Quito. 09.11.94. Uno de las mayores posibilidades expansivas
dentro del área turística es el llamado "turismo juvenil",
caracterizado por agrupar a una gran parte de estudiantes
(generalmente universitarios) de los países del primer mundo.
En Europa, por ejemplo, el turismo juvenil ocupa el segundo rubro
de ganancias turísticas, no precisamente porque las tarifas de
transporte y habitación sean altas, sino porque hay una gran
cantidad de estudiantes recorriendo el viejo continente, cada
verano.
El perfil del turista juvenil debería ser esencialmente atractivo
para las empresas turísticas. Se trata de jóvenes cultos,
protectores de la naturaleza (el turista juvenil es en general
ecologista), tienen un presupuesto de viajes limitado y sin
embargo se esfuerzan por visitar todos y cada uno de los sitios
de importancia en el país que visitan.
El Ecuador, a pesar de tener suficientes atractivos para este
tipo de turista, es considerado como uno de los países más caros
e inaccesibles para el turismo juvenil. ¿Por qué?
El primer obstáculo: el hospedaje
Las tarifas hoteleras no ofrecen incentivos para los jóvenes
turistas y el sistema de albergues juveniles, tan famosos en
Europa, aquí no tiene la fuerza necesaria.
Los albergues juveniles se definen como un centro de hospedaje,
apoyo y guía para estudiantes, un lugar donde se promueven
excursiones turísticas, convivencias y programas especiales para
integrar a los jóvenes a la cultura de cada localidad.
Una turista de 20 años nos cuenta que, lo fundamental de los
albergues juveniles es poder compartir con gente diversa y sobre
todo contar con el apoyo y la hospitalidad de la gente de la
ciudad que visitan.
En la ciudad de Quito existen dos albergues juveniles (youth
hostelling), ubicados en el sector de la Mariscal, que presentan
algunas de las condiciones que requiere el turismo juvenil.
El primero, ubicado en la calle Pinto y Reina Victoria, pertenece
a la Asociación Internacional de Turismo Juvenil, tiene una
tarifa de 6 dólares por noche y desayuno. Tiene una capacidad
para 72 personas y -según afirma el administrador- ofrece
excursiones y guías para grupos de turismo juvenil. Todavía no
exige el carné de la asociación.
El segundo, ubicado en la 9 de Octubre Jorge Washington, tiene
más o menos las características de un albergue juvenil. Su tarifa
va desde 13.000 sucres con desayuno, de acuerdo al tipo de
habitación requerida, hasta 23.000 si se trata de una habitación
con cama matrimonial. Tiene capacidad para 35 personas máximo. Y,
es más flexible respecto a la edad y características del turista.
La administradora no precisó la clase de guía u orientación
turística que ofrecen.
Sin embargo, los dos llegan a copar hasta la mitad de su
capacidad en temporada alta, es decir los meses de mayo, junio,
julio y agosto.
En cuanto a otras posibilidades de hospedaje, la situación cambia
radicalmente. En una encuesta hecha a 17 hoteles en Quito, de
mediana categoría y cercanos a centros turísticos, sólo 4 dicen
tener tarifas estudiantiles, si exigen los requisitos de
documentación y el carné internacional.
El descuento, en todo caso, no supera el 20 por ciento. Además,
las tarifas son altas incluso en relación a otros países
europeos. Van de 23.000 a 90.000 sucres incluido el descuento.
La mayoría de hoteles y residencias sólo ofrecen descuentos para
estadías largas o grupos turísticos definidos.
En cuanto a otras ciudades turísticamente importantes del país,
no existe ninguna facilidad para los jóvenes. Encuestas
realizadas a los principales hoteles de Ibarra, Lago Agrio, Coca,
Puyo y Esmeraldas revelan que esta categoría: turista juvenil no
existe.
Sólo un hotel en Esmeraldas dijo que, de acuerdo al tiempo y
número de personas podía ofrecer un descuento no mayor al 20 por
ciento.
En cuanto a Guayaquil y Cuenca, de 10 hoteles encuestados en las
dos ciudades, sólo un hotel en Guayaquil consideró la posibilidad
de ofrecer tarifas estudiantiles.
