Autoridades gubernamentales sesionaron en Ipiales, cerca de Carchi
El ministro del Interior de Colombia, Fernando Carrillo, continuaba ayer en la tarde reunido en la fronteriza de Ipiales -frente a Tulcán- con organizaciones indígenas, campesinas y gremios nariñenses. Llegó con el propósito de buscar una solución al paro nacional agrícola que cumple este martes el noveno día.
El gobernador de Nariño, Raúl Delgado pidió respetar y proteger la protesta pacífica, pero cuestionó el bloqueo de vías que se mantiene en los sectores Las Cruces, Catambuco y El Boquerón, obstruyendo la movilidad entre Ipiales y Pasto.
Los productores de leche, papa y panela de Nariño, dialogaron en un paso entre esas dos ciudades rechazando los efectos del TLC que tiene sumidos en la quiebra a estos sectores, según dijeron.
Se estima que la producción láctea en ese departamento supera los 800 mil litros diarios, y por ahora no puede salir de las fincas y haciendas. Por ello, es arrojada en ríos y quebradas.
La escasez de productos comienza a sentirse desde el fin de semana en más de 20 municipios fronterizos colombianos de la exprovincia de Obando que dependen del comercio de Tulcán.
El sector comercial de la capital carchense (Tulcán) siente los estragos de la movilización debido a que un 85% de los compradores son colombianos. Las ventas se redujeron en un 95% en Tulcán, dijo Olga Reascos, dirigente de los mayoristas del norte de la ciudad. Ellos comercializan en grandes cantidades arroz, azúcar, aceites, fréjol, huevos, harina, atún, sardinas, refrescos, entre otros, que tienen como destino final las poblaciones del suroccidente colombiano.
Algo parecido sucede en las cadenas de almacenes agrícolas que proveen insumos agropecuarios ecuatorianos a las poblaciones fronterizas colombianas. Allí bajaron las ventas en un 80%, evidenciándose que estos productos son atractivos en el país por sus bajos costos.
El comercio internacional está en cero, no registrándose exportaciones ni importaciones por el puente internacional de Rumichaca. Jairo Ramos, gerente de la transnacional Sánchez Polo, que moviliza mercancías por la región Andina, explicó que el parque automotor está parado en Ipiales y Tulcán, provocando pérdidas por aproximadamente $400 mil. Según él, diariamente, pierde la empresa entre $30 y $35 mil. Añadió que un tracto camión pesado tiene un lucro cesante, o pérdida, de $400 diarios.
En el Carchi hay una flota vehicular de 800 camiones que dependen del comercio bilateral.
Guillermo Pozo, presidente de la Asociación de Transporte Pesado del Carchi, dijo que el paso de estos vehículos significa pérdidas diarias que superan los $2 millones por día, por la huelga en la región fronteriza .
Según Ramos, las cargas en el lado colombiano están represadas y no pueden ingresar hacia el Ecuador. (RC)