Zaruma. 16.05.93. Como un enfermo crónico que agoniza lentamente,
conociendo cuál será su final, la población de Zaruma tan solo
espera que se verifique su profetizado destino de
autodestrucción. Finalmente la explotación antitécnica e
irresponsable de las minas, terminarán con esta bella ciudad,
declarada utópicamente como "patrimonio cultural de la Nación".

"Muy pronto Zaruma puede convertirse en un nuevo Nambija",
advierte el gobernador de El Oro, César Fernández, quien afirma
que en múltiples ocasiones se ha alertado del peligro a los
máximos organismos del Estado, para que adopten medidas de
previsión que eviten la inminente catástrofe. Pero al parecer
Fernández es únicamente un dolido familiar del paciente que evoca
la realización de un milagro.

Los asentamientos detectados el el sector de "La Bomba", que en
septiembre de 1992 obligaron al gobernador a clausurar 30 minas,
cada vez son más evidentes y profundos, porque al poco tiempo de
clausuradas las entradas a los túneles, los mineros abrieron
otras a pocos metros y continuaron con su acción socavadora.

Los asentamientos continúan cediendo terreno a la naturaleza:
cuarteando paredes, resquebrando el pavimento, rompiendo el
subsuelo y causando un creciente temor entre más de una decena de
familias. Tal parece que el barrio "La Bomba", se ha convertido
realmente en una bomba de tiempo a punto de estallar.

El terreno que antes se había hundido cinco centímetros, en las
últimas tres semanas descendió a 20 o 25 centímetros de
profundidad, dejando sin efecto la colocación de puntales,
hormigón y cualquier otro método casero implementado para evitar
la caída de las paredes.

Don Armijos, uno de los más afectados por este fenómeno, dice que
cuando todo está en completo silencio, "clarito se escucha como
un crujido en el suelo, parece que la tierra se estuviera
quejando", dice. Pero no todos los involucrados quieren reconocer
que existe un grave peligro en Zaruma. Algunos mineros prefieren
echarle la culpa a los fuertes aguaceros, a la falta de acción
municipal "que no es capaz de construir un buen muro de
contención", etc. Inclusive algunos de los afectados prefieren
pensar que el asentamiento no progresará; que sus casas
finalmente se mantendrán en pie; que no pasará nada. Sin embargo
esta solida esperanza, que era común en los mineros de Nambija,
no es suficiente para prevenir un desastre.

Las autoridades municipales dicen no tener control alguno sobre
las actividades mineras de su jurisdicción, pese a que la Ley de
Minas en su artículo 11, literal "a", claramente señala que "para
ejecutar actividades mineras... se requiere informes otorgados
por las siguientes autoridades e instituciones, según los casos:
a) Del alcalde o presidente de Concejo, dentro de una ciudad o
centro poblado".

Un ciudadano comentó que el problema de la explotación
indiscriminada de minas subsiste, debido a que inclusive dentro
del mismo Concejo Cantonal "existen intereses creados. Se da una
constante pugna, entre los concejales que se dedican a las
actividades mineras y los que no".

Marco Reinoso de la Defensa Civil de El Oro, dijo que expertos
nacionales y extranjeros han emitido sendos informes, advirtiendo
del posible deslizamiento masivo de tierra, que podría causar la
muerte de centenares de familias y enormes pérdidas materiales.
"Enviamos nuestros informes a todas las entidades involucradas en
el problema: al Ministerio de Energía y Minas, al presidente de
la República, al Concejo Cantonal, inclusive a los mineros, pero
lamentablemente ahí se queda todo", señala.

La Defensa Civil, es posiblemente la única entidad consciente del
real peligro. Anualmente se revisa y actualiza el plan de
contingencias, para atenuar los efectos de un desastre natural de
magnitud en Zaruma, lamentablemente no existen los fondos
suficientes, ni las maquinarias, ni los implementos, pero al
menos la buena voluntad sí existe.

Ojalá el peligro de un gran derrumbe sea el único riesgo que
corre la población de Zaruma, pero desgraciadamente no es así.
Este enfermo achacoso tiene todos los males del siglo. Uno de los
más peligroso es el progresivo envenenamiento con mercurio y
cianuro que experimentan sus habitantes desde hace años.

Los compradores de fracciones pesadas de oro, que operan en
Zaruma, utilizan para la refinación del metal una amalgama que
conduce a reacciones superficiales entre el oro y el mercurio. La
amalgama obtenida se calienta a temperaturas superiores a los
350§C, produciéndose la volatilización del mercurio y la
recuperación del oro.

Precisamente esta volatilización del mercurio afecta al medio
ambiente y permite que los zarumeños respiren un aire cargado de
mercurio, que finalmente va a parar a su corriente sanguínea.

Hace algunos meses el Municipio de Zaruma decidió arrendar, en su
planta baja, un local para la compra de oro. Al poco tiempo el ex
presidente municipal comenzó a experimentar dolores de cabeza,
irritación en la faringe y otros síntomas, por lo que decidió
realizarce algunos exámenes de sangre y orina y ­Oh, sorpresa!,
había mercurio en su sangre.

Este no es el único caso, según anotan los especialistas, el
envenenamiento por mercurio causa en las mujeres embarazadas, una
enfermedad parecida al retraso mental, denominada "saturnismo".
Con razón que en Zaruma, pese a ser una ciudad pequeña, ya existe
una escuela especial para niños retrasados mentales.

Las autoridades municipales del cantón, la Defensa Civil y el
Gobernador de El Oro, dijeron conocer de por lo menos 40 casos de
personas que han detectado mercurio en su sangre.

TAMBIEN CON CIANURO

El coordinador provincial de la Defensa Civil denunció que el
residuo de las chancadoras (contaminados con cianuro),
generalmente arrojados al río Amarillo, produce un progresivo
deterioro del ecosistema y el del pH del agua.

El agua envenenada con cianuro ha causado la muerte de una gran
cantidad de cabezas de ganado. Los propietarios de los animales,
indignados por la falta de acción gubernativa para evitar la
contaminación, decidieron hace poco tomar la justicia con su
propias manos dinamitando algunas de las chancadoras, pero ésto
no ha solucionado nada; y los mineros continúan trabajando sin
respetar en lo más mínimo la Ley de minería.

Las especies bioacuáticas y la vegetación también ha sufrido los
efectos del cianuro. Este químico que es capaz de refinar el oro,
también puede causar la muerte de quien lo ingiere aunque sea en
pequeñas cantidades.

Se debe considerar que río arriba existen pequeños caseríos que
se sirven del agua del río amarillo, para satisfacer sus
elementales necesidades e inclusive, en algunos casos, para
beberla.

"Tarde o temprano el Perú nos reclamará por enviarle agua
envenenada con cianuro hacia su territorio", advirtió el
gobernador Fernández, quien dice estar muy preocupado por el
rápido deterioro ambiental que experimentan las zonas de Zaruma y
Portovelo.

Todas las intenciones y advertencias no dejan de ser simplemente
eso. No se pude hacer mucho por este enfermo crónico. Sus
habitantes y las autoridades locales están conscientes de esta
cruel realidad. "No se les pude cerrar las minas para siempre,
porque se eso viven", anota la presidenta municipal y tiene mucha
razón. Pero la explotación racional de los yacimientos debe ser
una realidad a corto plazo, por el bien de este patrimonio
cultural del Ecuador.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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