es posible que Nebot haya entrado en un proceso de deterioro que
muchos analistas lo veían venir desde hace tiempo, en razón del
"timing" anticipado que llevaba su candidatura de muchos años. Su
discurso ya es conocido y cada vez despiertan menos interés sus
propuestas que mucha gente las conoce de memoria.

¿Hasta dónde bajará Nebot? Seguramente la viada que lleva le
alcanzará para pasar a la segunda vuelta. Otro factor peligroso
para él es el hecho de que se ha desvanecido la aureola de
imbatible que tenía hace algunos meses. Por el contrario la gente
incluso exagera en sus comentarios y le atribuye un mayor
deterioro del que reflejan las encuestas.

LOS "EISENHOWER" DE LA GUERRA

Si la guerra "pateó" efectivamente el tablero las opciones obvias
son las de los generales Gallardo o Moncayo, líderes
indiscutibles de la victoria del Cenepa. Allí podría surgir un
candidato a lo Eisenhower. De hecho el general Gallardo ya
admitió la posibilidad de participar, lo que muchos consideraron
un error, por lo inoportuno del anuncio, cuando aún las secuelas
del conflicto estaban demasiado frescas. Es probable que Gallardo
haya cometido otro error al no haber deslindado con entera
precisión la responsabilidad de las Fuerzas Armadas durante el
conflicto, con la responsabilidad de la Cancillería a partir del
cese al fuego. Seguramente por lealtad al Gobierno -lo cual es
una virtud- el ministro de Defensa no separó a tiempo el triunfo
militar de lo que podría ser un fracaso diplomático que podría
constituirse en un "boomerang" contra todos los actores del
conflicto. Recién hace pocos días, presionado por la prensa el
ministro dijo que la devolución de Tiwintza a manos ecuatorianas
es un asunto que compete a la Cancillería. Pero en realidad todo
el manejo desde Itamaraty hasta la fecha ha sido de decisión
política sin ingerencia militar.

El Gobierno aspira a que Gallardo sea su candidato. La fórmula
podría ser con Ricardo Noboa, cuyo lanzamiento no descarta
negociaciones.

Pero Gallardo tiene también la opción de abrir el espectro más, y
en lugar de "arrinconarse" en el Gobierno intentar ser la
alternativa frente a Nebot. Se habla de binomios como
Gallardo-Diego Cordovez, Gallardo-César Verduga y
Gallardo-Moeller.

PAZ SIGUE A LA ESPERA

Otra opción es Rodrigo Paz, quien mantiene cautela porque
seguramente aspira a ser un candidato aglutinante de todas las
fuerzas y no solamente de la Democracia Popular. Además él ha
dicho varias veces que su candidatura puede ser o no ser. Lo
importante es buscar el hombre que lleve adelante la bandera de
la tendencia de centro izquierda. Ha postergado hasta junio su
decisión que en mucho estará ligada a la posición que adopte la
ID cuyo apoyo le es muy importante, porque según la última
encuesta de Informe Confidencial la ID tiene alrededor del 20% en
Pichincha, apoyo que podría extrapolarse de alguna manera a toda
la Sierra y que no resulta nada despreciable. En la ID al parecer
se barajan varias alternativas: candidato propio, apoyo a Paz, a
Vargas o a cualquiera de los "Eisenhower" que pudo haber surgido
de la guerra.

LOS PASOS EN FALSO DE VARGAS

Para enfrentar a Nebot hay varias alternativas. La primera que
apareció fue la de Frank Vargas, quien aparentemente intenta
reparar el error que probablemente le significó esa alianza
prematura con el MPD, que le "arrinconó" en el extremo. Sus
esfuerzos se dirigen ahora a buscar apoyo en el centro izquierda.
Pero talvez dio otro paso en falso al fusionar a su partido con
el Socialismo, que tiene una larga historia de enfrentamientos
con la Izquierda Democrática especialmente. Y además esa fusión
se da con la cabeza del Socialismo, Víctor Granda, que no es
precisamente una figura popular, y en cambio salen del Socialismo
prominentes miembros como Diego Delgado. Probablemente Vargas
perdió más de lo que ganó con esta segunda jugada. Por otro lado
Jaime Hurtado del MPD ya vislumbra la posibilidad de abandonar a
Vargas e ir con candidato propio si el general no adopta una
postura de izquierda revolucionaria. Vargas podría quedarse
finalmente solo, lo cual tampoco sería irremediable pues su apoyo
es a él, a su figura carismática, y no a propuesta ideológica
alguna, y menos a los partidos que hasta el momento le acompañan.

NOBOA: DESDE MUY ABAJO

Ricardo Noboa se lanzó. Parte de muy abajo pero aspira a crecer.
El lo explica al decir que al no haber sido candidato es obvio
que debía tener pocos puntos en las encuestas. El futuro dirá si
cala o no su discurso que se basa fundamentalmente en el rescate
del derecho de los independientes, y de virtudes como la
seriedad, la honestidad, etcétera.

Jacinto Velásquez sigue como precandidato independiente. Parece
un globo de ensayo que en algún momento podría tornarse en carta
de negociación vicepresidencial.

Como vicepresidenciables suenan también Fabián Alarcón y Federico
Pérez, aunque este al parecer prefiere lanzarse a la alcaldía de
Quito, una vez que su defensa a ultranza de la provincia le ha
dado cierta fama de regionalista.

MOELLER: ¿AHORA O NUNCA?

Moeller es otra carta que trabaja el Gobierno. Aquello del "ahora
o nunca" debe dar las vueltas dentro de la cabeza del presidente
del Congreso y el Gobierno lo sabe. Si Gallardo se abre a otros
sectores, el Gobierno podría tentar a Moeller para intentar
repetir el fenómeno de Durán Ballén de 1992. Ya se habla de un
Moeller-Mario Ribadeneira, quien sin embargo también es
mencionado como compañero de Nebot.

Abdalá Bucaram se lanzará en mayo, pero indudablemente su fuerza
ha ido disminuyendo, aunque como siempre ha ocurrido, tendrá más
votos que los que le asignan las encuestas, por aquello del "voto
vergonzante". (3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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