Quito. 21.08.93. Miércoles, mediodía, varias prostitutas deambulan por la
avenida 24 de Mayo a la caza de "un cliente para poder llevar algo de
comida a sus hogares, cuando llegó la Policía y procedió a la captura de
las mujeres "por protagonizar escándalo en la vía pública".

Un gran grupo de curiosos se aproximó y se arma el barullo. La gente
obstaculizaba la labor policial lo que encolerizó al oficial al mando del
oerativo quien ordenó la prisión de todas las mujeres que en medio de
gritos y empellones fueron trasladadas al Centro de Detención Provisional.

La narrada, para muchos, sería una escena cotidiana que ocurre no solo en
las calles de Quito, sino en los países llamados del tercer mundo en donde
la pobreza es lugar común de sus habitantes.

Pero, la presente historia que me tocó vivirla personalmente, va más allá.
Se trata de una mujer, que mientras estaba prisionera, perdió a uno de sus
hijos quien murió de hambre.

Esta triste historia ocurrió en Quito y en pleno siglo XX.

El parte policial da cuenta que las mujeres protagonizaron un escándalo al
observar la presencia de los uniformados lo cual fue aprovechado por
curiosos del lugar "que faltaron la palabra a la institución policial e
impidieron la acción evitamdo la detención de las mujeres".

Entre las detenidas cuentan Francisca Morales Peñafiel, 44 años, soltera,
meretriz; Verónica Patricia Cabrera, 25 años, soltera, meretriz, Elizabeth
Verónica Zambrano Castro, 20 años, soltera, meretriz; Blanca María Ponce
López, 24 años; Inés Cristina Urieta Ramos, 29 años; y Susana Elizabeth
Salazar JIménez, 24 años, soltera, dos hijos.

El parte fue remitido a la comisaría tercera nacional, cuyo titular,
Fernando Gudiño, otorgó muy diligente la libertad de dos de las mujeres
antes mencionadas y dejó en prisión al resto entre las que se cuenta,
Susana Salazar Jiménez, madre de dos hijos, de cuatro y un año cuatro
meses de edad, respectivamente.

Los niños, dos varoncitos, habían quedado encerrados en un hotel de la
avenida 24 de Mayo, mientras su madre "trabajaba" para poder mantenerlos.

El señor comisario nunca apareció

Susana Elizabeth Salazar Jiménez, una joven
de 24 años de edad, que se había dedicado a la prostitución
por falta de trabajo y por tener que mantener a sus dos
vástagos, es la protagonista de esta historia que parecería de
ciencia ficción.

La joven mujer una vez en el CDP logró comunicar a su amiga
Margarita Suárez de su detención, le pide de favor que vaya al
hotel a buscar a sus hijos ya que se encontraba dos días
detenida y sus hijos no habían comido desde entonces.

La sorpresa fue grande para Margarita, que al abrir la puerta
de la habitación del hotel, encontró a los dos niños tirados
en el piso echando espuma por la boca. Junto a ellos se
encontraban los restos de una funda de detergente, que los
niños habían ingerido para calmar el hambre.

Agua de manzanilla

"Yo reaccione de inmediato y les ofrecí una agüita de
manzanilla para hacerles un lavado", comentó a HOY Margarita
Suárez.

El agüita "milagrosa" salvo la vida del niño mayor, que ahora
se recupera en una casa de salud, no así la del más pequeño,
quien falleció en horas de la noche del jueves 19 de agosto.

En su desesperación, la humilde mujer concurrió ayer en horas
de la mañana a la comisaría tercera nacional, con el niño
muerto en sus brazos para pedir clemencia y obtener la
libertad de la madre, pero lamentablemente el comisario no
apareció por ningún lado.

La sorpresa fue grande. La mujer de rato en rato observaba con
ternura al niño muerto unas horas antes mientras clamaba con
lágrimas en los ojos la libertad de su amiga. Pero en la
comisaría nacional nadie se compadecía de ella, porque "el
señor comisario" simplemente no aparecía en su lugar de
trabajo.

Cinco horas con el niño muerto...

Más de cinco horas pasó Margarita Suárez con el niño muerto en sus brazos.

La humilde mujer narró con lágrimas en los ojos que al conocer de la
prisión de su amiga, pidió permiso a su esposo para trasladar a los niños
a su hogar.

Recuerda que el miércoles último lo primero que hizo fue concurrir a la
Intendencia de Policía para ver si es que su amiga se encontraba a órdenes
de dicha autoridad, pero luego de una hora de espera le informaron que
seguramente se encontraba a órdenes de la comisaría de turno. En esta caso
la tercera nacional.

