Quito. 21 sep 98. El Presidente de la República luce tranquilo
pero algo cansado. "No ha habido cómo reposarse -dice-desde
que me instalé en Carondelet". Allí, en su despacho, lo
molesta el que nunca tenga una rayo de luz natural a ningún
momento del día.

Su oficina no solo la encuentra incómoda sino poco funcional.
No hay dónde trabajar. Ni dónde colocar un papelógrafo para
hacer o recibir exposiciones. Así es Jamil Mahuad:
extremadamente pedagógico. Por eso, sus respuestas fluyen
cargadas de metáforas o historias que ha oído o leído y cuyo
objetivo es convencer. Este Diario publica hoy la segunda
entrega de una larga entrevista, la primera que concede el
Presidente a un medio escrito desde su posesión el 10 de
agosto.

Jaime Nebot ha vuelto a pedir cárcel para los evasores de
impuestos. Comparte usted ese punto de vista?

Sí, estoy de acuerdo siempre y cuando establezcamos mecanismos
para que no sea un sistema de persecución.

Que alguien que no pague impuestos vaya a la cárcel es algo
bueno y los países que más cobran impuestos tienen ese
sistema. Pero con la administración de justicia del Ecuador
hay que tener mucho cuidado en que sirva para lo que queremos
y no para otras cosas.

Muchos sostienen una tesis: cobrar mejor los impuestos en vez
de recurrir a paquetazos de medidas. ¿Qué les responde?

Son magnitudes totalmente distintas. Los impuestos, que vamos
a cobrarlos, requieren de un plazo, una organización, un
sistema de computación para cobrar las cuentas. Vamos a
trabajar en eso pero eso no nos producirá resultados antes de
ocho meses o un año. No hay que soñar. Y por mucho que
incrementemos será un pedazo pequeño frente a un enorme
déficit. Pero lo estamos haciendo.

Hay otros resultados que el país espera que se den en las
Aduanas.

Ustedes vieron la gente que puse en Aduanas. Toda es gente de
la empresa privada, gente honesta. Esas son las dos grandes
fuentes de ingresos para el fisco por vía tributo -aduana y
servicio interno-. Ambos son nuevos, con nuevas leyes que
aprobó el Congreso y que todavía no se ponen en vigencia. Lo
mismo ocurre en el tema corrupción en el que ya estamos
trabajando en varios frentes.

En agosto recibí una llamada del ex-presidente Carter quien me
dijo que el Centro Carter trabaja en anticorrupción, que han
ensayado una gran cantidad de sistemas y que han detectado lo
que hay que hacer para que un país tenga muy baja corrupción.
El me preguntó si aceptaría que el Ecuador sea un proyecto
piloto en América para que todas esas fórmulas se apliquen. Le
dije, encantado.

¿Cuándo empieza ese proyecto?

En principio quedamos en que él visitaría el Ecuador en
Noviembre. Pero estamos ya trabajando. Yo le he mandado ya la
carta aceptando que eso ocurra y esa es una de las cosas que
vamos hacer.

En el debate sobre las medidas, hay una crítica que ya no solo
la hacen los sindicalistas. Ha permeado en las elites
políticas: que el país claudicó frente al Fondo Monetario
Internacional. ¿Cuál es el margen de autonomía de su Gobierno
frente a ese organismo?

Nosotros hasta hoy no hemos hablado con el Fondo. Yo fui a
Washington y les hice una visita de cortesía. Les conversé
sobre la situación del Ecuador y les dije de manera explícita
que no queríamos un programa con el Fondo. Es absolutamente lo
contrario a las críticas a las que usted alude.

¿El Gobierno podría correr riesgos al haber hecho ese
planteamiento?

Por supuesto. Estamos en una situación en la vida, en la que
toda medida tiene pros y contras. Es difícil decir esto es
solamente bueno o malo.

El Fondo, haciendo el abogado del diablo, le puede decir que
si Ecuador no entra en un programa con él no habrá
renegociación con el Club de París...

