El pasado martes, en Tunja (Colombia) se instaló una mesa regional en la que participan dirigentes de Nariño, Cundinamarca y Boyacá. Ellos buscan una salida al paro agrario colombiano que hoy cumple el undécimo día. La cita inició con la presencia del presidente Juan Manuel Santos y continuaba, hasta el cierre de edición, con la presencia de ministros y sectores campesinos, indígenas y productores de leche, papa y cereales.
Los productores piden mejores precios y acusan a la firma del Tratado de Libre Comercio de mantener en crisis a los sectores agrícolas y productivos de Nariño. Un litro de leche se vende en máximo ¢15, ocasionando pérdidas al sector. Esta realidad reveló la presencia de contrabando del lácteo hacia el Ecuador por más de 36 pasos fronterizos no reconocidos, donde se alcanza un precio de entre ¢36 y ¢38.
Algo parecido sucede con las papas. Su precio no supera los $7 el quintal, como señala Verónica Rodríguez, comerciante ecuatoriana q ue vende el producto en la frontera. Ella dice que el producto no solo ingresa de forma irregular desde Colombia sino también desde Perú.
Los productores colombianos de leche y papas aseguran que la situación se ha acentuado por el ingreso indiscriminado de leche en polvo y papa extranjera. Eso desmotiva a que los productores de ese país sigan en la actividad.
Danilo Chingay tiene una tienda en la frontera. Las ventas han bajado en un 70%. Los productos perecibles están por dañarse y la inversión de $20 mil que realizó está a punto de perderse.
Los problemas se agravan en Ipiales por el desabastecimiento de víveres, productos de consumo masivo y combustibles.
Ayer, las dificultades para conseguir combustible en la frontera se profundizaron.
Miguel Rojas, periodista de Caracol, dijo a este Diario que no hay gas doméstico colombiano en 20 municipios. La gasolina y diésel comienzan a escasear.
Darío Vela, alcalde de Ipiales, anunció que en dos días se acabará la gasolina que distribuyen 12 surtidores existentes. Diez de ya cerrados.
La alcaldía dispuso la venta de $10 máximo por cada automotor mientras dure la emergencia. No se descarta un plan B, que sería la importación de gasolina ecuatoriana, como sucedió en mayo pasado cuando hubo la protesta de los camioneros.
El comercio en la ciudad fronteriza permanece cerrado en un 90%, frente a las amenazas de los campesinos que están armados para evitar la apertura de más de 1 000 locales comerciales que hay en la zona.
Las exportaciones e importaciones por el puente de Rumichaca afecta a 800 propietarios de tractores y camiones carchenses.
Ellos esperan el desenlace del paro agrario. Se estima que diariamente se registran pérdidas por $2 millones en el lado ecuatoriano, según Guillermo Pozo, presidente de la Asociación de Transporte Pesado del Carchi.
Otro problema que se observa son las dificultades que tienen los turistas para cruzar el puente fronterizo de Rumichaca.
Se estima que 500 turistas están atrapados en la vía Ipiales-Pasto sobre el kilómetro 82. Ahí, los campesinos mantienen obstruida la calzada, especialmente en los sectores Los Chilcos, Las Cruces, San Juan y El Boquerón.
La única alternativa para llegar a Ecuador es por vía aérea entre Pasto-Ipiales o Pasto-Quito. El pasaje varia entre $75 y $105.
El ministro ecuatoriano de la Producción, Richard Espisona, dijo que aún no se conoce una cifra oficial de las pérdidas que ha ocasionado el paro agrario.
El Ministerio de Comercio Exterior realiza los estudios que determinen las consecuencias comerciales, que no tienen una solución a la vista. (RC-JMM)