Quito.11.01.94. El cáncer, una de las enfermedades más complejas
de los seres humanos, ha sido enfrentado desde diversas
disciplinas científicos. Siempre ha despertado el interés por
parte de los investigadores por el sinnúmero de complicados
mecanismos que lo determinan.

En los últimos años, la genética ha dado varios aportes para la
comprensión de su origen y evolución, por lo que científicos de
esta disciplina, han sido galardonados con el premio Nobel por
sus investigaciones sobre esta enfermedad que continúa
produciendo dolor, sufrimiento y muerte de miles de personas en
el mundo.

El nombre de cáncer proviene de la forma como invade los tejidos
vecinos, con un cuerpo central y sus prolongaciones a modo de
patas de cangrejo. Al cáncer se lo conoce desde el origen mismo
del hombre. Ha estado rodeado de misterios, divinidades y
castigos, hasta que en la actualidad, la ciencia lo estudia con
técnicas sofisticadas y complejas, como la biología celular y la
ingeniería genética tanto que sus mecanismos exactos de inicio
están siendo descubiertos vertiginosamente.

En este desentrañar de los misterios subcelulares del cáncer, la
genética ha jugado y juega un papel crucial. A medida que las
sociedades se modernizan, los sistemas de vida mejoran y el
envejecimiento humano se hace más tardío, el cáncer aumenta en
las poblaciones. En el Ecuador esa afección es muy frecuente, y
constituye la tercera causa de enfermedad y muerte en los
individuos.

Relación con la herencia

Al investigar la clínica y la genética molecular de al menos
cinco grupos de cáncer, en los últimos años se han concluido
puntos interesantes sobre las implicaciones del material de la
herencia (ADN o los genes) en el origen del cáncer. Así, se ha
llegado a plantear que muchos de los cánceres conocidos podrían
ser de origen hereditario. Estos grupos de cánceres que
despiertan mucho interés a los investigadores son los siguientes:

- Cánceres que aparecen desde el nacimiento, como por ejemplo el
tumor de Wilms que es un cáncer del riñón; algunos tipos de
leucemias, tenatomas, etc. Para los genetistas el estudiar estos
cánceres congénitos significó, que el material de la herencia
juega un papel clave en el origen del cáncer. Posiblemente los
padres, a través de sus células sexuales (espermatozoides y
óvulos) transmiten características hereditarias aberrantes al
feto y este desarrolla cáncer muy tempranamente: nace con él.

- Cánceres con acumulación familiar, es decir familias cuyos
miembros presentan varios casos de cáncer de diferentes tipos.
En una misma familia se puede encontrar individuos con cáncer de
estómago, con cáncer de mama, de útero o de piel. A esta forma de
presentación del cáncer se la conoce en genética como familias
con cáncer. Esto significa que la familia entera presenta una
predisposición genética y en muchos casos étnica para desarrollar
cualquier cáncer. En su información hereditaria hay genes que
pueden transformar las células normales en malignas.

- Otro grupo estudiado, fue el de familias cuyos padres
transmiten directamente a sus hijos el mismo tipo de cáncer. Al
aplicar las leyes de la herencia que postuló Gregorio Mendel se
vio que el cáncer podía transmitirse hereditariamente en tres
clásicas alternativas genealógicas: de forma vertical
(dominante), en forma horizontal (recesiva) o de mujeres a sus
hijos varones (ligada al sexo)

- Los genetistas investigaron también otros tipos de cáncer, que
presentan individuos con enfermedades en sus genes, como son
ciertos tipos de anemias (fancon) y afecciones de la piel
(xeroderma pigmentoso, bloom); grupos de enfermos que tienen
mayor riesgo de desarrollar cáncer, posiblemente porque en los
afectos de estos problemas existen alteraciones del material
hereditario que no permiten corregir los daños del mismo. Al no
poder reparar el daño de ADN (genes), este cambia o muta y se
activan los genes del cáncer.

- Se observó también que el cáncer se produce en individuos que
presentan ganancias o pérdidas del material hereditario, material
condensado en corpúsculos del núcleo celular y que se llaman
cromosomas. Por ejemplo, los individuos con síndrome de down o
mongolismo que presentan material hereditario extra (47
cromosomas en lugar de 46 que es lo normal en una persona),
pueden desarrollar cáncer de la sangre (leucemia).

Papel de los oncogenes

Con los conocimientos acumulados por los genetistas se concluyó
que el origen del cáncer en algún punto debía estar en el
material de la herencia y podía transmitirse familiarmente.

Hasta la fecha se conocen unas 4.344 enfermedades de origen
genético (producidas por daño en el ADN, es decir en un pedazo
del material de la herencia o genes de los individuos). De todas
estas 338 (8 por ciento) corresponde a cánceres.

A partir de las enfermedades genéticas conocidas, las
investigaciones para ubicar la totalidad de genes de los
individuos (proyecto genoma humano), han logrado encontrar unos
mil genes causantes de enfermedades. Y a 85 de estos genes les
señalaron como los causantes de algunos cánceres. Estos serían
por ahora tan solo el 25 por ciento de los genes que existirían
en la totalidad del material de la herencia de los individuos y
que producirán cáncer. Estos genes que llevan el cáncer y que se
transmiten de padres a hijos se llaman oncogenes (onco= cáncer,
gen- material de la herencia). Se sabe que estos oncogenes son
los causantes de producir proteínas anormales, alternar las
células y malignizarlas. A través de la activación de los
oncogenes, las células pierden el control, cambian en su forma y
comportamiento, se diseminan (metástasis) e invaden a otros
tejidos, en suma se convierten en células y malignizarlas.

