Quito. 06.07.95. Para la maternidad Enrique C. Sotomayor de
Guayaquil placentas era todo un problema sanitario. Por eso
cuando en 1989 el Instituto Pasteur Merieux de París, les
propuso un trueque entre placentas y vacunas de
inmunoglobulina antitetánica, la idea fue acogida de inmediato
y un convenio detallado fue firmado. Tres años después se sumó
la maternidad Isidro Ayora de Quito, pero firmando un convenio
donde no se especificaba qué recibían a cambio. Sólo en los
nueve primeros meses de 1994 se exportaron 30 mil placentas,
pero los hospitales gineco-obstétricos no habrían recibido la
retribución prometida en los convenios respectivos.

TAPABAN CAÑERIAS

La maternidad de Guayaquil, por el volumen de partos que
atiende, se ha convertido en uno de los centros de
gineco-obstetricia más grandes de latinoamérica. En 1994
nacieron allí 33.752 nuevos ecuatorianos.

Históricamente ha sido un problema el manejo de las placentas.
Recuerda el jefe financiero de la Junta de Beneficencia de
Guayaquil, Carlos León Gómez, que se llegó a comprar grandes
trituradores de carne, que no sirvieron porque la fibra que
constituye la placenta atascaba a las máquinas. Entonces se
decidió quemarlas en la misma maternidad, ocasionando serias
molestias para los vecinos del sector y sobretodo a las mismas
parturientas. Posteriormente se contrataron grandes
recipientes metálicos para transportar las placentas hasta las
inmediaciones del hospital siquiátrico Lorenzo Ponce para su
incineración. Hoy se siguen quemando, pero solamente las
placentas que no están aptas para la exportación.

En Quito, la situación no ha sido muy diferente. Un
funcionario del Ministerio de Salud nos dijo que el hecho de
que a cualquier costo se lleven las placentas es mejor, ya que
antes hasta se tapaban las cañerías porque nadie sabía qué
hacer con ellas. En la maternidad Isidro Ayora conocimos que
las mandaban a la basura, convirtiéndose en el alimento
favorito de los perros del sector.

DOS CONTRATOS

El 27 de noviembre de 1989, la Honorable Junta de Beneficencia
de Guayaquil, representada por su presidente, José Plaza
Luque, firmó con el representante para el Pacto Andino, del
Instituto Merieux de Francia, Daniel Freneuil, un convenio
mediante el cual el instituto recolecta y exporta a Francia
las placentas "que como producto de los partos son desechadas
en las unidades hospitalarias obstétricas".

El Instituto Merieux se comprometió a recolectar las placentas
"abandonadas como deshechos sólidos"; instalar por su cuenta
una cadena de frío (-20 øC); pagar los gastos ocasionados por
la recolección, almacenaje y transporte de las placentas y
donar a la Junta de Beneficencia una dosis de vacuna
antitetánica en jeringuilla prellenada o dos dosis de vacuna
antitetánica en ampollas. El convenio especifica que los
costos de desaduanización y transporte de las vacunas, serán
pagados por el Instituto Merieux.

La Junta por su parte se comprometió a "supervisar los
procedimientos de recolección y almacenamiento, llenando un
registro de los mismos, a fin de llevar una cuenta precisa"
que haga posible el canje de placentas por vacunas.

Cuatro meses antes, en julio de 1989, el mismo laboratorio
firmó un convenio similar con el ministro de Salud, doctor
Plutarco Naranjo. El Ministerio se comprometió a "dar
facilidades para los trámites de exportación de las
placentas"; también se obligó a "supervisar a través del
director de cada unidad hospitalaria obstétrica, los
procedimientos de recolección y almacenamiento, a fin de
llevar una cuenta precisa".

A pesar del convenio firmado con el Ministerio, y sin hacer
mención de éste, el director de la maternidad Isidro Ayora en
enero de 1992, doctor Mario Zapata Cáceres, firmó un nuevo
contrato con la licenciada Marcia Rosero de Torres,
representante en el Ecuador del Instituto Pasteur Merieux. Las
cláusulas son sencillas e imprecisas, tanto así que el ahora
ex Director reconoció a Vistazo que "el contrato mismo no fue
tan eficiente como creímos".

En este convenio, Pasteur Merieux se compromete apenas a
"colaborar con las necesidades del departamento Obstétrico".
Consultadas las obstetrices de la maternidad Isidro Ayora
sobre si conocen qué tipo de ayuda habría dado el laboratorio
a ese departamento, nos indicaron que "nos dan buenas fundas
de caramelos en Navidad ".

