El escritor peruano confiesa en una entrevista al diario ABC que de niño soñaba con ser torero
Por Santiago Aguilar
Especial para HOY
La prensa escrita española, a través del diario ABC y el portal taurino Burladero.es, refieren una importante entrevista con Mario Vargas Llosa, diálogo que por su contenido merece su reproducción.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, uno de los novelistas más relevantes de Latinoamérica, nunca ha ocultado su afición desde joven a la fiesta de los toros. Como seguidor, ha tenido la posibilidad de visitar numerosas plazas de toros en el mundo y, como escritor, ha dejado guiños en su obra, aunque nunca le ha dedicado una novela o un ensayo completo.
"Puedo volver a intentarlo", confiesa en una amplia entrevista publicada en ABC, "la tauromaquia es algo que engancha con fibras muy sensibles. Es un arte contaminado por la belleza y algunos de los recuerdos más ricos y hermosos".
Y es que Vargas es aficionado desde que tenía 7 u 8 años.
"En la casa familiar, había aprendido nociones sobre los tercios de la lidia, el sentido de la pica y las banderillas, los nombres de los pases, el peligro de los Miura Pero una cosa era la teoría y otra, muy distinta, vivir la fiesta en un estado de trance, emocionado hasta los tuétanos", explica el escritor peruano, que vivió su primera experiencia taurina en Bolivia. Desde entonces, el toro marcaría gran parte de su vida.
De hecho, de niño "quería ser torero. Supongo que tomé esa resolución inquebrantable desde la primera novillada que presencié".
Tiempo después, en España, pudo conocer la fiesta en profundidad. "Viajé mucho por la Península y pude ver toros en muchas plazas: Madrid, Valencia, Sevilla. Y por supuesto, en las dos plazas que entonces había en Barcelona". Por ello, mira de reojo la situación a la que se enfrenta Cataluña.
"Detrás de estos intentos, no está fundamentalmente el amor a los animales ni el deseo, tan respetable, de evitarles sufrimiento. Se trata de una operación política para mostrar que Cataluña no es España. No tiene un fundamento serio, aunque aproveche cierta ideología que está hoy de moda", argumenta al respecto Vargas Llosa, que nunca ha ocultado su postura.
Su opinión de la situación de los toros en América, por el contrario, es esperanzadora. La considera viva "en muchos países como el Perú, México, Colombia, Venezuela, el Ecuador Y no sólo en las capitales. Hay también grupos contrarios pero son muy pequeños, no existe riesgo de desaparición. La opinión pública mayoritaria está muy a favor, quizá más que en España".
Por Santiago Aguilar
Especial para HOY
La prensa escrita española, a través del diario ABC y el portal taurino Burladero.es, refieren una importante entrevista con Mario Vargas Llosa, diálogo que por su contenido merece su reproducción.El escritor peruano Mario Vargas Llosa, uno de los novelistas más relevantes de Latinoamérica, nunca ha ocultado su afición desde joven a la fiesta de los toros. Como seguidor, ha tenido la posibilidad de visitar numerosas plazas de toros en el mundo y, como escritor, ha dejado guiños en su obra, aunque nunca le ha dedicado una novela o un ensayo completo.
"Puedo volver a intentarlo", confiesa en una amplia entrevista publicada en ABC, "la tauromaquia es algo que engancha con fibras muy sensibles. Es un arte contaminado por la belleza y algunos de los recuerdos más ricos y hermosos".
Y es que Vargas es aficionado desde que tenía 7 u 8 años.
"En la casa familiar, había aprendido nociones sobre los tercios de la lidia, el sentido de la pica y las banderillas, los nombres de los pases, el peligro de los Miura Pero una cosa era la teoría y otra, muy distinta, vivir la fiesta en un estado de trance, emocionado hasta los tuétanos", explica el escritor peruano, que vivió su primera experiencia taurina en Bolivia. Desde entonces, el toro marcaría gran parte de su vida.
De hecho, de niño "quería ser torero. Supongo que tomé esa resolución inquebrantable desde la primera novillada que presencié".
Tiempo después, en España, pudo conocer la fiesta en profundidad. "Viajé mucho por la Península y pude ver toros en muchas plazas: Madrid, Valencia, Sevilla. Y por supuesto, en las dos plazas que entonces había en Barcelona". Por ello, mira de reojo la situación a la que se enfrenta Cataluña.
"Detrás de estos intentos, no está fundamentalmente el amor a los animales ni el deseo, tan respetable, de evitarles sufrimiento. Se trata de una operación política para mostrar que Cataluña no es España. No tiene un fundamento serio, aunque aproveche cierta ideología que está hoy de moda", argumenta al respecto Vargas Llosa, que nunca ha ocultado su postura.
Su opinión de la situación de los toros en América, por el contrario, es esperanzadora. La considera viva "en muchos países como el Perú, México, Colombia, Venezuela, el Ecuador Y no sólo en las capitales. Hay también grupos contrarios pero son muy pequeños, no existe riesgo de desaparición. La opinión pública mayoritaria está muy a favor, quizá más que en España".
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