A la hora de inventariar las orejas cortadas en la tarde de ayer nos encontramos con el solitario apéndice obtenido por David Fandila "El Fandi" tras la lidia del cuarto de la tarde. Sin embargo, el recuento no refleja el curso que tuvo el quinto festejo del abono, pues se vivieron varios pasajes de interés, espectáculo y emoción.
La juvenil terna española que conformaron "El Fandi", César Jiménez y Manzanares, lidió un encierro de Mirafuente de desigual presentación y dispareja bravura; la variedad, entonces, se manifestó en el peso de los toros, en el color de sus pelajes y en los niveles de raza, toros de importante comportamiento fueron sucedidos por otros mansos y deslucidos. Se destacaron con diferencia los corridos en primer lugar, Codicioso y Repetidor, infelizmente malogrado al iniciar la faena de muleta, y el voluminoso y bravo cuarto, los dos del lote de "El Fandi". La contracara de la bravura fueron el sexto, segundo de Manzanares, manso que huyó de los picadores y fue devuelto a los corrales, y el sexto, bis o sobrero, con el hierro de Carlos Manuel Cobo, un toraco cinqueño de muy mal estilo.
David Fandila, de rosa y oro, se esforzó por sacarle máximo provecho a su único contrato en la Feria. Con el primero la variedad del toreo de capote se hizo presente con chicuelinas y tafalleras, el pronto galopar de la res de Mirafuente posibilitó que el diestro exhibiera sus facultades al prender tres pares de banderillas, uno de ellos al violín; el auspicioso juego de Reservado de 450 kilos, ilusionó a todos, una fractura de la mano izquierda de la res obligó al "El Fandi" a abreviar el trasteo y cobrar con rapidez una estocada de rápido efecto; al final, palmas compartidas entre toro y torero. El cuarto, Alunado de 600 kilos, la receta de Fandila consumó su preparación, con la vistosa sazón de chicuelinas de mano baja a la hora del quite, tres pares de banderillas, y varias series de muletazos por el pitón derecho, colofonadas con una estocada que determinó el corte de la única oreja.
César Jiménez, de blanco y oro, no logró acoplarse con Anarquista, de 542 kilos, un toro que se paró pronto, y solo permitió contados muletazos de rodillas y derechazos cerca de las tabla. Con el quinto, Liberto, de 544 kilos, el torero logró encontrar el fondo de bravura en el que basó cuartro series de derechazos que le valieron una ovación final.
El joven Manzanares, berenjena y oro, efectuó una exposición de motivos que merece reconocmiento, con Zurcidor, de 461 kilos, estructuró una faena inteligente y medida, despaciosamenmte ejecutada y cargada de asiento y torería; tras un decidido espadazo, el toro tardó en doblar perdiéndose un eventual trofeo. La firmeza se repitió con el sobrero que lidió, Guardabosques, de 555 kilos, manso y descompuesto, los intentos constantes de meterlo en la muleta evidenciaron el fondo de afición de este torero de gran proyección, mató con arrojó y la ovación se repitió.


El espectáculo de David Fandila

La mayoría de toreros contratados para la Feria de Quito cumplirán una sola presentación. En esa lógica, los toreros salen al ruedo "va por todas", en una suerte de cara o sello que no admite segundas oportunidades. "El Fandi" buscó el triufo de manera tesonera. Toreó de capote con variedad, prendió banderillas de manera espectacular, manejó la muleta con técnica y valor y mató con suficiencia, sin embargo, para muchos su labor estuvo sobrecargada de alardes y adornos, pese a ello escuchó ovaciones.


DESDE EL BURLADERO

Con los tendidos casi llenos de aficionados, en tarde soleada y ventosa, se cumplió la quinta corrida de Feria, en la que los matadores de toros no lograron triunfar pese a que demostraron disposición y entrega durante todo el festejo. Solo "El Fandi" logró cortar una oreja.
El querido y popular banderillero nacional Neptalí Casa "El Tortuga" tiene un heredero taurino, se trata de su hijo Gabriel, que actúa con gran suceso en la feria del presente año. Pese a su juventud y poca experiencia, coloca las banderillas con gran facilidad y precisión.
Las cuadrillas cumplieron una correcta presentación en la corrida de ayer. El subalterno español Juan Rivera se lució en la brega, en varas Hernán Tapia y con los palitroques el "Tortuga", una vez más, y Eduardo Cevallos.
A diferencia de lo que sucedió el martes, la de ayer fue una tarde calurosa y soleada, los sombreros, los lentes para el sol y la ropa ligera dieron colorido a los tendidos y en el callejón.
La reina de Quito, la preciosa Lorena Maldonado, al fin llegó puntual a la plaza de toros y permaneció en ella hasta el término de la corrida. El entusiasmo de la soberana fue evidente a la hora en que "El Fandi" banderillaba a sus toros.
El torilero de la plaza no falla una, se fotografía en el ruedo con cada matador que llega a dar vuelta al ruedo.


La fiesta de los toros continúa en La Cantera

El 4 y 5 de diciembre, luego de la Feria Jesús del Gran Poder, los taurinos "se citan"

Los aficionados taurinos ahora tienen una alternativa para continuar con el festejo, la plaza de toros La Cantera, ubicada en la vía a la Mitad del Mundo, en el sector de Pomasqui, cerca de Cemexpo.
El 4 y 5 de diciembre a las 18:00 habrá cuatro reses de casta para cuatro diestros del toreo: Paco Barona, de Ecuador; Gregorio Taulure, de Francia; "El Calesero", México, y el rejoneador Sebastián Guarderas, de Ecuador. El ganado corresponde a la divisa de Vista Alegre.
"El Calesero" es el director de la Escuela Taurina de Guadalajara, en la que se ha preparado en los últimos tiempos el ecuatoriano Diego Rivas, que hoy toma la alternativa como matador de toros de manos del maestro Enrique Ponce y que tendrá como testigo al coleta español César Jiménez.
El 5 de diciembre, a las 17:00, se efectuará una gran final en La Cantera para el remate de feria. Habrá vaquillas cada media hora, además orquesta, disco móvil, shows y fuegos artificiales.
La mejor manera de terminar los festejos por los 469 años de fundación española de Quito será pasando en un sitio en el que el aficionado taurino encontrará un ambiente de camaradería y hermosos paisajes, como los que se ubican en la zona cercana a la Mitad del Mundo. (XP)


Aporreado, pero feliz luce Guillermo Albán

El torero ecuatoriano tardó media hora en salir de la plaza por la euforia del público

De sus cautivantes ojos verdes no se desprendía la chispa de la satisfacción. "Hubo muchos cuestionamientos alrededor de mi contratación, pero demostré con argumentos que merecía un puesto en la Feria de Quito", declaró Guillermo Albán, horas después de su actuación en la Feria Jesús del Gran Poder.
El matador se mostró feliz por su actuación, pese al percance que sufrió. "Los dolores los sentiré luego, pero estoy feliz con lo que hice", añadió. Se mandó a confeccionar el traje Nazareno y oro que lo estrenó el martes, "la ocasión lo ameritaba". (MCA)

EXPLORED
en Ciudad Quito

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