Quito. 08 feb 2000. El precio que reciben las comunidades sube
18% al año, mientras los madereros incrementan sus productos cada
3meses. Esmeraldas es una zona afectada.

Cortar árboles del bosque casi no trae ningún beneficio económico
a los comuneros. Mas bien ellos pierden al vender la madera,
porque su hábitat natural se destruye, las fuentes de agua se
reducen y los animales desaparecen.

Pero como es el único bien que pueden ofrecer, ellos están
sujetos a los precios que les imponen los comercializadores
directos o los intermediarios de la madera. Este podría ser solo
un problema social y económico pero resulta que los sitios de
origen de la madera son las zonas más ricas en biodiversidad y
los últimos remanentes importantes que posee el Ecuador (el
noroccidente de Esmeraldas-chocó ecuatoriano-, las estribaciones
de la cordillera occidental y la Amazonia).

La tala en zonas de alta biodiversidad tiene varias implicaciones
en el nivel de vida de sus habitantes. "Las comunidades no ganan
al vender la madera a las empresas, si se realiza un sistema de
costeo adecuado", afirmó Jody Stalings, Coordinador del Proyecto
Subir.

Al ritmo de deforestación que siguen, las comunidades se quedarán
más pobres porque la madera se terminará. "La pobreza y la
deforestación es evidente en zonas aledañas a la carretera a
Selva Alegre (norte de Esmeraldas), la madera ya se acabó y la
gente no tiene con qué vivir, ni recursos, ni bosque", agregó
Stalings.

Si los precios que se pagan a las comunidades siguen bajos se
obliga a que talen más para compensar los pocos recursos que
reciben. Andrés Guarderas, gerente de Setrafor y único
representante de los madereros en Esmeraldas, reconoce que si los
comuneros recibieran un mejor precio, se verían incentivados a
conservar los recursos forestales. Este Diario, buscó
insistentemente más opiniones de esta empresa con respecto a las
comercialización de madera, pero no hubo respuesta.

"Los precios de la madera están represados, desde 1996", dice
Marcelo León, economista especializado en comercialización. Para
las comunidades de Esmeraldas, los precios del único producto del
cual obtienen dinero casi no han variado desde hace cuatro años.
Mientras las madereras que hacen contrachapados (cuya materia
prima son las trozas del bosque esmeraldeño) aumentaron su precio
en más del 97 por ciento en este año.

Estos resultados son parte de un estudio de comercialización de
madera que realizó el Proyecto Subir. El mismo estancamiento se
siente en la Amazonia y es uno de los factores para que los
bosques tropicales desaparezcan rápidamente. La rentabilidad de
la actividad forestal es tan baja que apenas alcanza para la
subsistencia.

"Si se compara el precio de la materia prima (madera en troza)
con el del producto final (tableros de contrachapado tipo C,
calidad más baja) en el ultimo año, se muestra una relación
comercial que perjudica a las comunidades", dijo Paulina Baca,
funcionaria de Subir.

En enero de 1999, las comunidades recibían 220 000 sucres por un
metro cubico de madera en troza; en diciembre del mismo año el
precio subió a 260 000 sucres (incremento de 18.2 por ciento).
Mientras que el metro cúbico de contrachapado se vendía, en los
Almacenes Pe;a Durini, en tres millones 344 000 sucres (enero 99)
y a seis millones 590 000 de sucres en diciembre 99 (incremento
de 97 por ciento). Tomando en cuenta que con dos metros cúbicos
de troza se elabora un metro cubico de contrachapado, los
industriales de la madera invierten 520 000 sucres de materia
prima y venden su producto terminado en 12 veces más. Aun con los
costos de transporte, transformación y distribución en ningún
caso justifican la utilidad, agregó León.

Las soluciones no son fáciles ni rápidas. La madera se produce
en lugares donde las condiciones de educación, salud y acceso son
paupérrimas. Un ejemplo es el norte de Esmeraldas donde hay un
alto nivel de analfabetismo y están mal insertados en el mercado.
Una salida es impulsar una política real de libre mercado con
precios internacionales. "Esto se contrapone a la práctica del
mercado nacional que es cerrado con barreras arancelarias que han
provocado distorsiones con precios a favor de la industria y en
desmedro de los dueños del bosque hasta llegar a desalentar el
manejo forestal", añadió.

¿Cómo lograr que se mejore el precio y se tale menos?. "Pensamos
que si se le paga más por la materia prima la gente va a tener
un incentivo para trabajar con eficiencia en materia forestal,
es decir, se va a reducir el desperdicio de madera". Otro peligro
es que si no se da una utilidad al bosque la gente cambia el uso
del suelo y va a sembrar maíz , palma o pastos. Si la madera
puede competir en precios con estos productos se puede optar por
el manejo de los bosques.

¿Un precio referencial?

Un correcto funcionamiento del mercado aseguraría que el precio
de un árbol refleje su valor. Pero en el caso de la madera de
bosques tropicales, que se destina para la industria, su precio
difícilmente puede incrementarse porque existen pocas industrias,
no hay competencia nacional y menos internacional.

La competitividad es necesaria para que los precios de la madera
se regulen, sin embargo en el país esta es baja si se compara con
otros países americanos. Por lo tanto se deben buscar otros
mecanismo para que los precios incentiven el manejo forestal
sustentable.

"El Estado debería fijar un precio mínimo de la madera mediante
un estudio de costos, todo esto acompañado de la promoción y
control adecuado. El Estado debe regular este proceso para que
no sea solo un grupo de madereros el que influya en el precio",
afirmó Marcelo León, especializado en comercialización.

Un ejemplo de precios referenciales está en la venta del cacao.
Los jueves en el Ministerio de Agricultura fijan una cantidad
referencial junto con productores, exportadores y representantes
del Estado, según la bolsa de Nueva York.

"El desafío es llegar a esta forma de fijación de precios. El
primer avance sería negociar con los madereros. Otro punto es
fijar cuotas para la producción forestal para constreñir la
oferta", dijo León.

Tres formas de costear

Una forma de explotar la madera es a través de las mingas. Bajo
este sistema, el costo promedio en septiembre del 98 fue de 132
mil sucres cada metro cúbico y el precio de venta 200 mil. Pero
con este sistema hay una explotación velada, puesto que para
realizarla se invita a los amigos y parientes y se pagan la
comida y refrescos.

La única condición es que cuando lo inviten a otra minga no puede
negarse a participar, so pena de ser excluido de la comunidad.
Pero esto no es rentable, porque si se paga el salario (15 mil
de básico en la zona) a cada persona, los 200 mil no alcanzan
para mucho y el árbol tendría que venderse en 227 mil para cubrir
solo los costos de producción, sin que quede una utilidad.

Pero si se pagara el salario mínimo vital, el costo de producción
de un metro cúbico ascendería a 411 mil sucres, la pérdida de 211
mil sucres. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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