Por supuesto.

¿Cómo piensa administrar esa situación?

Con varias ideas. ¿Qué es lo que pasa? Cuando ustedes tienen
una buena gripe, pueden ir donde el médico. Si este es muy
estricto les dice que guarden cama ocho días, no salgan al
frío, tomen este jarabe y esta pastilla.

Ustedes cuando tienen una buena gripe pueden decir yo no voy
donde este médico, porque no puedo guardar cama, tengo que
trabajar, voy a tomar este jarabe y estas pastillas y voy a
salir al frío porque no me queda más.

Ustedes terminan haciendo tres o cuatro cosas que igual el
médico los recomendaría. No porque estén siguiendo los
dictados del médico, sino porque el sentido común les dice que
eso hay que hacer. Eso fue lo que pasó acá. Las decisiones que
tomamos fueron de sentido común. Si ustedes ven ninguna voz
autorizada, importante, lógica, coherente económicamente ha
dicho "jamás debieron haber hecho esto". Y seguramente si
hubiéramos hablado con el Fondo Monetario, éste habría dicho
hagan esto. De tal manera que si uno coincide en ciertas
cosas, no quiere decir que siga dictados. Este plan sí lo
hemos coordinado con Jeffrey Sachs, por supuesto.

¿Qué posibilidades reales ve usted de renegociar la deuda
externa del país?

Hay posibilidades reales. Un país no paga una deuda o porque
no quiere o porque no puede.

Nosotros reconocemos la deuda, pero no podemos pagarla. No en
esos porcentajes. De tal manera que eso es algo que tenemos
que hacer.

¿Qué monto, en porcentaje, está pensando que se podría
renegociar?

No quisiera decir este rato cifras. Es un tema que el
Ministerio de Finanzas está preparando para tener una
respuesta concreta y en cuanto la tengamos la conversamos.

Lo que es claro para la opinión es que usted está pensando en
renegociar o en reprogramar la deuda.

Ambas cosas.

En el caso de Emetel, una información dice que, posiblemente,
las ofertas de las acciones de ambas empresas supere el 35 por
ciento previsto. ¿Está usted pensando en que esa oferta cubra,
como se dice, el 51 por ciento de acciones?

Yo he pensando que esta decisión tenemos que presentarla
cuando hayamos cambiado la imagen del Ecuador. El CONAM está
trabajando en eso. No hay ninguna decisión tomada. Lo único
que hice fue hablar con Fernando Henrique Cardoso y decirle
que él ha vendido tan bien su telefónica que le pido que su
gobierno asesore al mío.

¿Qué le respondió el Presidente de Brasil?

Me ha ofrecido asesoría. El Ecuador no puede darse el lujo de
un tercer fracaso en la venta de sus teléfonos. Estoy
absolutamente convencido de que hay que vender. Quiero buscar
todas las opciones posibles y escoger la más conveniente para
el país e irnos por ahí. Este no es, además por la crisis, el
mejor momento.

¿No ha adelantado el mecanismo? ¿La subasta podría ser uno, la
emisión de acciones en los mercados internacionales, otro?

Estamos discutiendo alternativas. No tiene el gobierno ninguna
posición tomada. Cuando ya tengamos dos o tres opciones
finales escogeremos una, reflexionaremos en público el porqué
y entonces lanzaremos el proyecto.

Usted habló de un plan económico de corto, mediano y largo
plazo. En término de nuevas medidas, ¿qué sigue para este año
y para el próximo?

¿Cuál es la estrategia de desarrollo del Gobierno? Atraer
inversión extranjera. Esa inversión no va a venir si es que no
se ve un país políticamente estable y con las cuentas en
orden. La gran cuenta en desorden ha sido la fiscal, porque en
las demás áreas macroeconómicas más o menos hemos estado bien.
Pero el hueco fiscal sigue ahí. La gran prioridad este año ha
sido reducir el déficit. Por eso ahí pegamos con las medidas.

