La proliferación de centros de estudios superiores no se compadece con la realidad laboral y social del Ecuador. Las instituciones tradicionales se ven amenazadas por la existencia de otras que ofrecen carreras rápidas. El mayor efecto es para el mercado profesional, donde la competencia es desigual. Y el Conesup no acaba de implantar un sistema de control y evaluación integral

Lucio aupa una "U" fantasma

Sin contar con un estudio previo y menos con el conocimiento del Congreso Nacional ni el Conesup, el Gobierno emitió un decreto para usar el antiguo Hospital Militar como la sede académica

La supuesta creación de la Universidad Politécnica Eugenio Espejo, auspiciada por el Gobierno del presidente Lucio Gutiérrez, ¿solo fue un gran pretexto para promover la campaña electoral del candidato a la Alcaldía de Quito por Sociedad Patriótica, Ermel Fiallo?
Al parecer sí, según se desprende de la comunicación enviada a Gutiérrez por Manuel Onofre Celis, superior general de la Congregación de Misioneros Oblatos de los Corazones Santísimos de Jesús y María, el 6 de octubre último. Otra misiva también fue dirigida al director del Fondo de Salvamento, Carlos Pallares.
Sin ser autorizado por sus superiores, el padre Luis Eduardo Rodríguez, vicario general de los Oblatos en el Ecuador, el 11 de agosto de este año solicitó a Gutiérrez la entrega en comodato del edificio del antiguo Hospital Militar de la capital ecuatoriana.
El presidente Gutiérrez, el 5 de octubre, en medio de la campaña electoral, le respondió: "Me permito expresar a usted mi indeclinable decisión de apoyar todas las acciones que sean necesarias en el cumplimiento del propósito enunciado (la creación de la universidad Eugenio Espejo).
El 23 de septiembre, Gutiérez junto a Fiallo apareció en un acto público para firmar el decreto para convertir al antiguo Hospital Militar en una Universidad.
Antes de la llegada de Gutiérrez hubo enfrentamientos entre los moradores del barrio San Juan y los simpatizantes de Sociedad Patriótica. Los primeros denunciaron ser utilizados para un mitin político y los otros defendían, con empujones y gritos, a Fiallo y a Gutiérrez. El primer mandatario recibió como regalo una estampa del Sagrado Corazón de Jesús.
El 6 de octubre, la comunicación de Onofre afirma que su congregación resolvió dejar sin efecto todas las gestiones de Rodríguez tendientes a la constitución de la llamada universidad y a conseguir en comodato el inmueble del antiguo hospital. La causa: "En ningún momento hemos pretendido que se nos entregue el inmueble, así como tampoco tenemos ninguna vinculación con los organizadores de la llamada Universidad Politécnica Eugenio Espejo".
De hecho, tampoco hubo conocimiento del Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas sobre la intención de crear un nuevo centro de estudios superiores. El padre Rodríguez fue requerido por BLANCO Y NEGRO. A través de su secretaria, en el colegio Julio Matovelle, se concertó una entrevista para el jueves pasado y a última hora la canceló, aduciendo que tuvo que salir de la ciudad durante todo el feriado.
Aparte del desconocimiento del proyecto y de las gestiones realizadas por Rodríguez, los padres oblatos, en una comunicación dirigida al director ejecutivo del Fondo de Salvamento (Fonsal) señalan no tener "ningún interés ni la capacidad económica para recibir en comodato el inmueble".
Si fue un "descuido" del presidente de la República, lo cierto es que la creación de universidades en el Ecuador no tiene un fundamento técnico sobre las necesidades del país, como reconocen los especialistas consultados. Además, por ley el Congreso Nacional es el encargado de aprobar la creación de estos centros de estudio.
En el caso de Quito, existen seis universidades y la Escuela Politécnica Nacional que cuentan con más de 2 000 estudiantes. Por tanto, ¿hacía falta un nuevo centro de esas proporciones y que demande un edificio como el antiguo Hospital Militar?
Los moradores del barrio San Juan habían solicitado con anterioridad al presidente Gutiérrez derogar el decreto que entregaba en comodato una parte del edificio a la Confraternidad Carcelaria.
De solo plantearse como proyecto la creación de una universidad en esas instalaciones, los gastos correrían a cargo de la comunidad de los oblatos. Mientras tanto, el municipio de Quito, por intermedio del Fondo de Salvamento, insiste que el edificio tenga otro destino, tras un estudio técnico de su estado, requerimientos reconstructivos y necesidades del entorno, además de considerarlo como un espacio para el museo de arte contemporáneo. (OP)

El sistema de creación y de control no tiene un respaldo técnico ni un seguimiento regular

La oferta se multiplica

Hasta inicios del año 1900, en el Ecuador solo existían cuatro universidades. A mitad del siglo pasado, la cifra ascendió a seis, en total. Durante la década del 90, el número se duplicó: de 25 que habían, se sumaron otras 25. Solo en 1999 aparecieron seis nuevas universidades
que se sumaron a las 44 ya existentes.