Todos tenemos oncogenes, pero solo algunos de nosotros
desarrollamos cáncer, posiblemente por influencias de otros genes
(familias con cáncer): por influencias de la información genética
en el óvulo o en el espermatozoide (cáncer congénito): por
transmisión hereditaria directa (cáncer familiar): porque existe
un aumento de la dosis del oncogen (mongolismo), o porque los
oncogenes se activan en presencia de factores ambientales
(químicos, radiaciones, virus, etc).

Al investigar los oncogenes se descubrió que existen otros genes
encargados de bloquear su actividad, a estos se los llamó
anti-oncogenes.

¿Una vacuna?

Los genetistas estamos empeñados en descifrar el origen del
cáncer, y así elaborar una vacuna contra el oncogen, o fabricar,
mediante ingeniería genética anti -oncogenes. Así se combatiría
definitivamente el cáncer.

Este sueño que parecía muy lejano parece alcanzarse, pues
actualmente se planifica cambiar células malas por buenas, genes
malos por buenos, es decir iniciar la terapia genética.

Se pretende introducir el gen "bueno", para que bloquee al
oncogen (gen "malo") o active al anti-oncogen. Esto se ha logrado
utilizando como vehículo de transporte del gen "bueno", a virus
atenuados (bajos en su virulencia). El gen introducido por esta
vía produce su afecto anticanceroso, sin que el virus haga daño a
las células.

Entre los cánceres candidatos para la terapia genética están por
el momento, un tipo de leucemia y un tipo de tumor del sistema
nervioso (neuroblastoma). Sin embargo, este propósito aún es
complicado, pero ya se han dado pasos importantes.

Los cánceres aquí

En el Ecuador los cánceres más frecuentes en adultos, muchos de
ellos posiblemente de origen hereditario, involucran el estómago,
piel, mama, útero, próstata. En los niños son frecuentes las
leucemias.

Decir que el cáncer es hereditario significa que, si alguno de
nuestros familiares ha tenido o tiene cáncer nosotros tenemos
mayor riesgo de desarrollar sino el mismo, otro tipo de cáncer.

El riesgo en ese tipo de familias es del 6 por ciento.

Es un riesgo alto si consideramos por ejemplo que la probabilidad
de desarrollar una leucemia es del 0,3 por ciento para cualquier
individuo en la población general.

Según el tipo de cáncer, los parientes de primer grado (hermanos
e hijos) tiene hasta un 83 por ciento de riesgo de desarrollo;
los parientes de segundo grado (tíos) presentan un riesgo de 67
por ciento y los parientes de tercer grado (primos) un 60 por
ciento. Pero esto no es tan simple, pues estas cifras indican
únicamente el riesgo. De ninguna manera podemos aseverar que una
persona desarrollará cáncer. Hablamos entonces de probabilidades
y es aquí donde la genética tiene la palabra y de ahí se
desprende su ación preventiva.

¿Qué podemos hacer entonces frente al mayor riesgo de desarrollar
cáncer? En el Ecuador a través de los datos estadísticos se
conoce cuales son los cánceres más frecuentes, esto permite de
alguna manera saber cuál es la población de riesgo. Así, si en
nuestra familia existe una historia de personas con cáncer de
mama y estamos entre los 35 y 40 años, deberemos pedir
asesoramiento genético y realizar un control periódico
especializado.

De igual manera con el cáncer de estómago para el que los
especialistas recomiendan una endoscopia digestiva anual, o con
el cáncer del cuello uterino, para el cual se recomienda el
pap-test anual.

En los casos de genealogías con datos positivos para cáncer, la
genética médica es de gran ayuda, pues confecciona historias
familiares adecuadas e informativas; calcula riesgos de
desarrollar el cáncer; hace estudios cromosómicos en población
susceptible y asesora en los nuevos avances investigativos.

Algunas de nuestras investigaciones están encaminadas a detectar
mediante análisis del material de la herencia, poblaciones en
riesgo de desarrollar cáncer, encontrar alteraciones cromosómicas
típicas para cada cáncer y evaluar qué oncogen está activo.

La genética con estos datos en lo futuro logrará conformar un
perfil personal, familiar y poblacional de posibles cánceres a
desarrollar; de los oncogenes a controlar y de una anhelada
vacuna genética contra el cáncer.

Futuro prometedor

Aunque para el futuro las investigaciones en genética del cáncer
son muy prometedoras e innovadoras, el asunto de la terapia
definitiva del cáncer tendrá que esperar un tiempo, pues existen
aún algunos misterios por resolver. Por ejemplo, parece ser que
no solo un oncogen sería el responsable de un cáncer, lo que
significa que de existir una vacuna efectiva contra el oncogen
deberá ser polivalente, situación aún difícil ya que un mismo
oncogen puede estar implicado en dos o tres cánceres.

Los genetistas no logran todavía controlar satisfactoriamente el
ingreso del gen "bueno" (que es extraño para el ser humano)
introducido a través del virus vector, tampoco se conoce en qué
momento se debe realizar la introducción de este gen "bueno" y
qué vía es la más adecuada para bloquear el encogen.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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