En el año 99 sería tenemos que manejar un presupuesto
equilibrado. Yo espero que arranque el nuevo oleoducto, se
firme la concesión este año del proyecto Mazar, tengamos ya
tres o cuatro proyectos bandera que la gente diga hay otra
visión, hay otro manejo, hay un solo criterio, hay una
política a mediano plazo.

Aspiro a que podamos exportar lo que no exportamos este año,
aspiro a que se recupere algo el precio del petróleo, aspiro a
que podamos racionalizar la estructura del Estado. Pero sobre
todo aspiro a generar un ambiente para que la empresa privada
nacional y extranjera pueda invertir en el país.

Usted prometió terminar su Gobierno con una inflación que no
supere un dígito. Si el precio de la gasolina sigue indexado
sobre el dólar, y, como se sabe, éste arrastra los precios,
¿cómo piensa ponerle freno a la espiral inflacionaria? ¿Ha
pensado en importar combustibles y liberar el mercado?

Sería bueno que haya la posibilidad de la competencia en el
mercado. Lo cual no significa que eliminemos los impuestos que
hay sobre la gasolina. Este rato la gasolina es una medida
fiscal y no sería responsable simplemente eliminar ese recurso
si no tenemos un aporte compensatorio.

Pero queremos una programación donde vayamos racionalizando
las cosas. Lo cual nos permita ir tomando decisiones ya no
solamente para financiar el presupuesto. Miren el impacto que
tiene el tema eléctrico en la generación eléctrica. ¿Qué qué
es lo que pasaba? Las empresas le cobraban la mitad a los
consumidores y la mitad al gobierno. Pero como el gobierno no
tenía plata para pagar, la empresa no recibía la plata del
subsidio. Como la empresa no recibía la plata del subsidio, la
distribuidora no le pagaba a la generadora. Como la generadora
no recibía la plata de la distribuidora no tenía plata para
pagarle a Petroecuador los combustibles.

Todo el mundo le debía a todo el mundo. Nos pasamos años y
años liquidando cuentas. Con este nuevo sistema, totalmente
claro, podemos tener otro tipo de reacción.

Entrevista realizada por José Hernández, Editor General,y
Hernán Ramos, Editor Económico de este Diario.

En Brasilia, solo queda un problema por resolver...

Usted dijo que la mejor medida fiscal es la paz. ¿El estado
actual de las conversaciones, le permiten pensar que el 27 se
podría firmar la paz en Brasilia?

No está listo. ¿Qué es lo que ha pasado hasta acá? Las
conversaciones llegaron hasta junio, se suspendieron y fueron
retomadas por el nuevo gobierno. En esa época se enrareció
todo, la posibilidad de un conflicto se produjo y tuvimos que
empezar de menos de cero.

A raíz de eso, en dos reuniones presidenciales ratificamos
todo lo avanzando y resolvimos darle impulso a la navegación.
Las comisiones se reunieron en Buenos Aires y prácticamente
todo quedó arreglado y nos queda solo la frontera común. Es el
tema más delicado y más complicado.

¿Se podría decir que sobre el tema de la frontera común hay
una decisión tomada o una propuesta mutuamente aceptada?

No. Hay una serie de ideas lanzadas. En la vida, creo que hay
que funcionar así. Hay que dar opciones y lanzarlas con
libertad para que la otra persona diga: esto no se puede ni
pensar; aquí sí habría apertura... Solo así hemos abierto el
camino. No ir con una posición a defenderla. Ir a conversar
para ver cómo se llega a un acuerdo.

En la reunión de Brasilia tenemos que ver el tema del Tratado
de Navegación y, sin duda, avanzar en el tema de las opciones.
¿Hasta dónde se puede avanzar? No sabemos. Pero sin duda hemos
reducido a un solo problema y en un gran ambiente de
conversación con el Perú.

¿Ha hablado con el presidente Alberto Fujimori después de sus
encuentros personales?