Fue a la comisaría tercera y le informaron que los partes de la Polícia
pasarían el jueves. "Fue entonces , dijo, que concurrí al hotel a retirar a
los niños y me topé con que los pequeños se encontraban en el piso y junto
a ellos los residuos de una funda de detergente.

"Fue una experiencia desgarradora y traumatizante en mi vida. Los niños
habían comido el detergente con agua sucia del baño, se encontraban
pálidos y el más pequeño tenía los ojos desorbitaods y la lengua blanca,
bien blanca", manifestó la caritativa amiga con la voz entrecortada y
lágrimas en sus ojos. "No supe qué hacer, solamente atiné a auxiliar al
más grandecito y le ofrecí bastante agua hasta que vomitó y lloró. Pero el
más chiquito estaba frío y el agua ni siquiera le entraba al estómago",
agregó.

Odisea legal

Vale recordar, que en estos casos, las mujeres que son detenidas por
"prostitutas callejeras", son trasladadas al Centro de Detención
Provisional y allí permanecen, muchas veces, varios días, hasta que
alguien "consiga para la multa" o les llegue la "gratis", por voluntad de
la autoridad.

Ellas son sancionadas como contraventoras de primera clase pero en
ocasiones la boleta de libertad les cuesta sumas impositivas.

En esta oportunidad, no ocurrió ni siquiera eso, el comisario nunca
apareció.

Incluso personeros de una de las dependencias del Ministerio de Gobierno,
que funciona junto a la comisaría, interpusieron sus buenos oficios para
ver si se solucionaba el problema, pero nada sucedió. Simplemente el
comisario no aparecía por ningún lado.

Hasta que llegó el intendente, quien al revisar el parte correspondiente
comentó a HOY lo ocurrido:

"Lo que sucede es que la señora se encuentra a órdenes de la comisaría
tercera desde el 18 de agosto de 1993 y el comisario no aparece por ningún
lado",señaló al observar con sorpresa que de acuerdo al contenido del
parte policial no ameritaba prisión por más de 24 horas.

El intendente dijo que ha concurrido a la judicatura para pedir que el
comisario Fernando Gudiño explique el por qué, ha dado la libertad a dos
personas y no a la señora Susana Elizabeth Salazar Jiménez, quien debió
haber recobrado su libertad máximo en 24 horas, porque todas constaban en
el mismo parte policial como infractoras.

Aunque la solución la debía dar el comisario tercero, bajo cuya autoridad
se encontraba la detenida, pero dadas las circunstancias, fue el propio
intendente de Policía de Pichincha, quien ordenó que agentes a su mando se
trasladen al Centro de Detención Provisional a retirar "en remisión" (se
logra mediante una boleta que permite sacar a los detenidos a las oficinas
policiales mientras se obtiene la libertad) a la humilde mujer y sea el
comisario quien ordene la libertad de la detenida.

Intendente ordenó la libertad

Un recorrido de rutina por la comisaría que el
jueves estaba de turno, permitió a HOY descubrir este macabro
suceso. Nadie se compadecía, nadie decía nada, todos esperaban
que llegue la autoridad para ordenar la libertad, "eso si,
pagando la respectiva multa".

Al ver que nadie decía ni hacía nada, este reportero,
personalmente fue hasta la Intendencia de Policía a pedir la
intervención del intendente Juan Campaña Zurita, quien en
compañía de sus asesores concurrió a la comisaría y pudo
verificar un cuadro desgarrador, la humilde mujer continuaba
sentada en una silla, con el niño muerto en sus brazos
esperando la llegada del comisario Fernando Gudiño, quien no
llegó hasta el mediodía de ayer.

Esto molestó al intendente, quien luego de hacer varias
consultas de tipo legal, ordenó la libertad de la humilde
mujer, que en el interior de un frío calabozo lloraba la
pérdida de su hijo.

Investigan el caso

En igual forma, ordenó que el comisario cuarto que se
encontraba de turno proceda a realizar el levantamiento del
cadáver para que su madre pueda darle cristiana sepultura.

Un ajetreo inusual se vivió en la comisaría tercera ayer,
varias eran las disculpas por la ausencia del comisario
Fernando Gudiño, muchas eran las disculpas que daban sus
subalternos en su afán de defender al jefe, a quien perecía
que "le había tragado la tierra".

El intendente de Policía, Juan Campaña, informó lo ocurrido al
Ministerio de Gobierno, cuyo titular, Marcelo Santo Vera,
ordenó una exhaustiva investigación que podría concluir con la
destitución del mal funcionario. (8B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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