Quito. 2 dic 96. El Plan de Reforma Estructural de la Universidad
Central es, aparentemente, la única tabla de salvación que le
queda a este centro de educación superior. "Es su carta de
presentación ante el Estado", opina Alberto Maldonado, decano de
la Facultad de Comunicación Social y coordinador del Foro de
Decanos y Subdecanos, que aglutina a las autoridades de once de
las quince facultades de la Central -incluido el rector y el
vicerrector-

Para elaborar el Plan aprobado por el Consejo Universitario
"participamos moros y cristianos, profesores y estudiantes. El
resultado fue el documento que abarca desde un diagnóstico de la
Universidad hasta 70 puntos que plantean alternativas de
solución", sostiene Maldonado.

Lo que ocurría en el pasado

El consenso se logró, según el coordinador, gracias a un cambio
en el fiel de la balanza. "En once de las quince facultades que
estaban bajo el poder del MPD, han sido nombrados decanos y
subdecanos que no obedecen a esa orientación".

"El Consejo Universitario funcionaba de conformidad con los
acuerdos de los partidos políticos hegemónicos, el MPD
principalmente. Lo controlaban a través del rector, vicerrector,
decanos, subdecanos. Cuando la Universidad empezó a caer en esta
crisis profunda y, sobre todo, cuando se produjo la agresión por
parte de la FEUE al Consejo Universitario, la gente comenzó a
reclamar un espacio de expresión. Decanos que estaban con ellos,
se indignaron al ver entrar una turba de gente armada, se provocó
una reacción de dignidad que determinó la inciativa de dos o tres
decanos para formar el foro". Ahora sesiona en la Unión Nacional
de Periodistas. Allá concurrieron los decanos de doce facultades,
constituyéndose, según fuentes del foro, en un apoyo "inesperado"
al rector que perdió el sostén de estudiantes y trabajadores.

"Un paro político"

Mientras tanto, para Alberto Maldonado, el paro que impide que
se aplique el Plan dentro de la Universidad, es político. "Antes
de que se produzca el paro, en la Universidad ya se sabía que los
trabajadores iban a realizar un movimiento para pedir la renuncia
del rector". "El pliego de peticiones de los trabajadores, tiene
algunas demandas lógicas, pero en el fondo, se trata de sacar a
Tiberio Jurado del rectorado", asegura Maldonado.

Los trabajadores tienen su propia versión, y acusan a las
autoridades de ser las responsables del caos institucional, al
no haber respondido por el destino del dinero de los
trabajadores, durante más de un año.
Pero, para los decanos y subdecanos que intentan rescatar el
proceso de reforma, el paro abona en su provecho. Es como la gota
que ha derramado el vaso y que ha convertido a los herejes del
cambio en impulsores de la reforma estructural.

El precio: la cabeza de Jurado

La cabeza de Tiberio Jurado es el único precio que los
trabajadores y empleados de la Central aceptarán a cambio de
deponer el paro que mantienen desde hace 3 semanas.

La Asociación de Empleados de la Universidad Central aglutina a
mil 450 empleados y trabajadores.

Según los dirigentes, el actual paro es la consecuencia de un
problema que se viene arrastrando desde hace un año y medio." Lo
que se está pidiendo al rector es la reforma a la ley civil y de
carrera administrativa, los ascensos a los empleados que merecen
puestos mejores, los reales fondos de cesantía para los empleados
a punto de la jubilación".

El paro no encuentra salidas. "No se ha planteado ninguna reunión
con el Rector ni con el Vicerrector, y nosotros", dicen los
dirigentes.

Claras diferencias internas, entre el mismo grupo de empleados
agudizan la crisis. Mercedes León de Vega, Presidenta de la
Asociación de Empleados y Trabajadores, fue acusada de "traidora"
y expulsada de la Asocación.