Me llamó anoche (esta entrevista se realizó el jueves 17,
NDLR) y tengo que devolverle la llamada. Me reuní con los
Garantes y con todos ellos conversamos de la situación. Hay
una presencia y un seguimiento permanentes. Este es otro de
los temas en los que Ecuador necesita una posición de país.

¿Cómo va la relación con el presidente peruano?

La relación es muy buena. Personal. El problema ya no es de
incomunicación. El problema es que cada uno busca los
intereses mejores para su país.

¿Pero los dos presidentes entienden que, si bien buscan los
mejores intereses para su país, los dos necesitan venderles a
sus opiniones las ventajas de la paz?

Sí.

¿En este momento, que se cree es el último del proceso
negociador, va a tomar iniciativas para hablar con la opinión,
el Congreso y los líderes nacionales? ¿O considera que ese
trabajo ya lo hizo el Canciller de la República? ¿Va usted a
participar en alguna campaña de información?

Es muy difícil manejar varias campañas de información
simultáneamente. Nosotros pensábamos entrar en el tema
territorial y nos tocó entrar en una campaña macroeconómica.
Así son las cosas. Pero pienso que la información que tiene el
país es muy grande. Los líderes de opinión han sido
entrevistados en los últimos meses, han sido consultados, han
sido informados. Este es un proceso que hay que continuar y no
descarto ninguna de las posibilidades. Habría que buscar en
cada momento cuál es la más oportuna. Pero mientras más
hablemos y conversemos del tema, mejor.

¿Cuando la salida esté lista, usted va a comprometer a los
líderes nacionales?

Sin duda. Yo tendré reuniones con varios sectores. Y varios
niveles del Gobierno también los tendrán. Creo que cuando uno
busca un objetivo, hay que preguntarse qué es lo que este
momento más ayuda al proceso. Si es que intervenga yo,
intervendré. Si es que intervenga otro colaborador,
intervendrá.

Tal y como están las cosas, ¿se puede pensar que los márgenes
que la gente conoce, están dados, o que habría posibilidades
más ventajosas?

El país conoce el marco en el cual la negociación está
enmarcada. Es el marco con el cual yo recibo al país. El país
aceptó el Protocolo de Río. Por lo tanto, no puede la
negociación salirse del marco de ese Protocolo. Es un país que
aceptó el fallo de Bras Días de Aguiar. Es un país que rechazó
un parecer jurídico técnico que dice que la línea de frontera
es la línea del Cóndor. Esa posición existe. Pero el fallo
también existe. Son instrumentos que nos marcan la cancha en
la que estamos jugando.

Inecel, su vida se prolonga

"El miércoles (pasado) firmamos lo de la barcaza que, además,
sacamos en tiempo récord. Y ya me hablaban de una segunda
barcaza que tienen que negociar con las empresas eléctricas.

Tenemos que postergar la vida de Inecel porque hacer la unidad
ejecutora del Trole nos tomó dos meses en el Municipio, yendo
rápido, y ha funcionado de maravilla.

Tuvieron 720 días para hacer seis empresas en los gobiernos
anteriores. No hicieron nada. Entonces no puede Inecel morir
el 30 de septiembre porque el rato que Inecel desaparezca
quién liquida las cuentas, quién apaga la luz, quién hace las
últimas transferencias, quién cobra y quién conforma las
empresas.

No puedo ofrecerle al país hacer eso en 40 días. No puedo,
cuando además tengo una crisis eléctrica. Y el peor momento
para desaparecer a Inecel es justamente cuando vienen los
apagones.

He mandado un proyecto de ley al Congreso en el cual le
extiendo la vida 180 días hasta marzo cuando termine el
estiaje.

Se dirá que lo que ocurre es que no queremos hacer nada. Por
eso estamos delimitando lo que puede hacer Inecel en ese
plazo: puede operar el sistema, conformar las empresas...
cuatro o cinco cosas. No puede hacer más contratos, no puede
haber más personal... Cortamos todos los posibles riesgos pero
no podemos desaparecerlo ahora. No es un problema de concepto
sino un problema práctico. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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