El problema del transporte
Los turistas juveniles usan el transporte urbano en los países
que visitan. Si comparamos nuestro sistema con el europeo, hay
diferencias sustanciales, por ejemplo en Italia existe una tarifa
estudiantil para recorrer Venecia, lo mismo ocurre en Austria y,
el sistema de trenes transalpino ofrece 30 por ciento de
descuento en todas las rutas a cualquier lugar de Europa.
Mientras tanto, en el Ecuador, el mayor impedimento que tienen
los turistas juveniles es el transporte: literalmente no existe
un sistema de transporte apropiado y barato para este tipo de
turismo.
También falta información por eso, no es casualidad ver perdidos
a los "mochileros" en la ciudad. Varios jóvenes turistas
encuestados se quejaron del servicio que presta el transporte
urbano: "no podemos saber qué línea tomar, a dónde nos lleva,
dónde podemos cambiar de rumbo, y no ofrece seguridad para
nuestros objetos de valor".
En nuestro país, hay quejas constantes de abusos a turistas que
utilizan el transporte interprovincial que son esencialmente
jóvenes. Diez jóvenes norteamericanos se quejaron de que la
tarifa de Quito a Ibarra, que suele no pasar de 3.500 sucres la
incrementan hasta 5.000 (por tratarse de extranjeros) en el mejor
de los casos.
En cuanto a transporte aéreo, la situación se complica. En rutas
nacionales, se cobra el doble de la tarifa regular a los turistas
extranjeros, no existe descuento para estudiantes. El transporte
para estudiantes con bajo presupuesto resultaría así muy oneroso.
El panorama no parece muy alentador, las facilidades para los
jóvenes que hacen turismo se complican aún más, cuando no se les
ofrece la posibilidad de hacer turismo individual y no en grupo.
En su mayoría, los turistas jóvenes prefieren un recorrido
indeterminado, cambiante, tienden a no sujetarse a guías
turísticos o agencias de viajes, para ello requieren de
información, de orientación. Según dos jóvenes turistas europeos:
"los ecuatorianos son muy amables, pero no dan buena información
sobre los lugares más importantes de su país y tampoco de comida
o lugares económicos donde comprar".
El desarrollo del turismo juvenil podría ser alentador si
existieran incentivos lo que permitiría incrementar en gran
medida el número de visitantes estudiantiles en el país por lo
menos en un 30 por ciento, según un promotor turístico europeo.
Pero, es un incremento que responderá sólo a otras condiciones de
información, infraestructura y facilidades aún inexploradas para
los jóvenes del primer mundo que emplean la mayor parte de sus
ingresos en viajar.
NO SOLO DE ALBERGUES VIVE EL JOVEN
En el Ecuador existen 19 albergues juveniles afiliados a la
Asociación Ecuatoriana de Albergues (AEA) y a su vez a la
Federación Internacional de Albergues (IYHF). Los precios de este
tipo de alojamiento oscilan entre los 4 y 13 dólares por noche y
desayuno. Están ubicados en las ciudades importantes y en los
destinos turísticos de mayor interés como Quito, Guayaquil,
Cuenca, Vilcabamba, Baños, Manta, etc.
El servicio que prestan varía de acuerdo a su categoría pero en
general dan a los jóvenes un lugar para dormir, desayunar y
conocer a otras personas de su edad.
La AEA concede además el carnet de alberguista que permite
obtener rebajas en los servicios que prestan los albergues y
tiene un costo de 12 dólares.
El Presidente de la AEA, Luis Tróccoli considera que el Ecuador
tiene un gran potencial en cuanto a turismo juvenil se refiere,
"el país podría recibir anualmente por lo menos 250 mil turistas
jóvenes entre los 20 y 30 años", asegura.
La red de albergues de esta organización puede solucionar en gran
parte el problema del hospedaje, pero el joven turista necesita
muchos otros incentivos para venir al país. Luis Trócolli plantea
la inexistencia de una política de promoción del turismo juvenil.
Los principales problemas para el desarrollo de esta actividad
están relacionados a la falta de un sistema de tarifas, en todos
los servicios turísticos que privilegien a los jóvenes
Fuente: Asociación Ecuatoriana de Albergues (REVISTA CRUCERO)
(P4-5)
dentro del área turística es el llamado "turismo juvenil",
caracterizado por agrupar a una gran parte de estudiantes
(generalmente universitarios) de los países del primer mundo.
