Quito. 29 abr 1997. El fulbito y la tecnología de punta
contribuyeron para el fin de la crisis. Uno de los rehenes fue
considerado loco por hablar con los objetos.

Jorge Ribadeneira
ENVIADO ESPECIAL A LIMA

Varios rehenes creyeron que el vicealmirante en retiro
Giampetri Rojas se estaba volviendo loco. No era para menos.
Hablaba con los crucifijos, con la guitarra y hasta con un
macetero.

Pero estaba muy cuerdo. Tanto que fue él quien dio al exterior
las pistas para que se concrete la invasión a la residencia
del Embajador japonés.

"Ya están jugando fútbol. Hay ocho jugadores y una aficionada,
la Gringa".

Luego se dirigió, con disimulada emoción, a sus compañeros de
secuestro con estas sobrecogedoras palabras:

"Dentro de 7 minutos entran para liberarnos".

El vicio al fútbol de los secuestradores y la sofisticada
tecnología del comando militar dirigido por el presidente
Fujimori se unieron para concretar un efectivo asalto a la
residencia del Embajador japones, hace una semana, a partir de
las 15h27.

Las versiones proliferan sobre el uso de micrófonos, de rayos
infrarrojos y de beeppers. Seguramente hay buena parte de
verdad. Pero es posible que lo exacto no se sepa nunca.

Los servicios de inteligencia dejan que se hable pero sus
voceros no dicen nada, porque prefieren dejar en el misterio
este tema, por si acaso se repitan las experiencias.

De acuerdo a los relatos, parece que toda la casa de la
residencia se había convertido en un gran centro de espionaje
e inteligencia.

Otro de los asuntos apasionantes -con su final trágico-
resultó la afición al fútbol por parte de los guerrilleros. Un
entusiasmo seguido paso a paso por la tecnología de punta que
funcionó durante esos 126 días y, sobre todo, en los minutos
definitivos.

Lo que hacía el vicealmirante (r) Giampetri era buscar los
mini micrófonos introducidos -se afirma- mediante varias
estratagemas y también lanzados sigilosamente desde el aire
por un helicóptero. Giampetri imaginó que alguno cayó en la
maceta. Fue cuando le vieron hablar. Decía más o menos: "Si me
escuchan, por favor, a las 18 horas pongan una música mexicana
en los parlantes".

Hasta que un día sonó el esperado mariachi y Giamperti supo
que estaba junto al ingenio tan buscado.

No solo funcionaron los milimétricos transmisores. Hubo
también chorros de rayos infrarrojos, capaces de penetrar por
los resquicios de las ventanas y transmitir las voces a 100
metros. Percepciones remotas, conectadas con un satélite para
captar hasta el menor movimiento...

Giampetri advirtió que se jugaba otros juegos, la escena era
cotidiana. Un buen terrorista no es enemigo de los goles. Al
contrario, los subversivos del MRTA, sobre todo el jefe Cerpa,
se mostraron "locos por ese deporte".

Un informe recogido por este Diario anota que los
secuestradores se dividían ordinariamente en tres equipos:
Cristal, Alianza Lima y Universitario de Deportes, los tres
nombres más famosos del fútbol peruano.

Un intermediario de la Cruz Roja les hizo llegar los uniformes
de esos clubes. Néstor Cerpa y los suyos protagonizaron varios
triangulares, con equipos de cuatro hombres y partidos
reñidos.

No es verdad que se jugara el fútbol siempre a la misma hora.
Ese martes, el partido fue amistoso, sin los uniformes de los
clubes.

Estuvieron ocho jugadores en la improvisada cancha (la sala de
la residencia) y una guerrillera, la Gringa, una peruana en
realidad, como espectadora. Otros tres se ubicaron en el
segundo piso y dos más en el primero, listos para actuar. Esos
datos también los pasó, sin duda, el vicealmirante Giampetri
gracias a su tecnología y a su entrenamiento en inteligencia
militar.

Nadie tampoco previó que había cámaras fotográficas del ancho
de un sorbete que salían de repente del jardín y fotografiaban
el interior a través de las ventanas.

Casi se puede decir que "en lo mejor del partido" se produjo
la primera explosión, justamente en la sala del fútbol. Unos
dicen que el dinamitazo mató a tres y otros a cinco
subversivos. Cuatro jugadores y la hincha.

Aparentemente, los que salvaron la vida -por lo menos Cerpa y
otro comando más- corrieron hacia el segundo piso y se
encontraron con los comandos militares que les esperaban luego
de ingresar por los túneles y tomar las ubicaciones previstas.


"Nos jodimos" habría dicho el jefe del grupo secuestrador. El
fútbol -que era su pasión, luego de la subversión- contribuyó
a perderle. Pero realmente casi tenía perdida más de la mitad
de la vida cuando el 17 de diciembre ingresó a la residencia
al frente de un virtual comando suicida.

Otro líder del MRTA

Fujimori protege a Cipriani * El presidente Alberto Fujimori
descartó ayer que los miembros de la comisión de garantes:
José Luis Cipriani, un diplomático y un funcionario de la Cruz
Roja, hayan cooperado en la operación de rescate de los
rehenes del MRTA. Los rumores implicaban al Arzobispo de
Ayacucho en la instalación de micrófonos en la residencia.

El nuevo líder * El MRTA se ha restructurado en torno a un
nuevo líder, Pedro Avellaneda, por instrucciones de Néstor
Cerpa. Así lo confirmaron dos de los emerretistas presos en
Bolivia. Según Martín Serna y Juan Carlos Caballero Avellaneda
afrontará una lucha desde el ámbito político en su país, Perú.
Serna aseguró que su organización tiene otros frentes
operativos.

Una protesta en Dinamarca * Seis jóvenes activistas daneses
del grupo de los Autónomos" (extrema izquierda) fueron
detenidos ayer. Ellos ocuparon pacíficamente durante dos horas
la Embajada de Perú en Copenhague. Ellos desplegaron una
bandera del MRTA y corearon "viva la revolución".

La prensa da ahora criterios encontrados

El gobierno de Alberto Fujimori vivía su peor crisis política
desde que se inició en 1990. Nunca su gobierno había sido tan
duramente cuestionado.

La revista Si señala que "la popularidad de Fujimori se
derretía rápidamente. También se escuchaban por primera vez
-después de mucho tiempo- rumores de golpe y especulaciones
sobre la existencia de una fuerte disidencia en los altos
mandos del Ejército".

Un canal de televisión sacó al aire un documento por el cual
Montesinos declaraba rentas por 100 mil dólares mensuales por
"ingresos en su profesión de abogado", algo insólito. Por
añadido, se inició una crisis de Gabinete. Salió el ministro
del Interior, Juan Briones, y el jefe de Policía Ketín Vidal.

El periodista opositor, de la revista Caretas, Alfonso
Rospigliosi, se atrevió a mencionar la vigencia de un "cálculo
político" en la acción de la Embajada. El ex candidato Vargas
Llosa pidió que no se usara el episodio para ocultar las
denuncias formuladas. Un periódico brasileñose interesó por
una posibilidad de que ese triunfalismo afectara la paz
fronteriza con el Ecuador. Esa versión fue desmentida. (El
Comercio)
EXPLORED
en

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