La violencia es otro ingrediente en este plato. Estudiantes y
miembros de la FEUE entraron el lunes pasado hasta el teatro
universitario -lugar que los empleados en paro utilizan para sus
asambleas-, "con garrotes y bombas lacrimógenas". La Asociación
acusa al grupo de haber lanzado al interior del teatro un cuarto
de taco de dinamita.

Ernesto Erazo, uno de los dirigentes del paro, tuvo que ser
hospitalizado, debido a la golpiza que recibió. Erazo acusa a
Geovanny Atarihuana, presidente de la FEUE, de la agresión.
"Levantar el paro depende, únicamente, del rector", dicen los
empleados. Ellos aseguran estar dispuestos a apoyar la reforma
universitaria y participar en ella, cuando se acepten sus
condiciones.

Estudiantes: ¿el poder del garrote?

Iván Ordoñez, dirigente de la FEUE de Quito, asegura que la
reforma de la Universidad es algo que ellos han estado impulsando
"desde siempre". Su apreciación sobre el proceso es, sin embargo,
bastante general. "Es difícil saber lo que se debería empezar
reformando", afirma Ordóñez.

Para el dirigente, la reforma estructural debe empezar con una
auditoría profesional a los docentes e incluir una redistribución
interna de la Central. "Pero no hay el dinero, ni recursos
necesarios para poder reformar, entonces el proceso se estanca
en lo teórico", afirma.

Sin embargo, solo la aprobación del primer punto (el pago de
aranceles) ocasionó una violenta reacción del sector estudiantil
organizado que se tomó las instalaciones del rectorado de la
Universidad por más de quince días. Ahora, los estudiantes
empujan la reapertura del centro de estudios, precisamente a
nombre de la reforma.

"La FEUE, en un principio estuvo de acuerdo con las peticiones
de los trabajadores. La situación política interna no es problema
de los empleados, solamente, sino de todos los estamentos de la
Universidad", dice Ordóñez. Sin embargo, el grupo estudiantil ha
retirado el apoyo a los trabajadores y ahora rechaza el paro.

!"Mujeres por la dignidad"

El "Frente de Mujeres por la Dignidad de la Universidad" agrupa
aproximadamente a trecientas mujeres, empleadas y trabajadoras
de la Central.

Ellas son parte de la Asociación de Trabajadores que mantiene el
paro en ese centro de estudios y, a partir de los últimos
acontecimientos ocurridos en la Central, visitan los medios de
comunicación para exponer sus puntos pero... tienen miedo. No
quieren que la prensa publique sus nombres, ni sus fotos sin
rostro, porque temen replesalias.

"Nos pueden reconocer por la ropa", dice una de ellas. El clima
de terror las ha contagiado. "Eso es una mafia. La FEUE ya ha
agredido a varios compañeros", afirman.

Sin embargo, su posición es firme. "Los trabajadores queremos la
salida del rector para moralizar la Universidad y no depondremos
el paro hasta que Tiberio Jurado no se vaya", afirman.

Para las participantes en el Frente de Mujeres, la reforma de la
Unversidad pasa por un cambio integral que incluye la remoción
de las actuales autoridades. "Estamos de acuerdo con la propuesta
de una auditoría, pero queremos una auditoría especial sobre la
compra de especies en la Universidad y sobre el manejo del Fondo
de Cesantía y de Jubilación y los millones de sucres que, por
matrículas maneja la FEUE", dicen.

Su paquete de denuncias incluye acusaciones de "malos tratos y
humillaciones a los empleados, especialmente a las mujeres" y
hasta acoso sexual.

El Frente -que, como última medida, ha acudido a instancias de
defensa de los Derechos Humanos- desligitima la posición del Foro
de Decanos y Subdecanos. "No todos ellos apoyan a las
autoridades. Los voceros se toman la palabra de todos, pero
varios decanos y grupos de estudiantes apoyan nuestra posición",
señalan. (DIARIO HOY) (P. 6-B y 7-B)
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