En Europa, por ejemplo, el turismo juvenil ocupa el segundo rubro
de ganancias turísticas, no precisamente porque las tarifas de
transporte y habitación sean altas, sino porque hay una gran
cantidad de estudiantes recorriendo el viejo continente, cada
verano.
El perfil del turista juvenil debería ser esencialmente atractivo
para las empresas turísticas. Se trata de jóvenes cultos,
protectores de la naturaleza (el turista juvenil es en general
ecologista), tienen un presupuesto de viajes limitado y sin
embargo se esfuerzan por visitar todos y cada uno de los sitios
de importancia en el país que visitan.
El Ecuador, a pesar de tener suficientes atractivos para este
tipo de turista, es considerado como uno de los países más caros
e inaccesibles para el turismo juvenil. ¿Por qué?
El primer obstáculo: el hospedaje
Las tarifas hoteleras no ofrecen incentivos para los jóvenes
turistas y el sistema de albergues juveniles, tan famosos en
Europa, aquí no tiene la fuerza necesaria.
Los albergues juveniles se definen como un centro de hospedaje,
apoyo y guía para estudiantes, un lugar donde se promueven
excursiones turísticas, convivencias y programas especiales para
integrar a los jóvenes a la cultura de cada localidad.
Una turista de 20 años nos cuenta que, lo fundamental de los
albergues juveniles es poder compartir con gente diversa y sobre
todo contar con el apoyo y la hospitalidad de la gente de la
ciudad que visitan.
En la ciudad de Quito existen dos albergues juveniles (youth
hostelling), ubicados en el sector de la Mariscal, que presentan
algunas de las condiciones que requiere el turismo juvenil.
El primero, ubicado en la calle Pinto y Reina Victoria, pertenece
a la Asociación Internacional de Turismo Juvenil, tiene una
tarifa de 6 dólares por noche y desayuno. Tiene una capacidad
para 72 personas y -según afirma el administrador- ofrece
excursiones y guías para grupos de turismo juvenil. Todavía no
exige el carné de la asociación.
El segundo, ubicado en la 9 de Octubre Jorge Washington, tiene
más o menos las características de un albergue juvenil. Su tarifa
va desde 13.000 sucres con desayuno, de acuerdo al tipo de
habitación requerida, hasta 23.000 si se trata de una habitación
con cama matrimonial. Tiene capacidad para 35 personas máximo. Y,
es más flexible respecto a la edad y características del turista.
La administradora no precisó la clase de guía u orientación
turística que ofrecen.
Sin embargo, los dos llegan a copar hasta la mitad de su
capacidad en temporada alta, es decir los meses de mayo, junio,
julio y agosto.
En cuanto a otras posibilidades de hospedaje, la situación cambia
radicalmente. En una encuesta hecha a 17 hoteles en Quito, de
mediana categoría y cercanos a centros turísticos, sólo 4 dicen
tener tarifas estudiantiles, si exigen los requisitos de
documentación y el carné internacional.
El descuento, en todo caso, no supera el 20 por ciento. Además,
las tarifas son altas incluso en relación a otros países
europeos. Van de 23.000 a 90.000 sucres incluido el descuento.
La mayoría de hoteles y residencias sólo ofrecen descuentos para
estadías largas o grupos turísticos definidos.
En cuanto a otras ciudades turísticamente importantes del país,
no existe ninguna facilidad para los jóvenes. Encuestas
realizadas a los principales hoteles de Ibarra, Lago Agrio, Coca,
Puyo y Esmeraldas revelan que esta categoría: turista juvenil no
existe.
Sólo un hotel en Esmeraldas dijo que, de acuerdo al tiempo y
número de personas podía ofrecer un descuento no mayor al 20 por
ciento.
En cuanto a Guayaquil y Cuenca, de 10 hoteles encuestados en las
dos ciudades, sólo un hotel en Guayaquil consideró la posibilidad
de ofrecer tarifas estudiantiles.