Las particulares aumentan

En los últimos cinco años, la oferta universitaria se incrementó con 16 nuevas universidades que corresponden al 25% de toda la oferta en el país, que asciende a 64 universidades ya aprobadas. De estas, solo tres son públicas y las otras 13 son particulares, autofinanciadas a través del cobro de inscripción y matrícula a los estudiantes.

Las cifras totales de universidades

De los 63 instituciones de educación superior del Ecuador, 23 son públicas; 28 son particulares autofinanciadas; ocho particulares cofinanciadas con el Estado. De posgrado hay una particular y dos estatales. Existen 2 020 opciones de carrera de pregrado, 459 de carrera de posgrado y 289 alternativas de institutos superiores.

Solo los diputados pueden clausurar

Todas las universidades se crean por ley de la República mediante una promulgación del Congreso Nacional. Si el Conesup encuentra alguna situación problemática que se convierta en causal para el cierre de la Universidad, el único organismo encargado de clausurar a esa institución, es la legislatura mediante una resolución.

La evaluación extranjera

Al igual que el Conea, existen organismos extranjeros que evalúan particularmente el sistema de educación superior. En los Estados Unidos hay tres instituciones que evalúan a las universidades. En Europa, cada país tiene su propio sistema, pero la Unión Europea busca llegar al 2010 con la estandarización de calidad unificada en toda Europa.

El informe de calidad todavía está pendiente

Las Universidades acuden voluntariamente al Conea para solicitar apoyo al proceso de evaluación

En el Ecuador no existe informe alguno que acredite la calidad académica, pedagógica y científica de las instituciones de educación superior.
El Consejo de Evaluación y Acreditación (Conea), creado el 15 de mayo de 2000, dentro de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), pero que funciona desde el 19 de agosto de 2002, está encargado de “divulgar los resultados de la evaluación con el propósito de orientar a la sociedad sobre la calidad y características de las instituciones y programas del sistema”. Pero no lo ha hecho todavía.
En estos dos años, el Conea se ha dedicado a crear los mecanismos de evaluación para la acreditación de los centros de educación superior que exige la Ley de Educación.
También promueve la integración de las universidades en procesos de autoevaluación, a través de la creación de un organismo interno que revise en cada facultad parámetros como: los programas de estudio de cada carrera, los perfiles académicos que se buscan en los profesionales que de allí egresen, la calidad del personal docente y el impacto de la universidad en la sociedad.
Jorge Páez, rector de la Universidad Alfredo Pérez Guerrero (UNAP), manifiesta que sí ha tenido un acercamiento con el Conea, pero que no ha llegado a ningún acuerdo por la pugna que existe entre esta institución y el Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup). Esta razón, señala Páez, no ha permitido a la comisión de autoevaluación un asesoramiento técnico con bases estandarizadas para la calificación de la calidad académica. Esta comisión solamente realiza encuestas semestrales a los 486 estudiantes sobre varios aspectos relacionados con la calidad de los 48 profesores: la puntualidad, la motivación en clases y si cumple con el programa de estudios que plantea al inicio del nivel.
Sin embargo, Iván Carvajal, director de acreditación del Conea, señala que todas las Universidades se han acercado voluntariamente para empezar la evaluación interna: "No es función del Conea intervenir o controlar la calidad de las universidades. Lo único que se hace es asesorar". (SC)

La oferta gana a la demanda en Guayaquil

En la capital guayasense, alrededor de 100 mil estudiantes realizan estudios superiores

La oferta de universidades guayaquileñas aumenta cada día, en tanto la demanda persiste. La tendencia se mantiene en los últimos años. A las tradicionales universidades conocidas en el ambiente estudiantil como la "Estatal", "Católica", "la Espol" y "Laica", creadas entre 1930 y 1970, se han sumado otras que desde 1980 ofrecen variadas especialidades técnicas y científicas con profesionales preparados en el exterior y con las más modernas herramientas que exige el mundo moderno y competitivo.
De los 100 mil estudiantes universitarios registrados, 62 mil están matriculados en la Universidad de Guayaquil; 8 000, en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; 5 000, en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte; y 12 000 en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (que el viernes anterior celebró 46 años de fundación).
El resto del alumnado se reparte entre las universidades recientemente creadas como la Agraria del Ecuador, Casa Grande, Cooperativa de Colombia del Ecuador, del Pacífico Escuela de Negocios, Internacional del Ecuador, Internacional Jefferson, Especialidades Espíritu Santo, Internacional SEK, Politécnica Salesiana, Tecnológica Empresarial de Guayaquil, reconocidas por el Consejo Nacional de Universidades y Escuelas Politécnicas. Algunas de ellas no pasan de los 500 alumnos.
El rector de la Universidad del Pacífico, Julio Molina, dijo que su institución se ha impuesto la formación de hombres y mujeres de negocios, líderes empresariales con conciencia social, miembros activos en el desarrollo sostenible del país. Tiene su sede académica en el km. 7,5 de la vía Guayaquil-Salinas. Cuenta con las facultades de Economía, Adminisración de Empresas, Derecho Internacional y Tecnologuía y Sistemas.
Otra reconocida por los guayaquileños es la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Cuenta con las facultades y sus respectivas escuelas especializadas de Arquitectura y Diseño, Artes Liberales y Ciencias de la Educación, Escuela de Relaciones Humanas, Derecho, Política y Desarrollo, Economía y Ciencias Empresariales, Turismo y Hotelería. (AM)

