BOGOTÃ.
El Gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos reforzará la polÃtica de combate frontal a las guerrillas ante los cruentos ataques que esta semana dejaron 14 policÃas y tres militares muertos, estimaron analistas, que consideran lejana la posibilidad de un diálogo.
El presidente y los altos mandos militares se trasladaron hoy al departamento de Caquetá, en el sur, donde fueron muertos los 14 policÃas, para realizar un consejo de seguridad y evaluar la estrategia de seguridad en la zona.
"Viajamos a Caquetá para, de primera mano, estudiar la situación y tomar las medidas necesarias", dijo Santos.
Ese ataque, el peor desde que asumió la presidencia el pasado 7 de agosto, ocurrió en un campo minado en una zona rural del departamento de Caquetá, en el sur, donde son fuertes las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"En la lógica de las
FARC, con estos ataques se intenta respaldar la propuesta de paz que hizo su comandante Alfonso Cano" una semana antes de la asunción de Santos, "pero el efecto que puede producir es el contrario", opinó el politólogo Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia,
"La respuesta del Gobierno será insistir en que su voluntad de enfrentar a la guerrilla no se va a doblegar con este tipo de acciones. El gobierno y la sociedad esperan que para que haya un diálogo cesen los actos de violencia y haya más bien actos de paz, como la liberación de los secuestrados", aseguró.
"Estos últimos ataques están demostrando que la guerrilla no ha cambiado su concepción de la lógica de la guerra y la paz, y con eso sólo va a conseguir que se le cierre la puerta", opinó Rangel.
Santos, un polÃtico de derecha que fue ministro de la Defensa del ex presidente Alvaro Uribe entre 2006 y 2009, ganó la presidencia de
Colombia con la promesa de mantener la polÃtica de "seguridad democrática", que privilegia el enfrentamiento militar ante las guerrillas y que le valió una altÃsima popularidad a su antecesor.
Durante la gestión de Santos en el ministerio de Defensa, las FARC sufrieron los más duros golpes de los últimos años, entre ellos la muerte del que era su número dos, Raúl Reyes, en un bombardeo a un campamento en Ecuador, y el rescate de la polÃtica Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once militares y policÃas rehenes de la guerrilla con la Operación Jaque.
Sin embargo, desde que asumió como presidente, Santos ha reiterado que la vÃa del diálogo "no está cerrada" siempre que la guerrilla libere a los secuestrados que mantiene cautivos, algunos desde hace más de diez años, y cese el reclutamiento de menores de edad, entre otros gestos.
"La posición de Santos es continuar el hostigamiento militar a la guerrilla. Esa es una polÃtica clara. A la vez, quiere dejar la puerta abierta a un diálogo, pero con condiciones. Eso tomará tiempo y él lo sabe", señaló León Valencia, de la ONG Nuevo Arcoiris, que estudia el conflicto colombiano.
"Mientras tanto sigue la confrontación, y las FARC buscarán golpear a las fuerza militares, para demostrar que están vivas y que son una amenaza", opinó Valencia.
Según este analista, un diálogo entre el Gobierno y la guerrilla es impensable en estos momentos por el rechazo que produce en la sociedad.
"TendrÃa que crearse primero un ambiente en la opinión pública, y enviar el mensaje de que eventuales negociaciones no serÃan como las del Caguán", dijo.
La última negociación del Estado colombiano y la guerrilla ocurrió entre 2000 y 2002 en la zona de San Vicente del Caguán (sur), que el ex presidente conservador Andrés Pastrana aceptó despejar militarmente para un diálogo con las FARC que no tuvo éxito.
Colombia sufre un conflicto armado desde hace más de 40 años. En la actualidad quedan dos grupos guerrilleros: las FARC, con unos 8 000 combatientes, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que contarÃa con unos 2 500, según estimaciones de las fuerzas militares.(AFP)
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