Quito. 26 nov 96. El Banco Central propuso una
gran reforma para ir a tono con el esquema que
se viene. La Superintendencia de Bancos pelea
por su autonomía.

La idea de aplicar la convertibilidad monetaria
tiene su propio frente interno: la serie de reformas
legales e institucionales para ponerla en ejecución
cuando finalmente llegue.

Hoy, tal como está estructurado el mando legal de
la política monetaria, y financiera en general, el
Estado ecuatoriano exhibe dos cabezas, que gozan
de relativa autonomía, aunque orgánicamente ambas
tienen varios vasos comunicantes. Se trata de la
Junta Monetaria (JM) y de la Junta Bancaria (JB).

Más allá de lo legal, los problemas empiezan con su
actual estructura de esos organismos. La JM tiene
cuatro miembros del Gobierno de turno (Ministro de
Finanzas más tres representantes del Presidente) y
tres del sector privado. Pero ese espacio de poder se
ha convertido, hoy, en el escenario donde chocan
fuertes intereses económicos de los sectores
llamados a ser vigilados por ese organismo.

Esta es la primera gran contradicción que el propio
Banco Central advierte en el borrador que puso en
manos del Presidente para reformar la actual Ley de
Régimen Monetario.

Al reconocer que el actual esquema de mando del
sistema está politizado, el BC recuerda que "ello
deviene principalmente del hecho de existir
representantes sectoriales en el órgano de
conducción del sistema monetario, que tiene
influencia en el Gobierno y superintendencia del
sistema financiero". La propuesta para cambiar la
situación es ciertamente audaz (razón por la que
hay fuerte oposición de algunos sectores del
Gobierno) y está sostenida en tres vértices.

Primero: se plantea quitar toda representatividad
directa del sector privado en la JM. En otras
palabras, se propone retirar, a los gremios de la
producción y a la banca privada, el privilegio de
poner tres de los siete vocales en la JM.

Segundo: se plantea otorgar al Poder Ejecutivo
(vale decir, el Gobierno central) la capacidad de
colocar a todos los miembros de la JM -incluidos
Presidente y Vicepresidente-, pero sus miembros
no estarían ligados, directa o indirectamente, al
Gobierno.

Tercero: los miembros de la JM tendrán un alto
perfil técnico (trabajarán a tiempo completo,
tendrán al menos 10 años de experiencia, etc.),
con lo cual se dejará de lado el perfil político de
un cargo eminentemente, operativo y de control,
como se aspira que sea la nueva JM.

El segundo gran obstáculo de la actual estructura
de mando del sistema financiero y monetario
ecuatoriano es su dispersión institucional, que le
genera al país altos costos y frágiles sistemas de
control.

El borrador que está en manos del Presidente
señala que, "según la Constitución y las leyes
aplicables, el poder de conducción y ejecución de
la política monetaria y el poder de policía sobre
las instituciones del sector financiero está
distribuido entre diferentes organismos, la Junta
Monetaria, el Banco Central, la Superintendencia
de Bancos y la Junta Bancaria". Esta situación,
"sin duda conspira contra una regulación apropiada
que contribuya a disminuir los costos del sistema
financiero".

La salida legal e institucional que propone el Banco
Central -a la cual han comenzado a oponerse altos
funcionarios de la Superintendencia de Bancos-
pasa por el fortalecimiento de la Junta Monetaria
como órgano de ejecución y control, por la
ampliación de las funciones del Banco Central
como organismo ejecutor, y por la integración de
la Superintendencia de Bancos bajo el paraguas de
la JM en materia de control del sistema financiero
y bancario.

En el papel, esta sugerencia asoma como una
verdadera revolución. Aunque no está claro todavía
el punto de vista final del Presidente de la República
al respecto."El, seguramente, está evaluando el
componente político de esta propuesta audaz
formulada por el Banco Central. Además, hay que
tener en cuenta que para su puesta en vigencia se
requieren reformas constitucionales", comenta una
fuente familiarizada con las negociaciones.

Lo preocupante: entre el viernes pasado y ayer, el
Gobierno dio muestras de querer cambiar algunas
ideas del Banco Central.

Un diagnóstico bastante punzante...

Si algún organismo tiene clara la película sobre el
sistema financiero y monetario del país, ese es el
Banco Central (BC).

Sus propuestas para reformas las leyes de Régimen
Monetario y de Instituciones Financieras, se sustentan
en un diagnóstico punzante del sector. El BC destaca
algunos elementos característicos del sistema, pero
los más sobresalientes son:

1.- Alto nivel de concentración: "Las diez mayores
instituciones financieras, por volumen, concentran
alrededor del setenta y cinco por ciento de los
activos, contingentes, pasivos y patrimonio del
total del sistema".

2.- Mucha promiscuidad: "De acuerdo a la
organización institucional de la JM, se trata de un
organismo colegiado del que participa un ministro
del Gabinete nacional, tres vocales designados por
el Presidente de la República y tres representantes
del sector privado. Con estas características será
difícil que la JM se aboque exclusivamente a su
tarea de conducir la política en lo relativo a la
moneda nacional (...) Debe resultar muy
complicado el mantenimiento de la
confidencialidad de la información reservada a la
que se accede a dicho órgano, que resulta esencial
para el mantenimiento de su tarea". (FUENTE:
EL COMERCIO)
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