Las ofertas maravillan, la realidad decepciona

Los proyectos de creación de las universidades pasan por rigurosos procesos de selección, pero el seguimiento es tormentoso para los organismos de evaluación

"De existir un sistema de evaluación y control eficiente, algunas instituciones ya deberían desaparecer", expresa Víctor Hugo Olalla, rector de la Universidad Central del Ecuador y representante de las universidades públicas ante el Consejo Nacional de Educación Superior (Conesup).
La experiencia de Olalla en este campo le permite afirmar que cuando las universidades están en trámite de creación presentan proyectos fabulosos, para tener el informe del Conesup que les permita la aprobación por parte del Congreso Nacional. La realidad es que estos proyectos se quedan en papeles. Un ejemplo es lo ocurrido con la Universidad Técnica de Babahoyo, intervenida por el Conesup en 2002 por no cumplir con el plan presentado cuando algunas de sus extensiones no estaban registradas y los alumnos estudiaban en centros educativos que no contaban con la aprobación.
A pesar de que el Conesup interviene en algunas universidades, no puede cerrarlas. Para estas intervenciones, sus parámetros no se establecen con base en estándares de calidad, sino en el cumplimiento formal (con los requisitos en el papel) de los proyectos presentados, reconocen las autoridades.
Las evaluaciones de calidad solo las realiza el Conea, pero no lo ha hecho todavía (ver pág. 3). Las instituciones que no han solicitado el asesoramiento han empezado a formar comisiones internas, pero que se limitan a encuestar a los estudiantes acerca de la puntualidad de los profesores y si les parece que la materia que dictan está bien explicada.
Verónica Tixi, estudiante de Administración de la Universidad Alfredo Pérez Guerrero (UNAP), explica que todos los semestres les consultan por los profesores, pero con preguntas subjetivas que no aportan a un criterio objetivo del rendimiento académico de sus docentes.
Para Adriana Celi, los sueldos que reciben sus profesores, les obligan a ser mejores. Paga $2 000 semestrales en la Facultad de Psicología en la Universidad San Francisco de Quito y todos sus profesores tienen PHD y maestrías. Ella también estudió Medicina en la Universidad Central y reconoce que allí sus maestros eran buenos, pero tenían cursos con más de 50 estudiantes.
El Conea otorga una acreditación universitaria a todas las instituciones que han participado en el proceso de evaluación. Con este "certificado", según Iván Carvajal, director de acreditación del Conea, "los bachilleres podrían informarse sobre las evaluaciones que las universidades obtienen antes de inscribirse. No tomarían en cuenta a los centros que no tienen la acreditación". (SC)

DE CADA 10, SE APRUEBAN DOS

Oswaldo Carrillo, miembro de la Comisión Académica de Evaluación del Conesup, reconoce que el seguimiento que los organismos estatales hacen de las instituciones de educación superior es incompleto porque los recursos estatales asignados son insuficientes. Resalta que gran parte de la ayuda recibida proviene de las denuncias realizadas por personas particulares que se ven afectadas. A pesar de la rigurosidad empleada por el Conesup para emitir un informe que permita la aprobación de las universidades (de cada 10 universidades que presentan proyectos, se aprueban dos), Carrillo manifiesta que es indispensable emplear estándares de calificación sobre las líneas de desarrollo propios del país. Es decir, que las carreras se proyecten a cubrir las necesidades profesionales por regiones y no solo las de las ciudades.e

PUNTO DE VISTA

¿El futuro está hipotecado?

A los ojos del simple peatón, la creación de universidades se puede comparar con la aparición de centros comerciales o locales de venta de DVD.
De un año a otro, asimismo, desaparecen y los edificios donde funcionan se emplean para cualquier otra cosa. Como si nada, en esta época, surgen universidades tal cual una oferta competitiva dentro de un mercado restringido y con consumidores ansiosos de conseguir inmediatamente un empleo.
¿No existe un estudio de la realidad laboral para proyectar la preparación de profesionales? ¿Las cifras sobre la demanda de carreras corresponden a un estudio real de las condiciones, número y preparación de los futuros graduados? ¿El Ecuador piensa en las universidades como centros de pensamiento e investigación o solo como formadoras de mano de obra joven, medianamente capacitada o de ejércitos de desempleados?
El clientelismo político también cuenta: aprobar la creación de una universidad lleva a que los interesados acudan a los diputados como si se tratara de un favor. Entonces, entra a funcionar el palanqueo y queda a un lado el factor técnico y social.
Lo cierto es que en los últimos tiempos se ha perdido el horizonte del sentido histórico, social, académico y tecnológico de contar con buenas universidades en un país con carencias y con necesidades urgentes de desarrollar sus recursos humanos para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes. (OP) (Blanco y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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