Según el doctor Zapata, el laboratorio les dijo que podría
donar equipos médicos y vacunas. Los equipos no han llegado a
la maternidad y en cuanto a las vacunas, debieron entrar vía
Banco Nacional de Vacunas. Este último reportó a Vistazo que
ninguna vacuna ha llegado como donación por canje de
placentas. Todas las existentes las hemos adquirido a la
Organización Panamericana de la Salud". Voceros del Rhon
Poulanc nos dieron a conocer que la entrega de vacunas se hace
directamente a la maternidad, pero no nos hicieron llegar la
información precisa de cuantas vacunas, según ellos, habrían
entregado a la Isidro Ayora. El actual director de la
maternidad, doctor Marcelo Dávalos, dijo no saber cuántas
placentas se han entregado, ni cuántas vacunas habrían
recibido.

La cadena de frío que ellos propusieron instalar, consiste en
un viejo congelador que dificilmente alcanzaría los 20 grados
centígrados bajo cero. El laboratorio asegura que "en Francia
es donde se cumplen los controles sanitarios para su ingreso".

NO CUADRAN LAS CIFRAS

En la maternidad Sotomayor, el Director nos dijo que las aptas
para ser exportadas, es decir las que provienen de madres que
no han sufrido enfermedades infecto-contagiosas, son alrededor
del 65%. En la Ayora de Quito, nos comentaron que no se
alcanzaron las cantidades esperadas porque "dentro de las
normas que ellos querían para recibir las placentas, una gran
cantidad no podíamos cumplir: Como por ejemplo, que las
membranas de la parturienta no hayan sido rotas seis horas
antes del parto, que no hayan antecedentes de infección.
Entonces no era que todos los 50 partos al día nos daban
placentas adecuadas para el cambio con vacunas, sino solamente
quizás unas 15. Entonces no hubo tanta afluencia de placentas
como pensamos al comienzo. Tampoco hubo tanta colaboración del
personal porque el trabajo en la maternidad es muy intenso,
entonces a la misma auxiliar le estábamos obligando a que se
preocupe de que la placenta no se vaya a donde normalmente se
va, que es un dispensador que va para otro lado".

Según la Empresa de Manifiestos, en 1994 se exportaron 18,4
toneladas de placenta humana. Las exportaciones las hizo en
mayo, la licenciada Marcia Rosero de Torres y en septiembre,
la empresa Rhone Poulenc Rorer S. A. Ambos embarques fueron
por vía marítima a borde del buque "Le Havre", con destino al
Instituto Pasteur.

La licenciada Rosero fue representante en Ecuador del Pasteur
Merieux y actualmente se encuentra domiciliada fuera del país.
La Rhone Poulenc Rorer pertenece al grupo francés también
propietario del Instituto Pasteur Merieux y de la farmacéutica
Quifatex. La transnacional incursiona también en áreas
químicas, agrícolas, así como en la fabricación de fibras
sintéticas.

Entre enero y septiembre de 1994 nacieron en ambas
maternidades 35 mil niños. En ese mismo lapso se exportaron 30
mil placentas. El dato de nacimientos corresponde a las
estadísticas de ambos centros y el de exportación lo obtuvimos
dividiendo las 18,5 toneladas embarcadas, para el peso
unitario de cada placenta que, según los libros de embriología
está entre 0,5 y 0,6 kilos cada una. Por las 30 mil placentas
embarcadas, debieron entregar por lo menos una cantidad
similar de vacunas, cuyo costo comercial, en las farmacias, es
de 6.875 sucres cada una. Es decir que el negocio,
cuantificándolo en dinero, ascendería, sólo en 1994, a más de
200 millones de sucres.

Rhon Poulenc reportó a Vistazo una exportación aproximada de
29 mil placentas, por las cuales dicen haber entregado 10 mil
dosis de vacuna BCG y otras 10 mil de vacunas antitetánicas.
Estas últimas son las únicas que constan especificadas en los
convenios respectivos.

Conocimos además que la Junta de Beneficencia de Guayaquil
solicitó al laboratorio que además de las vacunas
antitetánicas, se les proporcione vacunas antihepatitis B. La
respuesta fue que esta vacuna no está disponible para América
Latina. La hepatitis B es una enfermedad que afecta a los
trabajadores hospitalarios y cuyo contagio puede ser mortal.
(REVISTA VISTAZO. N§ 669. P.110)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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