El problema del transporte
Los turistas juveniles usan el transporte urbano en los países
que visitan. Si comparamos nuestro sistema con el europeo, hay
diferencias sustanciales, por ejemplo en Italia existe una tarifa
estudiantil para recorrer Venecia, lo mismo ocurre en Austria y,
el sistema de trenes transalpino ofrece 30 por ciento de
descuento en todas las rutas a cualquier lugar de Europa.
Mientras tanto, en el Ecuador, el mayor impedimento que tienen
los turistas juveniles es el transporte: literalmente no existe
un sistema de transporte apropiado y barato para este tipo de
turismo.
También falta información por eso, no es casualidad ver perdidos
a los "mochileros" en la ciudad. Varios jóvenes turistas
encuestados se quejaron del servicio que presta el transporte
urbano: "no podemos saber qué línea tomar, a dónde nos lleva,
dónde podemos cambiar de rumbo, y no ofrece seguridad para
nuestros objetos de valor".
En nuestro país, hay quejas constantes de abusos a turistas que
utilizan el transporte interprovincial que son esencialmente
jóvenes. Diez jóvenes norteamericanos se quejaron de que la
tarifa de Quito a Ibarra, que suele no pasar de 3.500 sucres la
incrementan hasta 5.000 (por tratarse de extranjeros) en el mejor
de los casos.
En cuanto a transporte aéreo, la situación se complica. En rutas
nacionales, se cobra el doble de la tarifa regular a los turistas
extranjeros, no existe descuento para estudiantes. El transporte
para estudiantes con bajo presupuesto resultaría así muy oneroso.
El panorama no parece muy alentador, las facilidades para los
jóvenes que hacen turismo se complican aún más, cuando no se les
ofrece la posibilidad de hacer turismo individual y no en grupo.
En su mayoría, los turistas jóvenes prefieren un recorrido
indeterminado, cambiante, tienden a no sujetarse a guías
turísticos o agencias de viajes, para ello requieren de
información, de orientación. Según dos jóvenes turistas europeos:
"los ecuatorianos son muy amables, pero no dan buena información
sobre los lugares más importantes de su país y tampoco de comida
o lugares económicos donde comprar".
El desarrollo del turismo juvenil podría ser alentador si
existieran incentivos lo que permitiría incrementar en gran
medida el número de visitantes estudiantiles en el país por lo
menos en un 30 por ciento, según un promotor turístico europeo.
Pero, es un incremento que responderá sólo a otras condiciones de
información, infraestructura y facilidades aún inexploradas para
los jóvenes del primer mundo que emplean la mayor parte de sus
ingresos en viajar.
NO SOLO DE ALBERGUES VIVE EL JOVEN
En el Ecuador existen 19 albergues juveniles afiliados a la
Asociación Ecuatoriana de Albergues (AEA) y a su vez a la
Federación Internacional de Albergues (IYHF). Los precios de este
tipo de alojamiento oscilan entre los 4 y 13 dólares por noche y
desayuno. Están ubicados en las ciudades importantes y en los
destinos turísticos de mayor interés como Quito, Guayaquil,
Cuenca, Vilcabamba, Baños, Manta, etc.
El servicio que prestan varía de acuerdo a su categoría pero en
general dan a los jóvenes un lugar para dormir, desayunar y
conocer a otras personas de su edad.
La AEA concede además el carnet de alberguista que permite
obtener rebajas en los servicios que prestan los albergues y
tiene un costo de 12 dólares.
El Presidente de la AEA, Luis Tróccoli considera que el Ecuador
tiene un gran potencial en cuanto a turismo juvenil se refiere,
"el país podría recibir anualmente por lo menos 250 mil turistas
jóvenes entre los 20 y 30 años", asegura.
La red de albergues de esta organización puede solucionar en gran
parte el problema del hospedaje, pero el joven turista necesita
muchos otros incentivos para venir al país. Luis Trócolli plantea
la inexistencia de una política de promoción del turismo juvenil.
Los principales problemas para el desarrollo de esta actividad
están relacionados a la falta de un sistema de tarifas, en todos
los servicios turísticos que privilegien a los jóvenes
Fuente: Asociación Ecuatoriana de Albergues (REVISTA CRUCERO)
(P4-5)
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