A diferencia de 1991, cuando George Bush padre se hizo de una gran coalición internacional que apoyó su ofensiva militar, en esta segunda edición de la Guerra del Golfo, que ahora busca derrocar a Saddam Hussein, la Casa Blanca podría no tener el apoyo de la ONU, con lo cual, a más de instaurarse la política de los ataques preventivos en reemplazo del ‘atacar cuando se es atacado’, Washington aparecería como un agresor unilateral.
Lo más seguro es que George W. Bush contará con Gran Bretaña, Italia, España y el apoyo moral de Australia para atacar a Iraq, pero lo hará tensionando como nunca las relaciones con países amigos, Francia y Alemania, y con antagonistas como Rusia y China.
Ya EEUU venía en contravía a la tendencia mundial en muchos frentes: el ambiental, con su retirada del Tratado de Kyoto, y la justicia penal internacional. Pero Iraq se ha convertido en la gota que rebosa la copa. “Si hay un ataque en las actuales circunstancias, es predecible que nacerá una fuerte coalición anti EEUU, que tratará de contrarrestarlo. Nadie duda de que es la única potencia mundial y que, por serlo, se atribuye derechos. Pero también tiene responsabilidades y límites, e Iraq se ha convertido en uno", dice James Paul, director ejecutivo del Global Policy Forum, centro de pensamiento que monitorea a la ONU, citado por el diario El Tiempo de Colombia.
Para la revista Newsweek, un ataque, en las actuales circunstancias, podría hacerle perder a EEUU el camino andado en más de 80 años de política exterior. Por eso, los apocalípticos hablan ya del ‘comienzo del fin del imperio’. "El sentimiento "antiyanqui" de los años sesenta y setenta renace con más fuerza. Ya no son movimientos aislados en países del Tercer Mundo. Es más de media Europa, Rusia y China", afirma Paul.
Bush permanece con buenos números en las encuestas. Un sondeo en esta semana de The Washington Post dice que el 61% de los estadounidenses apoya el manejo que le ha dado a la crisis de Iraq. Pero sus simpatizantes no son sordos al clamor mundial. Las últimas manifestaciones en todo el país, más grandes que las vistas en la guerra contra Vietnam, dan cuenta de ello. El propio The Washington Post, que ha apoyado al Gobierno de Bush en sus objetivos belicistas en Iraq, calcula que si la guerra estalla, las víctimas civiles, los desplazados y los soldados muertos derrumbarían su popularidad. (PBM)

Grandes diferencias con la Guerra del Golfo

Bush quiere acabar con Saddam Hussein a cualquier precio y eso ha quedado de manifiesto en los mecanismos empleados para atraerse aliados. La coalición formada por Bush para la invasión de Iraq es totalmente distinta a la que su padre organizó para la guerra de 1991.
En aquella ocasión, 34 países decidieron seguir a Wa- shington con todas las consecuencias y, además de aportar el 25% de las tropas, se hicieron cargo del 88% del coste total de la campaña. Ahora, los aliados, reticentes en su gran mayoría, quieren cobrar u obtener algún tipo de compensación por un apoyo pasivo. Turquía, que pide $30 000 millones para prestar su territorio, más la promesa de que podrá desplegar tropas en el norte de Iraq para impedir la creación de un Estado kurdo, es un caso extremo. Pero hay más. Israel quiere $9 000 millones adicionales a los $3 000 millones que recibe anualmente. Egipto y Jordania también esperan compensaciones. (PBM)

De todas maneras, la ofensiva sería ilegal

Es claro que el triángulo Bush-Blair-Aznar, al presentar la propuesta de segunda resolución sobre Iraq, pretende legalizar la intervención militar.
Si el Consejo no aprueba su propuesta, la guerra quedará fuera de la ley, porque la ONU es el órgano legitimado, en el actual ordenamiento jurídico internacional para ampararla. Pero ¿Y si la aprobase?
La nueva propuesta estadounidense -que reemplazaría a la resolución 1441- destaca "la amenaza que representa" la proliferación de armas bajo el ‘tirano’ Saddam. Pero contra solo amenazas no se arman guerras, al menos según la doctrina establecida por la ONU. Y solo permite el uso de la fuerza si las sanciones no militares "pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo".
La propia resolución 1 441 establece una inspección reforzada, de la que, parece, aún no se han extraído todos los frutos. Al menos esos son los argumentos que han utilizado Francia y Alemania para contrarrestar los objetivos belicistas de EEUU. (PBM)

Problemas acumulados para el "vaquero"

Una baja en la popularidad de Bush, producto de la guerra, es un mal precedente para un presidente que en el tema económico, prioridad número uno del estadounidense promedio, saca sus peores calificaciones. Además, es un presidente que en menos de un año estará en plena campaña con miras a su reelección, en noviembre de 2004.
“No hay que olvidar que Bush padre perdió sus elecciones después de Iraq (pero no debido a la guerra), a causa de la economía. El hijo tendría ambos problemas: Iraq y la economía”, asegura el corresponsal en Washington del Clarín de Buenos Aires. (PBM)

El futuro de las Naciones Unidas también está en juego
El borrador de una segunda resolución sobre Iraq, presentado en esta semana por Wa- shington, Londres y Madrid, no se refiere ya, según EEUU, a la invasión de Iraq, porque esa es una decisión que George W. Bush tomó hace tiempo. EEUU considera que lo que se debatirá en los próximos días (lo más seguro no más allá de mediados de marzo) es el futuro de la ONU y la participación o marginación del Consejo de Seguridad en futuras crisis internacionales. Algo en lo que muchos analistas coinciden.
La administración Bush aceptó buscar una segunda resolución -además de la resolución 1 441 adoptada en noviembre de 2002- para satisfacer las preocupaciones del primer ministro inglés, Tony Blair, y de su contraparte española, José María Aznar, quienes se enfrentan a una masiva oposición interna a los planes de guerra, y, principalmente, para buscar legalizar su ataque.
La iniciativa presentada el lunes al Consejo de Seguridad por Alemania, Francia y Rusia propone la continuación de las inspecciones de desarme de Iraq, argumentando que "hasta el presente, las condiciones para usar la fuerza no están reunidas".
Bush, Blair y Aznar quieren evitar el veto de Francia, Rusia y China -los tres con derecho a veto- respecto a la segunda resolución sobre Iraq, y buscar los cinco votos que necesita para llegar a los nueve mínimos (ahora solo tiene seguros el suyo, el británico, el español y el búlgaro) en Africa y Latinoamérica, dos continentes dependientes de la ayuda económica estadounidense. (PBM)

Bagdad anuncia el hallazgo de ántrax y VX

BAGDAD.- Bagdad anunció ayer la destrución de seis misiles prohibidos y el hallazgo de importantes cantidades del bacilo del carbunco (ántrax) y del agente neurotóxico VX, sobre los que la ONU le pedía explicaciones desde hace años, al tiempo que aseguraba estar haciendo todo lo posible para desarmarse y evitar así una guerra.
El Gobierno iraquí pidió a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad de la ONU que tuvieran en cuenta los esfuerzos de Iraq por impedir la adopción de una segunda resolución que allane el camino de la guerra. (AFP)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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